Discos: «Somewhere else», de Sally Shapiro

Autor:

«Complace percibir a unos Sally Shapiro más abiertos, asomando la cabeza más allá del baile de mediados de los ochenta»

Sally-Shapiro-Somewhere-Else-01-10-13

Sally Shapiro
«Somewhere else»
PAPER BAG RECORDS

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Tercer disco de Sally Shapiro y uno espera cierta continuidad en el estilo, desde luego las brillantes canciones que compone Johan Agebjörn hacen desear que no hayan cambiado mucho, y también, por qué no, algún motor de avance, una identidad marcada pero que se maquille evitando la rutina. Y el dúo sueco lo ha conseguido desde el mismo punto de partida, el italodisco, la respuesta europea a las tendencias más souleras para las pistas de baile; impulsada desde recién entrados los ochenta por productores de ascendencia italiana. La separaban dos rasgos de la tendencia de disco music anglosajona, un mayor peso de las bases de sintetizadores y melodías menos agresivas. Fue un estilo popular, sostén de las incipientes radiofórmulas. No creo que haya nadie que no identifique ‘La dolce vita’ como propia de una época.

Y así accedemos al nuevo disco tanto de los suecos como de cualquier otro grupo, deseando encontrar factores de riesgo y a la vez marca de estilo, y “Somewhere else” nos las ofrece en algunos cortes que parecen pensados sencillamente como rompepistas, buen objetivo si lo consiguen. Y es el caso; ‘If it doesn’t rain’ y su maravilloso solo de saxo, los ritmos marcados de ‘What can I do’ y sobre todo ‘Architectured love’ –como buen hit del estilo, casi instrumental– acumulan esas capas de ofebrería electrónica que fijan cuerpo y resuelven ligereza, que podrían pasar por buenas en cualquier recopilatorio.

Pero todo esto no sería más que un excelente remedo si no aportaran algo más, y el extra es llevar esta marcada preferencia a tejidos más afines al pop ingenuo, natural y sencillo, que viene a ser la dirección que enfila el indie sueco de este milenio. El inicio del disco con ‘I dream whit an angel tonight’ y ‘All my life’ –también un apunte final en ‘Don’t be afraid’– parece intentar en mezclar texturas más frías y melancólicas que parecen el justo punto de intersección entre el indie pop de Labrador y Saint Etienne, se complace más en buscar belleza en la dulzura y no en la efervescencia. Más Ace of Base y menos Casco.

Pero de hecho, no continúa en este sentido, porque de golpe ‘Sundown’ inicia texturas evanescentes, bases muy marcadas de graves y fondos que juegan con frecuencias musicales boscosas, una nebulosa sonora que progresa en ‘Starman’ y llega hasta ‘Lives together’, donde lo evanescente es esa voz que patina sobre una combinación de ritmos que están a un paso de ser industriales, en este caso sector Moroder. No deja de tener todo un fundamento en esas llamadas al baile de mediados de los ochenta, pero complace percibir unos Sally Shapiro más abiertos, asomando la cabeza en otras habitaciones. Todo se resume quizás en la perfecta ‘This city’s local italo disco dj has a’, que eleva el disco si no en bpm sí en pasión; es una letanía electro, un mantra obsesivo, cargado de riffs directos y juegos dance, una retahíla de nostalgia en el extremo más alejado de la dulzura que empaña los primeros temas.

Anterior crítica de discos: “Seasons of your day”, de Mazzy Star.

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