Coque Malla: Tocar y tocar

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«Cuando estás con una guitarra y una voz, no te puedes esconder detrás de nada, estás expuesto y tienes que hacer que la canción suene con tus huevos y con tu musicalidad»

 

Con la excusa de la edición desnuda de «Termonuclear», charlamos con Coque Malla para que nos cuente de esos directos que le llevan rodando por todo el país. De las preguntas se encarga Juan Puchades.

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.
Foto: THOMAS CANET.

 

 

Sigue Coque Malla tocando en directo, en salas pequeñas, a veces acompañado únicamente por Nico Nieto (en shows íntimos, entregados y altamente recomendables) y en ocasiones con su banda. Pero la reciente publicación de «Termonuclear en casa de Coque Malla» (Warner), la muy paladeable versión cruda y desnuda de «Termonuclear», nos lleva a derivar la conversación hacia, precisamente, los acústicos: «En estos momentos lo habitual es el acústico, y lo excepcional es tocar con banda, Ahora, que yo después de haber hecho tantos acústicos, ya no sé con qué formato disfruto más. Son muy diferentes, para mí lo del acústico no es ‘uf, qué coñazo, tengo que hacer un acústico, estoy deseando tocar con la banda’, no, a veces, dudo de cuál disfruto más, porque en el acústico eres mucho más libre, no está ahí la batería ni el bajo mandando, puedes improvisar mucho más».

¿Has descubierto nuevas posibilidades y registros en ti mismo, con este formato?
Sí, pero ya desde hace mucho tiempo, esto empezó con Las Mentiras, el dúo que tenía con Álex Olmedo, de La Naranja China, que hacíamos versiones de Dylan, Bowie… Estuvimos como tres años haciendo conciertos con ese proyecto, y ahí yo empecé a transformar mi voz gracias a tocar en acústico, y gracias a que cuando estás con una guitarra y una voz, no te puedes esconder detrás de nada, estás expuesto y tienes que hacer que la canción suene con… tus huevos. Con tus huevos y con tu musicalidad, no te puedes esconder en la batería, en el ruido, en la distorsión, en nada, y eso fue una escuela tremenda, pero que empezó entonces, hacia el 2000.

Y eso lo dices tú, que naciste musicalmente, con Los Ronaldos, con la electricidad y los decibelios…
Sí, exactamente, pero cuando nos separamos Los Ronaldos, luego hubo un momento que hubo que reducir mucho los gastos y hubo que ir en acústico, y tuve la suerte de vivir esa etapa musical, que para mí fue casi la mejor escuela que he tenido. «Termonuclear» está cantado así porque he hecho acústicos, sino no hubiera aprendido a cantar así.

Me sorprendió el disco acústico de «Termonuclear», porque el disco original no es acústico pero sí muy crudo, casi íntimo. ¿Era necesario ese paso al acústico, ha sido un apoyo para los directos o solo un capricho?
No sé, ha sido simplemente que nos apetecía hacerlo. Fue aquello de “vivo en una casa estupenda, con un jardín maravilloso, ¿por qué no nos inventamos algo?» Y se nos ocurrió llamar a amigos, tocar un rato, y ¿qué tocamos? Pues «Termonuclear», con el mismo orden pero en acústico, y con eso tenemos un regalito más para la gente que lo quiera, y como apoyo a los conciertos. Pero no creo que fuera algo que necesitara «Termonuclear». Aunque «Termonuclear» sea crudo, a veces tiene un aire casi sinfónico, y, de repente, ‘Déjate llevar’, con dos guitarras solo, te lleva al sitio donde nació «Termonuclear».

Una de las cosas buenas de la versión acústica es esa, precisamente, que si tenemos los dos discos nos permite apreciar las canciones vestidas y desnudas.
Sí, te puedes imaginar que estoy yo en mi casa componiendo «Termonuclear», puedes hacer ese ejercicio. Eso es lo que creo que aporta este disco. El momento en que terminé de componer las canciones, antes de dar el paso de juntar a la banda e ir al estudio a grabarlo, así es como sonaban las canciones.

¿El creador quiere lo mismo a una versión de una canción suya vestida que desnuda?
[Risas] Buena pregunta que no me había hecho nunca, la verdad. Pues no lo sé. Hombre, hay un subidón muy fuerte cuando tú empiezas a pensar los arreglos; porque yo me imagino los arreglos, muchas veces escucho en la cabeza la canción como luego termina siendo, con todos los arreglos, me pasa muchas veces. La verdad es que tengo esa virtud, o ese defecto, porque a veces creo que es un defecto, ya que me empeño mucho en ir por ese camino y como que me empeño mucho en que no ocurran otras cosas que aporte otra gente o que surjan por el camino. Así que para mí es un defecto. Vale, es una virtud porque tengo imaginación para los arreglos, pero llegó un momento en que sentía que en el proceso creativo de vestir la canción, de producirla, estaba como la barrera de lo que yo ya me había imaginado, y con el tiempo he ido limando eso. Para contestar a tu pregunta, también está el gozo de cuando tú has estado mucho tiempo en el proceso de composición, escuchando la canción e imaginándote esos arreglos y cuando por fin los grabas, los mezclas y le das al play y oyes la canción tal y como la has imaginado… ese momento es increíble.

¿Te ha pasado que alguna canción, previamente grabada con grupo, luego has intentado llevarla al acústico y no ha aguantado solo con guitarra?
Ahora no se me ocurre ninguna, pero sí, quizá hay canciones que son buenas canciones tocadas con guitarra y voz pero que el espíritu de la canción está en el ritmo, en el baile, y que con una acústica y voz no tiene tanta gracia. Tocamos en la Galileo [Madrid] en acústico y quise cambiar el repertorio de arriba abajo porque ya habíamos tocado varias veces en Madrid y quería hacer otra cosa, así recuperé muchas canciones que habíamos tocado muy poco o que casi no habíamos tocado; canciones de «Soy un astronauta más», de «Sueños» y de «La hora de los gigantes» que hacía mucho que no tocábamos o que nunca habíamos tocado Nico y yo solos, y recuperé ‘Me olvido de ti’, que era una canción muy funky de «La hora de los gigantes» y, claro, tuve que invitar a Gabi para que tocara el cajón porque, la verdad, Nico y yo solos, no tenía mucho sentido, porque era una canción totalmente rítmica. Pero no suele ocurrir, una canción si no funciona con la guitarra y la voz, acaba desapareciendo en el proceso de grabación de un disco. Es decir, cuando estoy componiendo un disco y tengo una canción que antes de vestirla empiezo a tocarla y no funciona, desaparece. Tiene que funcionar vestida y desnuda. Si no funciona sin vestirla, es que no funciona.

En paralelo a los acústicos, también estás manteniendo los conciertos con banda, ¿no?
Sí, ahora en invierno vamos a hacer casi todo acústico, pero alguna cosa con banda también hay. Pero el noventa y cinco por ciento va a ser en acústico.

Con sinceridad, si la penuria no fuera tanta, ¿estarías haciendo acústicos o solo harías eléctricos?
A ver, el escenario ideal es hacer lo que tú elijas.

Te has salido por la tangente…
No, no me salgo por la tangente, te contesto sinceramente: muchos acústicos se están haciendo porque la situación obliga, porque hay una evidente penuria económica, y no hay presupuestos, los garitos están acojonados… todo el mundo está acojonado, no hay dinero, la crisis, etcétera. Muchos de los conciertos acústicos se van a hacer por obligación económica, respondo sinceramente. Pero, si pudiera elegir, no solo haría conciertos con banda, haría conciertos acústicos también. Lo acojonante sería decir «de noviembre a diciembre voy a hacer una girita por salas con toda la banda, y luego, en enero y febrero, dos mesecitos con la banda». Es cierto que las condiciones obligan, pero me apasionan los acústicos. Y si pudiera elegir, haría los dos.

Algunos no terminamos de entender ese vídeo, de hace unos meses, en el que casi de una manera triste anunciabas que ibas a pasar una temporada en Buenos Aires, casi como una retirada española. ¿Qué fue aquello?
Sí, eso fue una rabieta. El verano fue raro, ahora estoy tocando un huevo y va todo que te cagas y estoy con un subidón de la hostia, y estoy con un montón de proyectos en la cabeza que me tienen entusiasmado, pero entonces coincidió un momento como de rabieta, hacía veinte días que no había conciertos, que justo el concierto anterior fue mal, y, joder, me pillé una rabieta: «¡con el disco que he hecho y tengo que estar aquí sudando la gota gorda!». Es una situación general y no hay que tomarlo como algo personal, que es lo que hice yo. Mal hecho, creo que a todos nos toca remar más fuerte de lo que normalmente remamos, pero ahí cogí la rabieta. Y creía que es el momento de intentar algo en Argentina, que llevó muchísimo tiempo queriendo intentarlo: tengo un «feeling», un presentimiento, no sé exactamente lo que es, de que conmigo en Argentina va a funcionar algo, y además potente. Tengo ese presentimiento. Pero me pillé la rabieta y pensé en voz alta. Muchas veces con el rollo de la web de que hablas a tus fans te crees que es una cosa como íntima, y no lo es.

Coque, ya no hay nada íntimo…
Exactamente. Haces algo y es público y corre como la pólvora en tres segundos. Fue eso, un pensamiento en voz alta. Pero, vamos, para nada. Si voy a Argentina, que lo quiero hacer, será para ir, estar unos meses, conocer músicos, tocar en garitos y, por supuesto, volver, seguir tocando en España. Fue solo eso, una rabieta y un pensamiento en voz alta en un momento de bajón que me dio. De decir, «¡joder, qué jodido está todo!».

Sí, esa sensación daba el vídeo, parecía que estabas como triste, decepcionado.
Estaba agotado de, joder, que a estas alturas, después de dos discos que están muy bien, discos muy serios, todavía allá que… ¡Uf…! ¡Peleárselo tanto!

¿Estás pensando en el siguiente disco?
Sí, estoy en ello, no estoy componiendo, pero hay un proyecto en marcha, un proyecto que quiero preparar muy despacito, sin ninguna prisa, no quiero ponerme una fecha. Entre «La hora de los gigantes» y «Termonuclear» sí que hubo una urgencia y pusimos una fecha, que creo que era necesaria, no sé cómo explicarlo, pero es que «Termonuclear», de alguna forma, es una segunda parte de «La hora de los gigantes» o una conclusión, hay un hilo conductor entre los dos discos. Y tenía mucho sentido que fuese uno detrás del otro. Con el próximo estoy como de vacaciones y en mis vacaciones estoy muy poco a poco, con mucha calma, todo muy medido, y si es este año, bien, y si es dentro de dos, también. Sin ninguna prisa ni ninguna fecha de entrega en el horizonte, nada.

Estas son las fechas de los próximos conciertos de Coque Malla:

Sábado 28 ENERO. Sala Doka Antzokia. DONOSTIA
Viernes 3 FEBRERO. Barnasants. S. BOI DE LLOBREGAT (BCN)
Sábado 18 FEBRERO. La Caja de Música. ARANJUEZ
Viernes 2 MARZO. Sala El Ensanche. VIGO
Sábado 3 MARZO. Sala LeClub. A CORUÑA
Viernes 13 ABRIL. Sala Malandar. Sevilla
Sábado 14 ABRIL. Sala Planta Baja. Granada
Viernes 23 MAYO. La Casa Encendida. MADRID

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