Cine: «Frío en julio», de Jim Mickle

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«Recomendada para la resaca del fin de año, para esos cuerpos joteros y cerebros maltrechos no hay mejor opción que un thriller ramplón con el que rumiar el polvorón»

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«Frío en julio»
(«Cold in july», Jim Mickle, 2014)

 

 

Texto: CÉSAR USTARROZ.

 

 

“Frío en julio” comienza por cebar al espectador con la reproducción sin recato de los componentes cumbres normalizados por su teleserie favorita. Cualquiera nos sirve como modelo de referencia, pues con más o menos inventiva, las series televisivas imitan el idilio con el asesinato accidental, ese crimen circunstancial que enreda al más lerdo del punto geográfico desaborido, ese tropezón que transforma en atractiva cualquier contingencia del destino. Imposible desatender algunas de las más populares secuencias que parten de la muerte imprevista y terminan con la limpieza de la escena del crimen al son del soul. Qué mejor manera de trivializar con flema esos momentos que todavía desagradan a una parroquia decimonónica. Saben lo que quiere la nueva audiencia. Alegría habanera para nuevos estómagos: se nos invita a ser cómplices de un picante desvarío.

No duden que también así se marca el tono desde una apertura facilona. Ahí lo tienen, cualquiera puede verse involucrado. Todo por tener un arma en casa que sirve para disparar una historia de lo más inverosímil. Nos disuaden las motivaciones ilógicas y los pactos de guión débilmente acordados para embarullar la trama. No hay explicación meritoria que nos tiente a empujar al protagonista por la próxima escalera. Pero les vamos a dar razones…

A priori, coincidiríamos con el director que no hay mejor actor para hacer de pardillo de pueblo que el señor Michael C. Hall. Le daríamos esa oportunidad que nadie le ha ofrecido para protagonizar una película. Se busca un héroe de carne y hueso que no trate al espectador de forma distante, que nos enseñe que dentro de cada ciudadano hay aptitud para descargar un revolver. Pero no, de nuevo nos equivocamos. No hay madera en este tío ni haciendo trío con Sam Shepard y Don Johnson. Pero no malinterpreten esta animosidad, recomendamos “Frío en julio” para la resaca del fin de año, para esos cuerpos joteros y cerebros maltrechos no hay mejor opción que un thriller ramplón con el que rumiar el polvorón.

Anterior crítica de cine: “Big hero 6″, de Don Hall y Chris Williams.

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