Corriente alterna: Lo que tú reclamas o lo que yo quiero

Autor:

«¿Hay que darle al público lo que quiere o es mejor que el artista haga lo que le plazca? Yo me quedo con la segunda opción»

Con Morrissey y sus recientes conciertos como excusa, Juanjo Ordás se pregunta si el artista debe dedicar los directos a congraciarse con la audiencia disparando hits seguros.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

No fui a ver ninguno de los shows de Morrissey en España por conflictos de agenda, pero me habría gustado… y más aún después de haber sabido del repertorio que tocó. A alguno le extrañará, pero un concierto en el que apuesta a muerte por su último disco siempre es un concierto loable, y lo cierto es que “World peace is not of your business” es un buen trabajo. Habrá quien, con toda lógica, hubiera preferido un show de hits, es perfectamente comprensible y yo dependiendo del artista que se tratara tendería a esa opción, pero en este caso hablamos de un tipo incoformista, indomable en muchos aspectos y con una nueva colección de grandes canciones bajo el brazo. Puede que incluso un espectáculo como el que ofertó, girando en torno a “World peace is not of your business” y canciones oscuras de su cancionero sea incluso útil para entender todas esos temas que se te escapaban y que ahora, con él cantándotelos cara a cara, empiezan a encantarte.

Insisto, no pude ver ninguno de sus conciertos pero sí que he escuchado unas cuantas veces “World peace is not of your business” y ‘Neal Cassady drops dead’ debería situarse desde ya entre lo mejor de su producción, con otras canciones como ‘Kiss me a lot’, ‘Earth is the loneliest planet’ y ‘I’m not a man’ aportando mucho color a cada noche. Pero quedémonos sobre todo con el hecho de que estamos hablando de un artista de primera división apostando a pleno por su última obra, cuando son muy pocos lo que se contentan con soltar una par de novedades. No sé si como espectadores nos malacostumbramos a los shows de hits, pero sí es verdad que un concierto como el que Morrissey está paseando exige mucha más concentración. ¿Hay que darle al público lo que quiere o es mejor que el artista haga lo que le plazca? Yo me quedo con la segunda opción, siempre, aunque los que escojan la primera también tendrán toda la razón.

Esta es una vieja disyuntiva que lleva asolando a los artistas desde hace siglos en cualquier área, ya sea música, pintura o literatura. Y hoy no la vamos a resolver, desde luego.

Anterior entrega de Corriente alterna: El letargo del rock.

Artículos relacionados