Degusta Fest: dos días memorables de conciertos y gastronomía en Granada

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«La primera visita a Granada de The Jesus and Mary Chain tuvo carácter de hito»

 

La primera edición del festival granadino, que fusiona la experiencia culinaria con un potente cartel de artistas, contó con actuaciones imborrables de The Jesus and Mary Chain y Wilco. Allí estuvo Eduardo Tébar.

 

Degusta Fest.
Espacio Fermasa, en Armilla (Granada).
27 y 28 de junio de 2025.

 

Texto: EDUARDO TÉBAR.
Fotos: DEGUSTA FEST.

 

Tres ingredientes han marcado la primera edición del Degusta Fest, que ha tenido lugar este fin de semana en el espacio de Fermasa, en Armilla (Granada), donde en su día también se vivieron jornadas históricas del Espárrago Rock. Primero, los conciertos de dos tótems internacionales como The Jesus and Mary Chain y Wilco. Segundo, la apuesta sobre seguro en el apartado de grupos nacionales, que ratificó a unos triunfales Carolina Durante como la banda generacional de guitarras. Y tercero, la voluntad de fusionar la música con la experiencia gastronómica, aportando un valor añadido y diferencial al patrón festivalero.

Tanto el viernes como el sábado los horarios se cumplieron con precisión suiza. En general, todo estuvo dispuesto para una vivencia confortable. Ya lo dijo Pepe Rodríguez, director del Degusta Fest, en una entrevista en Efe Eme: «No pienso en un festival de 40.000 personas, ni me apetece tener que lidiar con cincuenta artistas». El mayor enemigo fue el termómetro, en especial para las dos primeras actuaciones de la tarde. Y la novedosa incorporación del mundo culinario, que era un melón por abrir, plantea un horizonte estimulante para futuras ediciones, con margen de mejora.

 

Wilco: «Los de Chicago relucieron en toda su esencia»

 

Otro Pepe Rodríguez, el del programa MasterChef y el restaurante El Bohío, ejerció de señuelo de la parte gastro. En la carpa central se podían probar sus arroces, así como las propuestas cocina de autor de chefs granadinos como Antonio Lorenzo, Vicente Jiménez, Lola Marín o Sergio Lara, entre otras muchas opciones de gastronomía internacional. Además, a primera hora de la tarde fue posible disfrutar de charlas y actividades paralelas en torno a la cultura gastronómica.

En cuanto al espectáculo, la primera visita a Granada de The Jesus and Mary Chain tuvo carácter de hito. El viernes a medio día, los hermanos Jim y William Reid se acercaron a Discos Marcapasos, la tienda de la calle Duquesa que ahora cumple treinta años como refugio indie en la ciudad, donde firmaron discos y libros con la calidez con la que Pepe y Lola organizan estas cosas. Luego, en concreto a las 21:20h, Jim salió al escenario con la camiseta de Marcapasos. Sujetando el micro a dos manos con el extraño hipnotismo de esa voz desganada que parece venir de otro planeta, entre las deflagraciones de “jamcod” en la apertura. Lo que hace cuatro décadas se antojaba una cacofonía reminiscente de las producciones de Phil Spector ahora brilla como ruido lúbrico.

 

Carolina Durante: «Una hora y media de fuerza arrolladora, imparable hasta con muletas»

 

Los escoceses dedicaron la mitad del concierto a revisar su legado de los ochenta, sin recrearse más de la cuenta en el festival de chirridos del seminal Psychocandy (en 2025 toca cuarenta aniversario). Todo un acontecimiento en esta tierra: Los Planetas no se conciben sin el influjo de Jim y William Reid (Florent, uno de los dj’s del festival, lo subrayó en su sesión posterior), y una parte de Lagartija Nick tampoco. Los álbumes en los que más se detuvieron fueron Darklands y el reciente Glasgow eyes: cuatro de cada uno. Los Jesus apenas recurrieron a parafernalias. Utilizaron la pantalla para ilustrar su única cita a su regreso en 2017 (“All things pass”). Ponzoñosos y austeros, no necesitan que la pirotecnia te indique lo que tienes que sentir. Al final, la argentina afincada en la escena granadina Natalia Drago (Srta. Trueno Negro) cantó con ellos “Sometimes always”, con un quiebro muy a lo Hope Sandoval en los noventa, y el himno “Just like honey”.

En la misma franja horaria, el sábado le llegó el turno a Wilco. Un concierto mucho más agradecido para los de Jeff Tweedy que el que ofrecieron en Granada hace ya dieciséis años, en el Palacio de Congresos. En aquella ocasión, un miércoles, tuvieron fuerte competencia futbolística: el Barça de Guardiola disputaba la final de la Champions al mismo tiempo. Al igual que con The Jesus and Mary Chain, la cofradía local se dejó ver por allí. Por ejemplo, Víctor Sánchez, guitarrista de Lapido, que también estuvo en 2009. La de aquella noche rara de mayo parecía más un recital para músicos. Este sábado, en cambio, los de Chicago relucieron en toda su esencia. Dejando para el recuerdo un momento de absoluto clímax: esos seis minutos de solo de Nels Cline en “Impossible Germany”, ante la puesta de sol en la antigua azucarera de Armilla.

El vigésimo aniversario de A ghost is born masajeó la membrana de la nostalgia desde que arrancaron con “Handshake drugs”. Así, hasta cerrar a través del firme traqueteo de “Spiders (kidsmoke)”, con ese manto rítmico calcado de Neu! Y con los pulcros arañazos de guitarra donde llegamos a vislumbrar a unos virginales Television. No iba desencaminado el director del Degusta Fest cuando, en la rueda de prensa de presentación del festival, situó a Wilco como «los Radiohead del country alternativo». En Granada encandilaron con la construcción de sus sonoras arquitecturas, alzadas entre la sencillez y una leve ampulosidad. Y con la eximente que le otorga a Tweedy su perfil de antiestrella del rock.

 

The Lemon Twigs: «Retaron al sol con canciones tan supremas como “The one”»

 

Por lo demás, el gran concierto nacional lo protagonizaron Carolina Durante el viernes por la noche. Una hora y media de fuerza arrolladora, imparable hasta con muletas. Los madrileños convirtieron el escenario en una sobria oficina. Para hacerse respetar. Y ni siquiera la lesión de rodilla del cantante frenó su empuje. En la formación, un rostro familiar, el de Banin, en la esquina con teclados y ocasionales guitarras, como en Los Planetas. Punk pop sustentado en una banda crecida para gritar machaconamente las angustias de la existencia. Lo saben cuando proclaman: «No sonamos mal. Sonamos mejor que ayer».

El Degusta Fest propició también el reencuentro con Nada Surf, que inauguraron el festival mientras el sol azotaba a 35 grados, lo que sin duda deslució su grandeza como supervivientes del power pop. Realizaron un esfuerzo sobrehumano y se ganaron el aplauso. Y no se limitaron a cumplir con las rentas. Del reciente Moon mirror despacharon unas cuantas, despidiéndose con las ineludibles “Popular” y “Always love” antes de coger un vuelo a París. La abismal diferencia de sonido, cuando a continuación ocuparon el escenario The Lemon Twigs, dice mucho a favor de los hermanos Brian y Michael D’Addario (quienes por la mañana se dejaron caer por Discos Bora Bora). Invocaron a Brian Wilson. A los Beatles por el costado de McCartney. A Alex Chilton y Big Star. Al barroco de The Left Banke y a los Byrds de guitarras de doce cuerdas. Retaron al sol con canciones tan supremas como “The one”. Y qué delicia cuando soltaron el “Mejor” de Los Brincos.

 

Love of Lesbian: «Un largo show impregnado de teatralidad»

 

Y en similar contexto de sofoco dieron la talla León Benavente y The Gulps. La banda escindida de Nacho Vegas ha evolucionado en la última década hasta derivar en un producto perfecto para asaltar escenarios y devorar multitudes. Abraham Boba y los suyos mostraron una carta al decir eso de «la voz de tu generación» en “Ánimo, valiente”, que rescataron en el primer tramo. Cada vez más electrónicos, repiten ritmos y palabras. Danzan e intelectualizan el vacío. Por momentos recuerdan al filósofo Deleuze, riéndose ladinamente de su lector. Con su baile existencialista. Con la cosa buena en el festín. Invitando a ser usados y tirados. Y siempre disfrutados. León Benavente nunca decepciona.

Por su parte, el grupo multinacional con dos miembros de Calahorra y apadrinado por Alan McGee (sello Creation) mostró encanto british y mucha actitud para abrir boca. No era su primera vez en Granada, donde estrecharon lazos con Discos Bora Bora y reside su productor Youth (en Albuñuelas). Y donde McGee ha pasado largas temporadas e incluso ha pinchado bastante en garitos en los últimos tiempos. Por último, la solvencia garantizada de Love of Lesbian, con Santi Balmes a la cabeza, para poner la guinda mediante un largo show impregnado de teatralidad. Con el lujo de contar con canciones, como “Club de fans de John Boy”, que no necesita ni cantar, porque dan sentido a la experiencia colectiva.

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