Diego A. Manrique analiza la película de David Mamet sobre Phil Spector

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Diego A. Manrique ya ha visto la película de David Mamet sobre Phil Spector y confiesa que al acabar “estaba más que indignado, echaba chispas”. Mamet presenta a Spector como una víctima de los medios, pero “Incluso alguien que vivía a 10.000 kilómetros sabía que Phil Spector era una bomba a punto de estallar. Desde Leonard Cohen a Ronnie Spector, me habían contado anécdotas suyas (con pistola). Me irritaba igualmente su clasismo: colaborando con John Lennon o George Harrison se mostraba humilde y respetuoso; con los Ramones, por el contrario, le salía el dictador grotesco”, dice Manrique en su blog de “El País”.

A parte de lucir “como una obra de teatro filmada, con espectaculares decorados reproduciendo las barrocas estancias de la Mansión Spector”, para Manrique lo más irritante es “la cobardía moral del autor, David Mamet. Se dedica a sembrar suspicacias sobre la ya decidida responsabilidad de Spector en la muerte de Lana Clarkson, una actriz de la serie B que pagaba las facturas como camarera en el House of Blues de Sunset Boulevard. Asistimos a pringosas exhibiciones de balística y se nos sugiere una posible inestabilidad de Clarkson, con un video penoso donde parodia a Little Richard”.

“Mamet consigue hacernos identificar con Linda Kenney Baden, la abogada encarnada por Helen Mirren”. Haciendo que Linda le conceda a Spector el beneficio de la duda. Puede ser un monstruo que vive en un castillo, igual que el minotauro se escondía en una cueva. Y por idéntico motivo: ‘para impedirse hacer el mal’”.

Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “El dictador que jugaba con pistolas”.

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