“Fiesta’ resulta una continuidad respecto al primer disco, lo que significa que el conjunto atiende a otras tradiciones, que transciende las limitaciones que puede tener el indie»
La Bien Querida
«Fiesta»
ELEFANT
Texto: CÉSAR PRIETO.
Es de desear, por su bien, que el segundo disco de La Bien Querida no alcance tanta expectación ni polémica como el primero. Que no sea esplendorosa portada de revistas importantes ni fomente debates sobre la calidad de las canciones, de las maquetas iniciales o del resultado final. Porque solo así se podrá degustar como lo que es: una colección de melodías limpias, clásicas, naturales, que no necesitan vestirse con arreglos para emocionar, pero que si lo hacen resultan igualmente bellas.
En todo caso, “Fiesta” resulta una continuidad respecto al primer disco, lo que significa que el conjunto atiende a otras tradiciones, que transciende las limitaciones que puede tener el indie. Que la amplitud de miras puede convertir ‘Monte de Piedad’ en una saeta apuntalada por la Banda de Música Mestre Montserrat o aceptar aires morunos como en ‘Hoy’ o ‘Cuando el amor se olvida’, un valsecito con recuerdos a Bécquer. Ningún otro poeta podría adaptarse a estas letras de elegancia transparente, apenas mecidas por leves ondulaciones de metáforas. Letras que resultan cercanas y que se asumen al escucharlas personales porque en ellas no hay más que lo que dicen.
Todo resulta delicado, tranquilo, incluso esa ranchera –‘Lunes de Pascua’– con un acordeón arrabalero que busca lucidez antes que drama, la grandeza de lo simple antes que la desmesura de lo literario. Y la voz, esa voz que se puede tachar de sosa por quien no valore su aire frágil, quebradizo, pero excepcionalmente sereno. Hablar de Jeanette a veces parece obvio, pero lo cierto es que la inglesa creó tópicos vocales acogedores, distinguidos.
Esta es la tensión que apunta “Fiesta”. Canciones claras como aire y vestuario recargado, imaginativo. Puede caerse de las manos de su público natural, pero lo cierto es que a poco que atiendan será tan refrescante e imaginativo como la música que se sueña.
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