Corriente alterna: Henry Rollins, el grande

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Lo mismo te escribe una columna fantástica en un diario de Los Ángeles, que graba un impresionante disco de rock, que se hace un tour de spoken word o escribe un libro”

 

Esta semana, Juanjo Ordás ahonda en la figura del polifacético músico que militó en Black Flag y lideró la Rollins Band, recordando algunos de sus mejores trabajos discográficos y reconociendo la conexión con otras facetas que desarrolla el estadounidense.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Día de hablar de Henry Rollins, un hombre al que la música le supo a poco pero… ¡qué gran música ha hecho! Yo admiro a muy poca gente, y a la poca que admiro la conozco en persona y forman parte de mi día a día. Entiéndaseme, soy mitómano pero no idolatro, las estrellas son para que hagan su música y me arranquen ovaciones, ni más ni menos. La admiración me la guardo para la cotidianeidad. Sin embargo, siempre hay alguna estrella lejana que además de darte buena música, te estimula; una estrella con la que pareces coincidir y que cuando no coincides te propone un debate intelectual. Una de esas figuras es Henry Rollins, el héroe del punk, el sueño estadounidense en su versión más crítica, un hombre hecho a sí mismo con las neuronas siempre hirviendo. Llama la atención la relación entre su porte musculosa y su cerebro siempre en ebullición. Lo mismo te escribe una columna fantástica en un diario de Los Ángeles, que graba un impresionante disco de rock, que se hace un tour de spoken word o escribe un libro.

Uno de los mejores discos para acercarse a su juventud es “My war” de Black Flag –banda con la que mantuvo vivo el punk estadounidense en los ochenta–, pero siento especial cariño por el doble en directo “The only way to know for sure: Live in Chicago”, editado en 2002 con la Rollins Band. Es un directo muy auténtico, de bajo, batería, guitarra y voz bien mezclados, de hecho es un ejemplo de mezcla. Muchas veces los trabajos en vivo están horriblemente organizados a nivel sonoro, pero ese no es el caso de este disco, de su blues heavy, de su rock pesado, pura actitud.

 

 

Henry es de los que supieron escapar de la caída de la nación Lollapallooza, lo tuvo fácil porque siempre siguió su propio camino, y ese camino iba más allá del punk, de rock alternativo y de la música.

 

 

Anterior entrega de Corriente alterna: Él es Chencho Fernández.

 

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