Discos: “Asfixia”, de Disco Las Palmeras!

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“Todo junto, consigue un excelente encaje entre las melodías –en este disco más pop– y el incendio en que se sostienen y así el resultado final queda perfectamente encajado y se distingue el sabor de cada instrumento”

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Disco Las Palmeras!
“Asfixia”
SONIDO MUCHACHO

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Excepto la letanía que cierra el tercer trabajo de Disco Las Palmeras!, una masa gregoriana que surge de un fondo pétreo y atiende al nombre de ‘La calma’, las diez canciones que nos presentan son ruido y fuego. Acostumbrados a que el interior de Galicia se enfrente a la música con potencia –Los Suaves, el bravú, Triángulo de Amor Bizarro– no extraña la posición sonora de Disco Las Palmeras!, pero sí que riegue sus canciones de una dureza caliente de la que da buena cuenta la que abre el disco, ‘Tarde y mal’, en la que recuperan el “punch” cortante, chulesco de Ilegales, Polansky y el ardor o hasta los Planetas. Un buen golpe que confirma su estatus dentro del panorama musical.

Entre medias, el festival de la electricidad guitarrera en el que a veces encajan pequeños cauces de teclados que llegan, en su combinación, a registros oscuros, superados por los picos de las guitarras. ‘Cállate la boca’ o ‘El final del círculo’ –esta con una letra también de tintes negros– te dejan bien impactado, son bloques compactos, una lluvia cada vez más torrencial como la que asalta la ilustración de la portada, icónica y con guiños a otro disco famoso.

Llega esta viscosidad hasta la pantanosa ‘En el agujero’, casi surgiendo de un magma y del fondo atmosférico de vendaval, sensaciones que se agravan en la absolutamente tórrida ’Fuego’. Idas y venidas, la similitud de las bases instrumentales se matiza con alusiones a la mitología adolescente y la opresión del crescendo del ‘Morir o matar’. Todo junto, consigue un excelente encaje entre las melodías –en este disco más pop– y el incendio en que se sostienen y así el resultado final queda perfectamente encajado y se distingue el sabor de cada instrumento.

Mucho más abiertos que ese shoegaze en el que se los incluye, es un disco que escucha tras escucha deja la misma impresión de efusión, de intensidad, de querer sostener a base de guitarrazos un estado de ánimo rabioso y encendido, pero también se dejan ver poco a poco decenas de matices que asientan la carrera del grupo gallego y los preparan para un futuro en que necesitan crecer sobre estos cimientos.

Anterior crítica de discos: “Find a way to care”, de John Mayall.

 

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