Cuentas pendientes, de Bunbury

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DISCOS

«Que nadie espere al Bunbury habitual vecino del sur, porque estamos ante un nuevo reenfoque con algunas de sus mejores canciones, algo complicado teniendo en cuenta las que ya amasa, pero absolutamente cierto»

 

Bunbury
Cuentas pendientes
WARNER, 2025

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Cuentas pendientes no es producto casual. Cuando Bunbury se fue a grabar a México tenía muy claro que sería un álbum de música latina. Aunque lo más fácil sea buscar su referente próximo en Licenciado cantinas (2011), lo cierto es que sería un juicio en gran parte erróneo. En aquel ya lejano disco de versiones, el tinte clásico era el propio de la mayoría de las canciones que seleccionó cubrir, mientras que Cuentas pendientes se aprecia como una obra eminentemente actual. La instrumentación es clásica (bendito ese contrabajo que se escucha en todos los temas), pero, si prestamos atención a la estructura de las canciones,  veremos que en el fondo se trata de un disco de rock, o mejor aún, de un disco latino parido por un rockero. Yendo más allá, podemos decir que la forma en la que se comportan las canciones es la típica del pop, lo cual, unido a su sonoridad, hace de este un álbum muy especial.

Si uno va a centrarse en las canciones como diamantes en bruto que moldear, más le vale conocer los secretos intrínsecos al oficio, y después de tantos años de carrera, Bunbury no solo los conoce, sino que sabe aplicarlos. La magia de una estrofa tan potente como un estribillo, la importancia de un puente que eleve las expectativas de lo que va a venir después, los estribillos que han de ser parte esencial de la tormenta perfecta que ha de ser una buena canción… Todo ello está en los diez temas de Cuentas pendientes.

Hizo bien en lanzar “Para llegar hasta aquí” como primer single, porque exhibía perfectamente el disco, pero, ¿qué me dicen de esa barbaridad llamada “¿Te puedes a todo acostumbrar”? Nunca las lágrimas pegaron en plaza popular con más arrebato. Aun así, no pienses solo en los singles conocidos y prepárate para “Como una sombra” y muy especialmente “Serpiente”, que ojalá suenen en directo durante su próxima gira y que acaba de ser lanzada como sencillo y no me extrañaría que tuviera aún mayor éxito que todos los anteriores. Llama mucho la atención que un clásico de la historia del rock como Bunbury haya elegido versionar “La hiedra”, de Pachi Alis, un autor contemporáneo en vez de antiguo, al que así hace un guiño poniendo en la pista de un formidable escritor de canciones a quien no lo conozca.

Si no te gusta la música latina, créeme que no te va importar; el corazón rockero es evidente y las letras rematarán doblándote los latidos, con la supervivencia planeando como un tema inevitable y necesario realmente. Puede tratarse simplemente de madurez, pero los patrones clásicos son evidentes. Que nadie espere al Bunbury habitual vecino del sur, porque estamos ante un nuevo reenfoque con algunas de sus mejores canciones, algo complicado teniendo en cuenta las que ya amasa, pero absolutamente cierto. Dale una escucha e igual que yo lo aseverarás. Dale un par más, y fehacientemente lo creerás.

Anterior crítica de discos: No es para menos, de Rafael Berrio.

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