El Club de las BSO: Atmósfera y pasión de estilos diversos

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“Para la música J. C. Chandor vuelve a contar con Alex Ebert, el cantante de la banda indie Edward Sharpe and The Magnetic Zeros, que realiza su segundo trabajo como compositor para cine”.

 

La banda sonora de una de las cintas más esperadas, El año más violento, la música de la última cinta de Rob Cohen y el concierto de la orquesta de Córdoba interpretando La Pasión de Cristo en la Mezquita de la ciudad marcan esta nueva entrega de El Club de las BSO.

 

 

Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.

 

Se acerca un periodo de vacaciones y los estrenos empiezan a cargarse de películas más ligeras o con algún tipo de atractivo para todos los públicos. Películas familiares, películas con buena acogida de crítica, películas con actores muy reconocibles para la audiencia.
“El año más violento (A most violent year)”

Pero centrándonos en las bandas sonoras de los estrenos de esta semana, por fin se estrena en nuestro país una película precedida de buenas críticas en Estados Unidos, “El año más violento” (“A most violent year”). Es la nueva cinta de J.C. Chandor, tras la aclamada “Cuando todo está perdido” que nos contaba el año pasado la historia de un Robert Redford perdido en alta mar.

Para la música vuelve a contar con Alex Ebert, el cantante de la banda indie Edward Sharpe and The Magnetic Zeros, que realiza su segundo trabajo como compositor para cine. Bueno, el tercero si contamos su música para el corto de animación de Disney “Feast” que disfrutamos antes de la película “Big Hero 6”. Y como buen músico de rock que muestra sus pinitos en la música para cine, su estilo es fácilmente identificable.

A priori la película no iba a contar con partitura instrumental. J.C. Chandor pensaba utilizar diferentes canciones de la época como base de la banda sonora, pero después se fue percatando de la necesidad de contar con ciertos momentos de música que no fuesen solo dichas canciones. La música tiene un sonido principalmente ambiental, con momentos que no pasan de ser un tono repetitivo, con subidas y bajadas de intensidad. Pero sobre dicho tono y ambiente, Ebert va introduciendo notas largas y dramáticas en la orquesta que sirven de base a la historia de Alex, el protagonista. El tono general es bastante oscuro y atmosférico, con instantes en los que introduce una percusión para aumentar la tensión y la sensación de violencia a la que hace referencia el título.

Sin embargo, el elemento que más identifique la banda sonora posiblemente sea la canción compuesta por Ebert para la misma, “America for me”, un tema con unas letras más que negras que Ebert acompaña creando una especie de “free jazz” interpretado con una voz susurrante y rasposa. El acompañamiento con sólo palmas, sintetizador y saxo conforma una canción que se sale de los cánones habituales y que seguramente le dé más originalidad a la banda sonora que su música aislada. Una especie de himno americano en estilo “sucio”.

 

“The boy next door”

Siguiendo con el tono ambiental y atmosférico llega a nuestras pantallas la nueva película de J.Lo , “The boy next door”, dos años después de “Parker”. Así es la publicidad, no sé necesita más. Ni siquiera nos preocupamos por el director de la película, que es Rob Cohen, responsable de “A todo gas”, “Pánico en el túnel” o “Dragonheart”, ni del resto de protagonistas.

Viendo los tráilers y conociendo la trama de la película, no parece que vayamos a encontrarnos nada que no se haya contado cientos de veces en películas de cine y televisión: una historia de pasión obsesiva que se convierte en algo más peligroso. Y en la BSO tampoco hallamos nada muy original, una música que busca principalmente la creación de una atmósfera de suspense y tensión, con otros momentos más sensuales y románticos. En principio nada que no sea típico de este tipo de proyectos, excepto los responsables de la misma y su trabajo.

En primer lugar lo original es ver el nombre de un veterano de Hollywood como Randy Edelman, uno de los compositores habituales del director en “The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor” o “xXx”, pero verle acreditado junto a uno de los jóvenes valores de Hollywood, Nathan Barr, más conocido por ser el autor de la música de la serie “True Blood” o la saga de “Hostel”. Esa colaboración se debe a la amistad entre ambos. Una amistad que tuve la suerte de ver cómo se creaba durante la presencia de ambos compositores en una de las ediciones del Festival Internacional de Música de Cine que se celebra en Córdoba cada mes de julio. Volviendo a la película, el sonido de su banda sonora en general es más cercano al estilo atmosférico, pequeño e intimista, con orquestaciones e instrumentación muy originales que solemos escuchar a Barr. Pero en otros momentos es fácil identificar desarrollos melódicos que son más habituales de escuchar en Edelman.

El conjunto pone mucho énfasis en las cuerdas, percusión y voces. Especialmente este último punto es uno de los mejores de la banda sonora, con la maravillosa voz de Lisbeth Scott, que coincidió en la misma edición del festival que ellos. Scott le proporciona esa mezcla entre pasión y emoción a los temas en los que está presente y, al mismo tiempo, le proporciona una profundidad y calidad a la partitura que la saca de ser una más dentro del género. Eso sí, no hay que confundirla con alguna de las canciones que ella misma también aporta a la película. Ese ya es otro tema.

Hablando del Festival Internacional de Música de Cine y de Lisbeth Scott, voy a aprovechar para un recuerdo al pasado. Y es que Scott es una vocalista muy conocida en el mundo de la música de cine, gracias a su participación en multitud de bandas sonoras como “Munich”, “Iron man 2”, “Transformers” o “Las Crónicas de Narnia”. Pero tal vez uno de sus momentos más destacados fuese su participación en la banda sonora de John Debney para la película “La Pasión de Cristo” dirigida por Mel Gibson, posiblemente uno de los mejores trabajos del compositor.

Tal es la calidad del trabajo que una de las ideas del compositor fue convertir su trabajo para la película en un oratorio, y que pudiese ser interpretado en fechas muy especiales para los cristianos de todo el mundo. Pero independientemente de los sentimientos religiosos personales de cada uno, cualquier buen aficionado a la música de cine, si no ha tenido ocasión de escuchar dicha banda sonora, debe hacerlo ya.

El pasado año, con motivo de su décimo aniversario se realizó una reedición especial de dos cedés de la discográfica americana La-La-Land Records. Sobra decir que si tenéis ocasión os hagáis con ella. Os vais a encontrar música cargada de potencia y emoción como pocas actualmente. Su función en la película es absolutamente sobresaliente, con momentos como el de la Resurrección que llega a poner el vello de punta. Una auténtica maravilla compuesta para gran orquesta, coro, voces solistas e instrumentos étnicos que realmente dudo que deje a alguien insensible.

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¿Qué fecha más especial y significativa puede haber que la de Semana Santa para esta historia que acompaña a la música? Para los que tengáis ocasión, os emplazo a que os acerquéis a la ciudad de Córdoba este sábado 21 de Marzo. Así tendréis ocasión de disfrutar de la música de “La Pasión de Cristo” interpretada en directo por la Orquesta de Córdoba, el coro Zyriab y los solistas originales, Lisbeth Scott y Pedro Eustache. La entrada será libre hasta completar aforo y el lugar de celebración no puede ser más singular y adecuado para ello: el interior de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Será el punto de comienzo del Festival Internacional de Música de Cine que se celebraré en 2015 y del que ya os hablaré con detalle. De momento, la semana que viene seguiremos hablando de más música de cine. Bienvenidos al club.

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