El disco del día: Lisa Loeb

Autor:

«Hay por lo menos media docena de canciones excepcionales. Y un disco con esa cantidad de perfección es también un disco excepcional»


Lisa Loeb
«No fairy tales»
429 RECORDS

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Un crítico musical no puede tener preferencias ni prejuicios, su visión de lo que expone ha de ser aséptica y limpia. Sin embargo, el aficionado a la música precisamente se define por acudir con especial placer y benevolencia a determinadas épocas y estilos. Es difícil que lo segundo no condicione a lo primero. En mi caso, por razones largas de explicar, considero que el momento supremo de la historia del pop es la new wave, ahí se depuró por última vez todo lo que en los veinticinco años anteriores se había ido construyendo, un soberbio epílogo. Es, así y todo, una opinión personal, no me la tengan en cuenta.

Por tanto algunos de los discos actuales que suenan a new wave –no a ochentas, son conceptos diferentes– los suelo pasar al apartado crítico y para ello me he de vaciar de condicionantes previos. Y ahora ya va el “No fairy tales” de Lisa Loeb, repleto de melodías certeras y felices, de guitarras con dirección clara y directa al sistema nervioso. Prueba de ello es la arrebatadora ‘The 90’s’. Habla de que no quiere regresar a esa década, pero lo hace empeñándose más alla, cohete a esa frontera por debajo de los ochenta en la que Nikki & The Corvettes o Martha & The Muffins serían sus compañeras. La misma coctelera de siempre, un riff seductor, coros magnéticos y el resultado es la enésima canción pop perfecta.

En estas coordenadas se mueven un buen puñado de las composiciones, ya desde la que da título al disco se nota la energía y elegancia de esa voz femenina aliada del empuje guitarrero que tenían también Pretenders o Katrina & The Waves, continúa con la radicalmente pop ‘A hot minute’, que merecería estar en el catálogo de Stiff, y concluye con ‘Matches’ y ‘Swept again’ esta carretilla de canciones llenas de energía y de melodías seductoras.

Tanto más preciosas son estas referencias si pensamos que Lisa está criada en Texas, cuna de otro buen semillero de estéticas determinantes, pero bien diferentes. Si acaso, podemos destacar como más enraizadas otro grupo de propuestas afines al pop más agradable y sensible, ‘Weak day’ y ‘Walls’ tienen ese regusto country que solía emplear Kirsty MacColl, ese lirismo tan sensible que se convierte en acústico con ‘Ami, I’m sorry’ y en ‘Worst’ en esencia de rockabilly y en preciosidad. Dos direcciones aguantan el disco, las mismas que han sostenido su extensa carrera –excepto sus discos para el público infantil–, y entre ellas hay por lo menos media docena de canciones excepcionales. Y un disco con esa cantidad de perfección es también un disco excepcional.

Anterior disco del día: Aaron Neville.

 

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