El disco del día: Dominic Miller

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«Vinculado a gente como Phil Collins o Sting, Miller ha desarrollado una carrera propia como guitarrista sofisticado, más interesado por lo general en las texturas sonoras y la composición que en una fría pose de experimentado ‘guitar hero”

Dominic Miller
“November”
Q-RIOUS/KARONTE


Texto: GERNOT DUDDA.


Dominic Miller es desde finales de los años 80 uno de los guitarristas más lujosos y solicitados de los estudios de grabación del Reino Unido (la personalidad del nylon de sus acústicas lo hacía irresistible). Vinculado desde entonces a gente como Phil Collins o Sting (tanto en estudio como en directo), también ha desarrollado una carrera propia como guitarrista sofisticado, más interesado por lo general en las texturas sonoras y la composición que en una fría pose de experimentado “guitar hero”. Y aún así, también hay una raya que él no ha querido cruzar cuando ha sido consciente, retrocediendo hábilmente. Es el caso de este quinto proyecto instrumental, compuesto con fluidez y naturalidad, y grabado en el estudio con muy pocas tomas, sin pro-tools y con una banda de músicos previamente aleccionados a buscar la espontaneidad en sus respectivos roles. Cabe mencionar al bajista Mark King y al teclista Mike Lindup (viejos componentes de los recordados Level 42), al batería Ian Thomas (veterano “sideman” de Eric Clapton, Seal, Paul McCartney o Tom Jones), al pianista Yaron Herman, al teclista Jason Rebello, al flautista Dave Heath y al saxofonista Stan Sulzmann.

Produce el gran Hugh Padgham, garantía de calidad y distinción sonoras (es obligatorio mencionar dos trabajos tan suntuosos como el “Face value” de  Phil Collins o el “Ghost in the machine” de The Police). Con semejante plantel, el trabajo es imposible que no suene. Y lo hace con creces a través de once piezas que oscilan entre el rock moderado, el jazz de laboratorio creativo, la fusión razonable y la electrónica fina y sutil. Pero nunca suena pretencioso, alcanzando ocasionalmente momentos líricos de inesperada belleza (como en ese ‘Solent’, que apunta al maravilloso ‘Flying in a blue dream’ de Joe Satriani). Aunque Dominic Miller resulta más original en su faceta acústica que en la eléctrica, la obra es por lo general sumamente agradable y gana con cada nueva escucha, revelando nuevos alicientes a cada paso.

Anterior entrega de El disco del día: Mastretta.

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