El disco del día: Leiva y Rubén Pozo

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«Leiva ha seguido la vereda abierta por ‘Aviones’, último disco de Pereza y hasta hoy su punto álgido, ha apostado por algo conocido y como tiene talento, ha ganado. Pero Pozo, directamente, ha arrasado»

Leiva
«Diciembre»
SONY

Rubén Pozo
«Lo que más»
SONY

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

La separación de Pereza ha permitido a Leiva y Rubén Pozo editar discos solistas. ¡Y había mucho morbo por escucharlos! Vamos a ser claros, Pozo ha ido perdiendo poder progresivamente dentro de una banda en la que comenzó siendo el cantante principal. Que nadie olvide que estamos hablando de uno de los guitarristas de Buenas Noches Rose, un hombre de sólidas credenciales antes de que pusiera en marcha Pereza, banda en la que junto a Leiva conoció el éxito que les fue injustamente arrebatado a los Rose por las circunstancias.

No sorprende que Rubén acabara cediendo terreno ante un explosivo Leiva, pero sí que cediera tantísimo. Recordemos que en “Algo para cantar” (álbum de 2002 con el que comenzaron a explotar) la interpretación de las canciones se repartió casi al cincuenta por ciento, a partir de ahí los temas en los que el ex Buenas Noches Rose tomaba la voz principal comenzaron a disminuir, lo que unido al hecho de que la discográfica seleccionara únicamente las composiciones de Leiva como singles contribuyó a una importante pérdida de «input» por parte de Rubén Pozo. No creo que fuera mala idea que uno se encargara de las radios y otro del grueso, pero la situación comenzó a ser injusta desde el mismo momento en el que Leiva acaparó demasiada ejecución instrumental, reduciéndose también la contribución de su compañero.

¿Cómo se manejo una situación como esa? ¿Qué repercusiones internas tuvo? Ni idea. Pero teniendo en cuenta que el final del combo ha venido precedecido por un desacuerdo en la criba de las canciones que habrían conformado el sexto disco de Pereza, doy por hecho que ha llegado un momento en el que el desequilibrio ha clamado al cielo. Es de suponer que dos no pueden agarrar un volante, pero habrían hecho bien en intentarlo. O no. Porque los dos discos que han editado como músicos solistas merecen la pena, aunque el pulso lo ha ganado un Rubén Pozo que ha conseguido firmar un trabajo mucho más fresco que el de su compañero, más entretenido y más profundo. No es que “Diciembre”, el debút en solitario de Leiva, sea un mal álbum. En absoluto. Es un trabajo notable al que la mano de un productor le habría venido muy bien. La base de las canciones es de calidad y logra firmar números muy potentes como ese brutal single llamado ‘Eme’, ‘Penaltis’, ‘Miedo’ y ‘Telediario’. El problema arriba de la mano de los arreglos, llegándose a abusar de los vientos, una fórmula ya conocida, la patentada por Xoel López en Deluxe para sus excelentes trabajos “Fin de un viaje infinito” y “Reconstrucción”. Nada malo, pero con una mano amiga aliviándole la tarea de producir Leiva habría conseguido tejer un sonido distinto que habría beneficiado al conjunto de las canciones. Hay que insistir, “Diciembre” es un buen trabajo, claro que sí, Leiva lleva años creciendo como compositor, pero debería pasar un tiempo alejado de Tom Petty, Dylan y Quique González, un club al que parece querer acceder cuando quizá su camino sea otro, tan válido como el de ellos. Ha seguido la vereda abierta por “Aviones”, último disco de Pereza y hasta hoy su punto álgido, ha apostado por algo conocido y como tiene talento, ha ganado. Pero Pozo, directamente, ha arrasado.

“Lo que más” es también el debút solista de Rubén Pozo, para el que ha contado con Juan de Dios como productor y también ha formado una banda absolutamente nueva en un paso valiente que, curiosamente, Leiva no ha dado al decidir girar con una versión ampliada del grupo de acompañamiento de Pereza. Pero centrémonos en “Lo que más”, porque es una de las sorpresas más agradables de la temporada. Rubén sigue trabajando lo que podríamos definir como costumbrismo-reflexivo pero esta vez ha utilizado una paleta muy amplia que se expande según avanzan las canciones. Es rock and roll, claro, pero en lugar de tirar por un sendero de madurez lo que ha hecho es crear un híbrido. ¿Madurez divertida? ¿Por qué no? Ahí podemos enmarcar las melodías pop de ‘Pegatina’ y ‘Rucu rucu’ (un hit potencial), pero como un día que avanza hacia la noche, las cosas comienzan a ponerse serias y de pronto ‘Chavalita’ empieza a jugar con cartas que hasta ahora no se habían puesto sobre la mesa. Para cuando llegan las muy dolorosas ‘Invierno’ y ‘Ozono’ podemos decir que el disco ya ha alcanzado suficientes méritos como para celebrar su espectacular e inteligente estrategia a la hora de ordenar las canciones. Así llega a su final. Un final en el que hay que admitir que ‘Mañana será otro día’ y ‘Lo que más’ son dos de los mejores temas de lo que llevamos de este 2012.

Cabe reflexionar con cierta tristeza sobre la lucha en la que Rubén Pozo ha debido verse inmerso para salvar estas canciones, para que no quedaran reducidas a sus pocos aportes habituales en Pereza. Porque tenía razón, porque no podía abandonarlas en nombre de nada. Afortunadamente aquí están. Mientras este hombre siga firmando discos así de sinceros y redondos Pereza pueden quedarse en el pasado por los siglos de los siglos. Amén.

Anterior disco del día: Parade/Doble Pletina.

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