El disco del día: «Doutor Apertas. Tributo a Magín Blanco»

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«Es uno de los mejores compositores de nuestro país, al nivel de Josele Santiago, Lapido o Granados. Que su ámbito de actuación sea menor no es más que un dato secundario, sus canciones –que es lo que realmente importa– tienen la prestancia, la suprema y elegante sencillez de los artesanos mayúsculos»

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«Doutor Apertas. Tributo a Magín Blanco»
BELLMÚSICA

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.
 

 

Nadie que conozca su obra puede dudar que Maxín Blanco es uno de los mejores compositores de nuestro país, al nivel de Josele Santiago, Lapido o Granados. Que su ámbito de actuación sea menor no es más que un dato secundario, sus canciones –que es lo que realmente importa– tienen la prestancia, la suprema y elegante sencillez de los artesanos mayúsculos. Supuran buena forma y emoción, ¿qué más se puede pedir? Incluso tiene como ventaja una mayor versatilidad, que los registros que toca son más amplios y que sabe hornear las canciones con diferentes sabores.

Fijemos datos. Maxín comenzó con La Rosa a finales de los años ochenta, tras sus cuatro discos han de pasar muchos años antes de que en 2006 publique en solitario “Ella…”, al que siguen tres discos más. Un desgraciado accidente hace que no pueda volver a tocar la guitarra y sus amigos abren una suscripción para hacerle un disco tributo. La calidez de las versiones se proyecta desde la primera a la última. Comencemos. En su disco de 2006 Maxín (o Magín) había contado con la colaboración de Gloria Van Aerssen; pues bien, el tributo se abre con ‘Volveré’ que Álvaro de Cárdenas –su hijo– logra convertir en una canción de las Vainica más íntimas, con un fondo tropical a lo ‘Taquicardia’. Sigamos. El disco se cierra con otra joya; melancólica, dolientemente gallega en las voces de Malvela, ‘Pola rúa de San Pedro’ tiene una gaita que se ha tragado todo el mar. Estremecedora.

Y en medio, un sinfín de músicos que han entregado su corazón al proyecto, desde Uxía que logra en ‘Maldito viento’ una ranchera canónica, hasta Santi Campos que desgarra con su voz ‘Ella’. Más; cantautores como Javier Bergia, grupos que saben dar aire sesentero y hasta psicodélico a las canciones de Maxín –The Happy Losers o Los Huéspedes Felices– y traducciones más íntimas como la de Xoel López o Eladio y los Seres Queridos. También espíritu folk como el de Faltriqueira o, de nuevo, Uxía que consigue en la inédita ‘Calafríos’ una canción floral, dulce, acariciante. Eso es, canciones, nada más que canciones hermosas. Solo con media docena de las que aparecen en el disco ya se justificaría una carrera.

Anterior disco del día: Debo Band.

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