El disco del día: Kurt Elling

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«Un álbum cosa seria que cubre perfectamente los objetivos que Kurt Elling se marca en cada proyecto: expandir el repertorio del jazz mucho más allá de los cánones del Great American Songbook»

Kurt Elling
«1619 Broadway»
CONCORD JAZZ/UNIVERSAL

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 

El título dice bien. El 1619 de Broadway Avenue es el lugar donde se asienta el célebre Brill Building neoyorquino, la excepcional y cuidada factoría de composición en serie –cuna creativa de tres generaciones de la música popular norteamericana–, a cuyo cancionero se debe aquí Kurt Elling. Y llama mucho la atención en su caso, porque todavía cuatro años después de residir en la Gran Manzana, se le sigue inevitablemente asociando con Chicago, su ciudad natal. Pero el vocalista de los “mil registros” lo hace con la misma fuerza específica con que se le tenía en la Ciudad de los Vientos. Con él las canciones nunca vuelven a ser las mismas, a pesar de que en su acercamiento a ellas no deja de contemplar ni preservar buena parte de sus rasgos característicos. Otra cosa es la técnica. Simplemente las hace distintas, suyas. Y para jugársela así con unos Leiber & Stoller, Goffin & King, Mann & Weil o Bacharach & David, hay que tener muchos, muchos arrestos, y él los tiene.

La exclusión aquí de otras firmas doradas como la de los Gershwin, Rodgers & Hart o Cole Porter está justificada por la negativa de hacer “el típico álbum de versiones”. Esto es harina de otro costal, que nació de la envidia de ver cómo había otros intérpretes haciendo esto mismo de forma ocasional en sus discos, pero nunca como “proyecto global”. Y él quería un álbum entero. Pues aquí está. Con esa autoafirmación sobre el Brill Building que es ‘On Broadway’, que abre con esa intro de ruidos callejeros a lo Grandmasterflash y cierra rockera merced a su espectacular solo de guitarra. Algo parecido ocurre en ‘Pleasant Valley sunday’, composición de Gerry Goffin y Carole King de 1967 para los Monkees, que más parece aquí campo abonado para King Crimson o los Screaming Headless Torsos. En ‘Come fly with me’ entra a saco pistola en mano en territorio Sinatra y sale con un buen botín. En ‘You send me’ ofrece una extraordinaria nueva rearmonización del tema clásico de Sam Cooke. El ‘American tune’ de Paul Simon lo canta con verdadero sentimiento neoyorquino. Y con ‘Tutti for cootie’ no cuesta mucho imaginarse al gran Duke Ellington al frente de su poderosa big band. Incluso si nos referimos a piezas que no se han salido tanto del molde original, como el ‘I’m satisfied’ de Mann, Weil & Freeman o el ‘A house is not a home’ de Bacharach & David, él aplica tal pátina “jazzy” que acaban pareciendo otras. Si tomamos lo que cantaba Brook Benton en 1964 y lo comparamos por ejemplo con lo realizado aquí por Elling, nadie hubiera jamás vaticinado que la canción podía tener un futuro “jazzy”, con ese swing tan “laid back” de Elling y coronada por el exuberante solo de piano de su incondicional Laurence Hobgood.

Un álbum cosa seria que cubre perfectamente los objetivos que Kurt Elling se marca en cada proyecto: expandir el repertorio del jazz mucho más allá de los cánones del “Great American Songbook”. Le anda pisando los talones gente tan avezada (¡y que compone!) como Gregory Porter, pero ahí la veteranía es un grado y Kurt no se arredra, vaya que no.

Anterior disco del día: Françoiz Breut.

 

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