El Club de las BSO: De «Oculus» a «Calvary», las músicas del cine de la semana

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calvary-06-03-15

“La banda sonora de Calvary es realmente preciosa, se mueve sin problema entre los terrenos de los sentimientos, las emociones, la liturgia y el drama. El conjunto es realmente impecable”

 

Esta semana, estrenamos una nueva sección en la que repasamos las nuevas bandas sonoras de las películas que llegan este fin de semana a los cines españoles. Cada viernes, Fernando Fernández realizará un repaso por las músicas de las películas más destacadas de la cartelera.

 

 

Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.

 

 

Aunque parezca raro aún es invierno. Pero aquí venimos para comenzar algo nuevo.

Siempre resulta difícil presentarse. Aunque he tenido la suerte de poder escribir en EFE EME un par de notas sobre los Oscar de este año, ahora es cuando empieza a funcionar el «Club». Simplemente un rincón donde poder traeros cada semana comentarios sobre esa música que, habitualmente, no se canta ni se baila. Alguno salimos de la sala de cine tarareándola, eso seguro. Incluso a veces se nos mete en la cabeza y no podemos sacudirnos las sensaciones y emociones que nos trae. Y no, no se trata de las canciones de las películas, aunque seguro que en alguna ocasión también hablaremos de ellas.
Lo que quiero es acercaros esa otra música que en ocasiones pasa desapercibida. No en vano su labor, a priori, es no llamar la atención sobre sí misma. Busca reforzar elementos que estén, e incluso no estén, en pantalla. Es parte del conjunto de la película, con su propia y especial función. Aquí os comentaré su resultado y qué os vais a encontrar cuando os aproximéis a ellas fuera del contexto de la película.

“Oculus, el espejo del mal”

Empezamos por una estupenda película de terror que nos llega: “Oculus, El Espejo del Mal”. Precedida de buenas críticas, nos narra una historia sobre un espejo con maldición. El terror y el suspense, musicalmente pueden dar mucho juego. Los encargados de componer la música son The Newton Brothers, un dúo que pertenece a esta hornada de músicos actuales, versados en composición clásica, pero que también desarrollan buena parte de su trabajo en el campo de la electrónica. En esta ocasión, y tratándose de una película de terror, es esperable que la música busque acentuar dicha atmósfera. El problema es que hace poco más.

Toda su banda sonora es básicamente música ambiental. Excepto en un par de ocasiones en que realmente nos infunden terror con la misma, el resto de la partitura no se aparta de dicha línea. En la película su utilización puede ser ideal, pero fuera de la misma dudo que les aporte nada a muchos aficionados de las bandas sonoras (ocasionales o no) que no sean amantes del “ambient” electrónico. Si a eso le sumamos que buena parte de sus piezas tienen una duración cercana a los 30 segundos, poco más queda. En la música se aprecia cómo se quiere jugar con la idea de utilizar la instrumentación acústica como representación del elemento humano, mientras que la electrónica representa el mal y la fuerza tras ese espejo, con una especie de pulso sintetizado y grave que es casi omnipresente. Pero es difícil que en su escucha aislada pueda convertirse en música muy habitual para ningún aficionado.

“Lawless”

Totalmente diferente es el caso de “Lawless (Sin Ley)”. Aquí vamos a entrar en un terreno musical más tradicional. Tras dos años de espera por fin se estrena en salas la última película de John Hillcoat, un thriller de gánsteres en la Norteamérica rural. El nombre de Nick Cave le resultará familiar a más de uno. Junto a Warren Ellis, ha sido el responsable de la música de todas las películas de este director, también de ésta. En esta ocasión con el interés adicional de que Cave es también el guionista de la cinta.

Su música para cine siempre ha sido de un tono muy similar al de su música habitual. Acústico, con guitarra y arreglos electrónicos, y con un carácter muy cercano al de la música independiente americana, sin embargo aquí sorprende por cómo ha enfocado “Lawless”: casi más como uno de sus discos habituales que como un trabajo para cine. Con un sonido cercano al bluegrass y el country y con canciones formando parte de la misma. Para interpretarlas ha creado una banda llamada “The Bootleggers” que sirven de base a diversos invitados que vamos a escuchar en la banda sonora. Y aquí hablamos de gente de prestigio como Emmylou Harris entre otros músicos. Pero lo que puede ser más discutible es su elección de temas, algunos como The Velvet Underground como base de la misma. La mezcla de moderno y antiguo no termina de funcionar, porque ofrece una imagen poco centrada de lo que se quiere conseguir. No es un sonido moderno para una película de corte clásico, pero tampoco es una música clásica en una película moderna. Se mueve un poco en tierra de nadie. Los seguidores del cantante seguro que disfrutarán de la misma, aunque muy alejado de su trabajo para otros proyectos como “The Road” o “The Proposition”.

“Maps to the stars”

Entrando en un terreno ya más habitual para el aficionado a las bandas sonoras. “Maps to the Stars” es la nueva película de David Cronenberg para la que de nuevo Howard Shore ha compuesto la música. Ya van quince colaboraciones en 35 años. El nombre de Shore sí puede resultar familiar al público en general. No en vano es el responsable de la música que ha acompañado a las trilogías de “El Señor de los Anillos” y “El Hobbit”. Pero, como es habitual en sus trabajos con Cronenberg, se aleja mucho del estilo de esas películas que os acabo de mencionar. Cronenberg es un director muy especial, y de nuevo vuelve a traernos una historia cargada de elementos más psicológicos que directos.

Shore se ha adaptado perfectamente a lo que le demanda la película. Su música está compuesta para un pequeño y variado grupo de músicos que incluyen cuerdas, guitarras eléctricas, percusión y teclados. El conjunto termina siendo un poco esquizofrénico, musicalmente hablando, por la variedad de sonidos y estilos que vamos a escuchar. Desde piezas cercanas a un sonido rock alternativo, seco, duro y claustrofóbico a otras cargadas de emoción y sentimientos, mucho más clásicas y cercanas a las trilogías (aunque en pequeño formato). Shore demuestra que es todo un maestro en composiciones más arriesgadas y complejas. Lo ha sido siempre, y éste es uno de esos momentos.

“Calvary”

Si hay alguna BSO que debería señalar como más destacada, no tengo ninguna duda de que debe ser “Calvary”. Si hay algo que me gusta de hablar de música es el hecho de descubrir nuevos nombres que merece la pena seguir. Éste es uno de esos casos. Una película que llega con cierto retraso a nuestro país, pero que viene precedida del aval de una estupenda interpretación protagonista, a cargo de Brendan Gleeson y la preciosa música de Patrick Cassidy.

A Cassidy no le conoceremos mucho por estas tierras. Se trata de un compositor irlandés que creció hablando sólo gaélico, y que es considerado el mejor compositor clásico contemporáneo de Irlanda. Los aficionados a la música de cine le pueden conocer por su “Vide cor meum”, una espectacular aria que acompañaba al protagonista de la película “Hannibal”. Pero aunque sólo fuera por su trabajo en “Calvary” ya se merece que le tengamos en nuestra lista. La banda sonora es realmente preciosa, sabe moverse sin problema entre los terrenos de los sentimientos, las emociones, la liturgia y el drama. El conjunto es realmente impecable. Toda la partitura se encuentra basada en tres temas que va desarrollando y entrecruzando continuamente. Hay una música que representa al Padre James y que sirve de lazo de unión de toda la partitura, interpretada en violín solista y voz, en una melodía delicada, y otra música más cercana a la localización geográfica de la historia, más oscura y dramática, a voz y arpa. Y finalmente el tema de Verónica, a piano y flauta irlandesa, que representa el elemento espiritual de la historia. El conjunto es toda una delicia.

Hay mucho de qué hablar y hay mucha música que escuchar. Ya veremos lo que nos depara cada semana. De momento, simplemente… bienvenidos al club.

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