El disco del día: Howlin’ Rain

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«Ethan Miller siempre acierta: desde hace al menos siete años está con esta máquina que se llama Howlin’ Rain y que emana el olor del mejor y más clásico rock»

 

Howlin’ Rain
“The russian wilds”
AMERICAN RECORDINGS

 

 

Texto: JONBIL.

 

 

Ethan Miller siempre acierta. Esto es algo que se va viendo con los años. Como hizo Jack White cuando pasó de los The White Stripes al bombazo de The Raconteurs (en cuanto a calidad, pues en nada se asemejan ambas comparaciones), pero en el caso de Miller fueron primero los ruidistas y necesarios Comets On Fire los que contaron con sus servicios, y desde hace al menos siete años está con esta máquina (ahora convertida en quinteto) que se llama Howlin’ Rain y que emana el olor del mejor y más clásico rock. No a lo Status Quo, o sea, clásico, divertido, pero simple; este álbum (y los dos que le precedieron) tiene más registros de los que uno podría pensar a simple escucha, en una colección de canciones rock.

Como al final del segundo corte, ‘Phantom in the valley’, que muta en una especie de son montuno, o esa lenta, suave melodía de ‘Strange thunder’, que va in crescendo hasta explotar como lo haría un gran tema de hard rock. En total son once, divididos en: nueve temas propios, un pasaje instrumental corto y una versión del ‘Collage’ del grupo setentero James Gang. ‘Cherokee werewolf’ es de mis favoritos del disco, por aquello de que te transporta a 1972, y por sus originales giros.

Los de Frisco editaron este tercer trabajo el pasado año, pero ha pasado bastante inadvertido incluso en algunos de los mejores medios especializados internacionales. O quizá solo sea que no ha tenido tanta acogida como yo imaginaría. Para quien quiera saber a qué suena, a mí me sugiere nombres como The Allman Brothers Band (sobre todo en la jazzy ‘Still walking, still stone’, que cierra el álbum) o los Blind Faith de Clapton (pero más futuristas), y me parece que ya deberían estar a la altura (en la opinión pública musiquera) de los Black Crowes de mediados de los noventa. Se lo merecen, pues este último es tan bueno como los dos anteriores, no sabría decir (a día de hoy) cuál me gusta más, pero, bueno, eso significa que siguen en la brecha.

Anterior disco del día: Bow Thayer.

 

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