Diez canciones de The Beatles que odiaba John Lennon

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Canciones suyas y canciones de Paul McCartney, singles de éxito y caras B de algún disco: el exbeatle rechazó públicamente unos cuantos temas de la banda pop más famosa de todos los tiempos. Conmemorando el 75º aniversario de su nacimiento, Xavier Valiño recoge los odios musicales del autor de ‘Imagine’.

 

Selección y texto: XAVIER VALIÑO.

 

De las más de 200 canciones compuestas y grabadas por The Beatles, evidentemente no todas son excelsas. Tampoco a todos los componentes del cuarteto les gustaban todas sin excepción, ni tan siquiera a los fans menos exigentes (¿alguien defiende ‘Yellow Submarine’?).

Pues bien, John Lennon también tenía sus reparos. Es cierto que al principio no dijo nada negativo de sus canciones, pero a medida que llegaba el final de la década de los 60, fue empezando a dejar sus comentarios críticos con algunos de sus temas. Su distanciamiento con Paul McCartney también ayudó lo suyo, aunque los palos le cayeron tanto a canciones en las que aquel fue el principal compositor como a las suyas propias. Y, más adelante, especialmente en su entrevista con “Playboy” de 1980, poco antes de morir, su visión de algunas de ellas era todavía más agria. Recordemos alguna de esas canciones a las que Lennon sepultó en algún momento con comentarios como losas de ataúdes.

 

1. ‘It’s only love’ (“Help!”, 1965)

Para la banda sonora de su segunda película, “Help!”, The Beatles necesitaban algunas canciones que la completasen. En una sesión en su casa de Kenwood (Weybridge, Surrey), Paul ayudó a John a terminar una canción que este último tenía compuesta en gran parte y que ya no le interesaba mucho cuando le puso como primer título ‘That’s a nice hat’ (‘Qué sombrero tan bonito’). Nunca quedó satisfecho.

En un primer momento, Lennon le confesó al periodista británico Ray Connolly que se trataba de “la canción más embarazosa de todas las que he escrito, todo rimaba en ella. La letra es asquerosa. Ya entonces estaba tan avergonzado de su texto que apenas podía cantarla. Es una canción que realmente desearía no haber escrito nunca”. En 1972, volvió a afirmarlo en la revista “Hit Parader”: “Esa es la única canción que realmente odio de las mías. ¡Tiene una letra terrible!”. Y en su entrevista en 1980 no dejó de confirmarlo: “Siempre pensé que era una canción pésima. Con la letra toqué fondo. ¡Siempre la odié!”

Sin embargo, McCartney, en la biografía de 1997 “Paul McCartney, hace muchos años”, de Barry Miles, no se ensañó de la misma forma: “A veces no nos peleábamos si la letra resultaba sosa en algunas de esas canciones de relleno como ‘It’s only love’. Si una letra era muy mala, nos poníamos a trabajar en ella, pero no éramos tan quisquillosos porque, al fin y al cabo, solo es rock’n’roll. Quiero decir que no se trata de literatura”.

2. ‘Run for your life’ (“Rubber soul”, 1965)

Compuesta por Lennon a partir de una línea en la canción de Elvis Presley ‘Baby let’s play house’ (en concreto la que dice “Preferiría verte muerta, pequeña, que con otro hombre”), su temática iba en la línea misógina de ‘You can’t do that’ o ‘I’ll cry instead’. McCartney, en el citado “Paul McCartney, hace muchos años”, explicó perfectamente su contenido: “John estaba casado, mientras que en ninguna de mis canciones hablaría de pillar a mi chica con otro hombre. Nunca fue una preocupación mía, en absoluto, porque yo tenía una novia e iba con otras chicas. Era una relación perfectamente abierta, así que no estaba tan preocupado por eso como John. Era una canción un tanto machista”.

Por su parte, John, que reconoció que había sido un regalo para George Harrison, probablemente para que diese rienda suelta a tocar la guitarra como a él le gustaba, la repudió desde el principio con comentarios en distintas entrevistas como “una canción de usar y tirar”, “no creo que haya sido tan importante”, “no me gustó”, “siempre la he odiado” o “era falsa”.

3. ‘When I’m sixty four’ (“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, 1967)

Compuesta por Paul McCartney cuando tenía 16 años con el estilo de Frank Sinatra bien presente, ya la tocaban cuando aún eran The Quarrymen y en sus días en The Cavern. En 1966, cuando su padre Jim cumplió 64 años, McCartney reescribió la letra y fue la primera en grabarse para “Sgt. Pepper’s”, con un texto sobre un hombre joven que quiere envejecer junto a su pareja y se pregunta si estará a su lado cuando cumpla los 64.

John la consideraba una canción de “abuelas”: “Es de Paul completamente. Nunca se me ocurriría escribir una canción así. Hay algunas cosas en las que nunca pienso, y esa es una de ellas”.

4. ‘Lovely Rita’ (“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, 1967)

La letra comenzó como una sátira sobre la autoridad, con una heroína odiosa como protagonista, hasta que, a tono con el sano humor de la época, McCartney decidió que “sería mejor quererla”. Según una agente de tráfico llamada Meta Davis, la canción tiene que ver con una multa que le puso al bajista y cantante de The Beatles en Garden Road, St John’s Wood, retirándole su coche.

Lennon se burlaría más adelante de las canciones “de novelista” sin mensaje de su compañero: “Son historias sobre gente aburrida que hace cosas aburridas, carteros, secretarias, gente que escribe a su casa. No me interesan las canciones en tercera persona. Me gusta escribir sobre mí mismo, porque me conozco”. Eso sí, para Brian Wilson, de The Beach Boys, esta es su canción favorita de The Beatles. Simple disparidad de opiniones.

5. ‘Good morning, good morning’ (“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, 1967)

Tras dos años sin parar, entre grabar discos y viajar por medio mundo, de repente Lennon se encontró en casa aburrido y desmotivado. “No sabía qué hacer”, recordaba en 1980. “¿Qué haces cuando no estás de gira? No hay vida. ¿Qué demonios haces todo el día? Pensaba que era el fin, de verdad. Si no iba a haber más giras, eso significaba que iba a haber un espacio en blanco en el futuro”.

Ese “espacio en blanco” puede haber sido lo que todos querían, pero una vez que lo consiguieron, John en concreto entró en un período de falta de motivación que afectó a todo, incluso a su composición. En este caso sucedió que una mañana, sentado el piano, escuchó un anuncio de cereales de la marca más conocida que daba los buenos días, y lo metió en una canción. El tema empieza, de hecho, con un “Nada por hacer”. No resulta extraño, pues, conociendo sus antecedentes, que Lennon la definiera como “una canción desechable, un pedazo de basura”.

6. ‘Hello, goodbye’ (single, 1967)

Según el asistente del grupo, Alistair Taylor, ‘Hello, goodbye’ empezó a tomar forma como un ejercicio de ‘improvisación’ en el que él y Paul McCartney fueron tocando alternativamente notas en un armonio, mientras jugaban a asociar palabras. Según McCartney es un canción que habla de la dualidad de las cosas.

John Lennon siempre fue muy explícito en su aversión por ‘Hello, goodbye’, condenándola como “tres minutos de contradicciones y yuxtaposiciones sin sentido” y afirmando que “apesta a millas de distancia”. Probablemente en su apreciación tenga que ver el hecho de que su canción ‘I am the walrus’ fuese relegada a la cara B del single en favor de ‘Hello goodbye’. Aunque en este caso sí que había algo positivo en ella, según sus propias palabras: “Lo mejor es el final, que todos improvisamos en el estudio, y en el que yo toco el piano”.

7. ‘Lady Madonna’ (single, 1968)

Inspirada en su letra por una foto en una revista en la que una mujer africana daba de mamar a su bebé bajo el título de “Madonna de las montañas”, McCartney se inspiró en la línea de piano tocada por Johnny Parker en el tema ‘Bad Penny blues’ de Humphrey Lyttleton, para la introducción y el ritmo, mientras que Fats Domino (quien acabó haciendo su propia versión de la canción en 1968) le sirvió de referencia para su forma de tocar el piano.

Si la melodía la compuso McCartney, así como parte de la letra, Lennon no quedó para nada satisfecho con su contribución para acabarla, por pequeña que esta fuera: “Tenía un buen gancho de piano, pero realmente la canción no iba a ninguna parte”, aseguró. “Tal vez yo ayudé a Paul con parte de la letra, pero no estoy orgulloso de ello en absoluto”.

8. ‘Ob-la-di, ob-la-da’ (“The Beatles-White Album”, 1968)

El título lo tomó McCartney de un artista de reggae que conocía llamado Jimmy Scott, y su Obla Di Obla Da Band. Él solía decir “Ob-la-di, ob-la-da, la vida continúa”. Cuando McCartney la convirtió en una canción, Scott se enfadó porque creía que le debía acreditar y darle una parte de los derechos de autor. Un tiempo después, cuando Scott entró en prisión por no pagarle la pensión a su exmujer, McCartney le pagó la fianza a cambio de que no reclamase contra él en el futuro.

Según el ingeniero Geoff Emerick, “era una composición de McCartney que Lennon detestaba abierta y explícitamente”, añadiendo que “John la veía como música para abuelas”. Además, John estaba resentido porque Paul había pasado más tiempo con esta canción en el estudio que con cualquier otra del “Álbum blanco”. En este caso, Ringo y George compartían su opinión y los tres vetaron que fuese lanzada como single, como pretendía Paul.

9. ‘Sun King / Mean Mr. Mustard’ (“Abbey Road”, 1969)

Grabados en una sola secuencia, estos dos fragmentos compuestos por Lennon forman parte del medley de la cara B de “Abbey Road”. La primera parte está inspirado por un sueño de John Lennon al que McCartney añadió algunas frases inconexas en una mezcla de español, portugués e italiano (“Cuando paramucho mi amore de felice carathon / Mundo paparazzi mi amore cicce verdi parasol / Questo abrigado tantamucho que canite carousel). Según Lennon, “era un pedazo de mierda que tenía por ahí”. Tan poco convencido estaba que la tituló en un principio, ironizando sobre la canción de George Harrison de título similar, ‘Here comes the sun king’.

Para el segundo fragmento, Lennon se inspiró en una noticia que había leído en un periódico sobre un tacaño que escondía su dinero en diversas partes de su cuerpo, con tal de no gastarlo. Según la definió en su día, “se trata de un trozo de basura que escribí en la India”.

10. ‘Let it be’ (single, 1970)

Durante el verano de 1968, cuando las sesiones para el disco The Beatles eran especialmente hostiles, Paul McCartney se pasaba las noches en vela, inquieto e inseguro. Una noche tuvo un sueño en el que su madre, Mary, se le aparecía y le decía que no se preocupase tanto por las cosas, que las dejase estar.

Lennon no ocultó nunca su aversión por el mojigato catolicismo que oía en el tema, y durante una de las sesiones de grabación le preguntó cruelmente a McCartney “¿Tenemos que reírnos durante el solo?”

Más adelante, en la ya mencionada entrevista de “Playboy”, continuó con su ataque frontal. “Es puro Paul. ¿Qué más puedo decir? No tiene nada que ver con los Beatles. Podría haber sido de Wings (el grupo de McCartney tras la disolución de The Beatles). La verdad, no sé en que estaría pensando cuando escribió ‘Let it be’. Creo que se inspiró en ‘Bridge over troubled waters’ (sic). Esa es mi impresión, aunque no tengo nada que lo confirme. Yo sé que a él le gustaría escribir un ‘Bridge over troubled waters’”.

Lennon podría haber tenido razón, pero se equivocaba en un dato nada menor: aunque la canción de Simon & Garfunkel apareció en enero de 1970, dos meses antes que ‘Let it be’ (marzo de 1970), ‘Bridge over troubled water’ se había registrado en noviembre de 1969, mientras que las primeras sesiones de grabación de ‘Let it be’ se remontaban once meses atrás, a enero de 1969. Imposible que McCartney la hubiera oído.

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