Discos: “Mouseland”, de Octubre

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“Son cortes como ‘Utilízame’ los que se quedan en la memoria, una canción que se inicia lentamente, como si de un easy listening se tratase, para estallar de repente a medio camino y ya no bajarse de la cresta de la ola hasta el final”

 

octubre-mouseland-26-01-2016

 

Octubre
“Mouseland”
MIEL DE MOSCAS

 

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

 

Suenan los primeros acordes y ya estamos alerta. Ese sonido es inconfundible y pocos por aquí facturan canciones redondas de power-pop como esas. El primer nombre que se nos viene a la cabeza es Star Trip que, aunque veteranos, acaban de editar su primer álbum. Reno también facturó un disco en esa línea no hace mucho. Cooper también las hace así en algunas ocasiones.

Por supuesto, Octubre se mueve en esas coordenadas. El grupo de Caravaca de la Cruz (Murcia), formados en 1994, tienen ya otros tres álbumes en su haber, los que hacen que sus canciones sean ya más que reconocibles: “Mi última y mejor oportunidad” (2001), “Cuando todo parecía perdido” (2006) y “Todo se lo lleva el viento” (2010), siendo este último el que mejor glosaba su buen hacer hasta el momento.

Integrado actualmente por José Esteban Martínez-Iglesias (voz y guitarra), Ángel Perni (guitarra), Leandro Martínez-Romero (guitarra, teclado y coros), Juan Manuel De León ‘Dele’ (bajo y coros) y José Ángel Gómez (batería), Octubre continúa facturando el mismo pop de guitarras luminoso y contagioso, sumándole ahora una mayor carga social en sus letras.

De hecho, su título “Mouseland” hace referencia a una fábula política enunciada en los 70 por los políticos canadienses Clarence Gillis y Tommy Douglas. En ella se habla de un país de ratones que elige a unos gatos para que los dirijan, y estos acaban aprovechando la situación a su favor. Solo un ratón les intenta disuadir, explicándoles que únicamente ellos están capacitados para hacerlo y evitar que alguien saque tajada de ello, pero acaba entre rejas.

Ahí está, sin ir más lejos, la rotunda ‘San Martín’ que abre el álbum, con un texto en el que se escuchan frases como estas: “Cada vez que os escucho me entran ganas de vomitar / Cada vez que habláis y no es verdad / Estoy harto de ver que todo está igual / Estoy harto, pero esto va a cambiar / Ha llegado el momento de actuar e ir más allá”.

A continuación llega una perfecta versión del ‘Nos falta fe’ de Juan y Junior, con una sección de viento que no tiene tanto protagonismo como en el original, pero que no por ello deja de ser menos efectiva. Los vientos también redondean ‘La lluvia’, acompañada de una leve psicodelia en los arreglos.

Pero son cortes como ‘Utilízame’ los que se quedan en la memoria, una canción que se inicia lentamente, como si de un easy listening se tratase, para estallar de repente a medio camino y ya no bajarse de la cresta de la ola hasta el final. Y, sobre todo, ‘Un millón de dudas razonables’, perfecto pildorazo pop como los que algunas veces factura La Habitación Roja y que evoca a lo mejor de Gigolo Aunts o Teenage Fanclub.

 

 

Anterior crítica de discos: “Tusk”, de Fleetwood Mac.

 

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