Corriente alterna: El rock es para lobos solitarios

Autor:

 

«El comienzo fue el mismo para todos, un crío solitario por fuera o por dentro. No os llevéis a engaño. Ese crío no existe más»

Juanjo Ordás reflexiona sobre los principios que nos llevaron de chavales a aficionarnos al rock, sosteniendo la teoría que éramos, somos, lobos solitarios.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Nos perdemos tanto entre las cuerdas de guitarra, el cuero y las botas con buen tacón que dejamos de pensar poco a poco en que nosotros teníamos poco que ver con eso en lo que nos hemos convertido. Quien más quien menos (aficionado al género, lógico), ha adoptado estética rockera, tal vez macerada por la edad, pero ahí sigue. Algunos llevan patillas ligeramente largas, otros han descubierto que se puede combinar el traje con un corte de pelo rockeramente «cool», otros quizá lleven un anillo de más o puede que cada vez que se apoyan en una pared se coloquen de la forma más natural en una pose con significado. Yo creo que todos somos así, ¿verdad? Como decía, quien más quien menos. Pero el caso es que nos hemos convertido en eso, porque el rock and roll siempre ha tenido mucho de música de lobo solitario. Luego los hay que se juntan con más y los hay que siguen manteniendo el ritmo en soledad, pero estoy seguro que todos los que llevamos el rock and roll en el pecho, desde los que fueron los más populares de la clase hasta los marginados del recreo, en un momento dado recibimos una llamada única y exclusiva que conectaba con esa parte nuestra tan solitaria, ¿verdad?

Luego crecemos, aprendemos a rugir, a exhibir melena, a comparar cueros, pero el comienzo fue el mismo para todos, un crío solitario por fuera o por dentro –o ambas–. No os llevéis a engaño. Ese crío no existe más aunque siempre quede algo de él. A lo mejor por eso a uno le deja de gustar acudir a conciertos y cada vez tiene menos sentido lo de mezclar música y amistad. Hagámonos mayores volviendo a abrazar un poquito de esa soledad pasada, viene bien para dedicarse un poco de tiempo a uno mismo.

Artículos relacionados