Crema, de Tu Otra Bonita

Autor:

DISCOS

«Tu Otra Bonita ha conseguido que la rabia y la belleza sean la misma cosa»

 

Tu otra bonita
Crema
Warner Music, 2021

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Tu Otra Bonita ha dado un salto expansivo, una bomba. Hacia dentro y hacia fuera. Hacia dentro porque esa condición flamenca que usaban ya, pero con timidez, aquí se vuelve el alma del disco. Ese cóctel al que nos tenían acostumbrados en los tres discos anteriores solía ser equilibrado entre el ska, la rumba, los sonidos latinos y el flamenco. En Crema, no es que hayan desaparecido, es que pasan por el tamiz de este último.

En cuanto al salto hacia fuera, el plantel de colaboradores es abundante: de Macaco a Travis Birds, de Juanito Makandé a La Pegatina, media docena de artistas se han aliado para llevar adelante el disco. Un disco, decimos, con una base de flamenco en la instrumentación y las guitarras, pero que es bastantes otras cosas y, sobre todo, es el disco que puede llevarles a un mayor reconocimiento.

Dominan los medios tiempos desde esa rumba de estribillos aéreos que no llega a romper y que sirve de prólogo, “Al revés”. Es el apartado que deriva del nuevo flamenco que impulsó el sello Nuevos Medios en los años ochenta. Ahí entran también “Caballo blanco” y sus evocadores coros finales, junto a unos Macaco de terciopelo íntimo, o “Gitana”, con un bongó que a los dos segundos ya tiene aire de rumba. Es la más parecida a Ketama, hasta que la invade una saeta y se convierte en otra canción que, poco a poco se va reconvirtiendo hasta que del dolor pasa otra vez al jaleo.

Hay, como decimos, otras texturas. “El conjuro” alía partes de tipo folclórico —cantos andinos— con momentos a lo Manu Chao, y “Alfombra roja” es la más deslenguada y libre, cercana a Kiko Veneno y al ska. Llegan, incluso, a lo experimental en “Mi cura”, que sigue la deriva hacia el flamenco, pero tiene arreglos con masas electrónicas y fondos fríos y abstractos. Por otro lado, entre los bonus con que cuenta el disco, tenemos “Locos de amor”, la más bailable, en que la colaboración con La Pegatina y su acordeón hace que tome impulso como un cohete.

Variado también en sus sentimientos, puede hablar de un amor sereno y feliz, con un estribillo también feliz, en “Algo que ya”, y del abandono en “A poco”, que asume que el alma de quien nos deja se queda en los objetos, que a su vez son el vacío. Un crescendo de vientos y cuerdas la hace estremecedora. Como muchas otras del disco, en que Tu Otra Bonita ha conseguido que la rabia y la belleza sean la misma cosa.

Anterior crítica de discos: La buena suerte, de Shinova.

 

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