Corriente alterna: Acerca de Scott Weiland

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“‘Blaster’, su último disco solista editado hace apenas diez meses, era notable, y su trabajo vocal para la banda Art of Anarchy fue magistral, incluida la composición de las melodías”

 

Juanjo Ordás ha dejado correr unas semanas para escribir sobre el fallecimiento del músico estadounidense, antiguo vocalista de Stone Temple Pilots y de la Velvet Revolver que también hizo carrera como solista.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Con algunas defunciones dejo pasar el tiempo, a no ser que no pueda evitarlo. Luego, escribo. No hay norma, a veces me aguanto y a veces no. Si no te reprimes las ganas, te puede salir algo emocional y bonito. Si te aguantas, tal vez algo más pausado y centrado. Con Scott Weiland me contuve hasta hoy. Era uno de mis cantantes favoritos del rock alternativo junto al también difunto Layne Staley, pero además proyectó una carrera muy interesante fuera de Stone Temple Pilots, en solitario y como miembro de otras bandas.

Nunca tuve oportunidad de entrevistarlo y jamás habría querido. Debía ser una persona especialmente complicada, con unos cuantos demonios comiéndole por dentro a turnos. Nadie con dos dedos de frente quiere que los músicos sufran, pero la decadencia de su alma fue la que envistió de sentimiento muchos de los grandes discos que firmó. No sé si fue un precio a pagar, tal vez la música fue el mojo que le permitió mantenerse vivo, y todos esos discos, un bálsamo. Pero su pérdida es triste por razones humanitarias y porque, en mi opinión, creativamente se encontraba en un muy buen momento. “Blaster”, su último disco solista editado hace apenas diez meses, era notable, y su trabajo vocal para la banda Art of Anarchy fue magistral, incluida la composición de las melodías. Obviamente, sus días de fama estratosférica quedaban lejos, pero ahí están esos dos álbumes recientes.

Solo pude verle una vez en directo. Fue durante la gira presentación del debut discográfico de Velvet Revolver —la superbanda que hizo con los ex Guns n’ Roses Duff McKagan y Slash—, y aquella noche Weiland brilló como la madre que lo parió. El material de su nuevo conjunto era tremendo, y guau, menudo frontman estaba hecho. Nos llevó al cielo y aunque no estoy seguro de que dicho lugar exista, sí espero que este hombre descanse en paz.

 

 

Anterior entrega de Corriente alterna: Teoría del tiempo (solo para valientes).

 

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