Discos: “La rosada”, de Xarim Aresté

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Sin conocer el sentido de la palabra convencional, Xarim vuelve a demostrar que es un músico excelso, cargado de ideas y con una capacidad innata para plasmarlas en forma de canción”

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Xarim Aresté
“La rosada”
BANKROBBER

 

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

 

Acompañante habitual en los últimos tiempos de Gerard Quintana, Xarim Aresté pasa sin rubor por ser uno de los músicos más heterogéneos del país. No en vano, Josele Santiago experimentó su vuelta a los escenarios antes de reunir a Los Enemigos con algún concierto con la anterior banda de Aresté, Very Pomelo, como acompañantes.

“La rosada es su nuevo trabajo, tras su debut en solitario con “Lladregots” (2013) y un disco firmado a medias con Quintana el año pasado y que respondía al título de “Tothom Ho Sap”. Sin conocer el sentido de la palabra convencional, Xarim vuelve a demostrar que es un músico excelso, cargado de ideas y con una capacidad innata para plasmarlas en forma de canción. Es capaz de mutarse en una extraña mezcla entre Tom Waits y Devotchka en ‘A l’univers li sua’, convertirse en un músico rumano callejero en la oda gipsy ‘Ple de gom a gom’, heredar la clase folk medieval de Xavier Baró en ‘Jo l’estimo’, meter a My Morning Jacket en un circo en ‘Pensant en cercles’ o disfrazarse de Devendra Banhart en ‘Mentre tu dorms’. En ‘Lleons marins’ consigue en menos de dos minutos una canción redonda desde su letra hasta su espléndida melodía por la que muchos pagarían, mientras ‘Quatre fulles’ vuelve a beber del medievalismo.

La recta final se encara con ‘La Santa Espina’ que podría haber firmado Van Morrison sin rubor. Le sigue ‘Magenta’ para dar el contrapunto oscuro necesario al conjunto, dinámica pero tensa, semi sinfónica, un blues hablado en el que los cambios de acordes no son apenas necesarios. El colofón lo pone la acústica y bella ‘Bon vent’. O no. Porque Xarim completa la edición del disco con el regalo de un álbum completamente instrumental titulado “Cine Ebro” que lo confirma como uno de los máximos exponentes de la incontinencia creativa. Cargada de calidad, eso sí. Mi músico favorito de la actual escena en lengua catalana. Por K.O. técnico.

Anterior crítica de discos: “Último acto”, de Vicentico.

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