Cine: «El desconocido del lago», de Alain Guiraudie

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«Se apuesta todo al gusto por mostrar la prodigalidad de las relaciones sexuales en un relato que necesita de su exhibición»

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«El desconocido del lago»
(«L’inconnu du lac», Alain Guiraudie, 2013)

 

 

Texto: CÉSAR USTARROZ.

 

 

Hagan ustedes el favor, señores ibéricos de toda la vida y de todas las generaciones, de reprimir esa actitud homofóbica por algo más de hora y media. Porque si bien “El desconocido del lago” trae mucha cola (en sentido literal), la nueva película de Alain Guiraudie no es imagen pornográfica, sino perversión óptica insuperable para reinterpretar la masculinidad desde el cine gay. Aunque cueste acostumbrarse al primer plano…

Revisando “Ce vieux rêve qui bouge”, mediometraje que nos dio a conocer al director francés allá por el 2001, encontramos un nexo que se repite gratamente como un diapasón: tratamiento de la homosexualidad desde la dignidad, entendida esta cualidad como aquella que huye del victimismo recalcitrante que se acuesta en el cine de minorías socialmente reprimidas. En “El desconocido del lago”, estreno que nos ocupa, se sigue por esta senda, apostándolo todo al gusto por mostrar la prodigalidad de las relaciones sexuales en un relato que necesita de su exhibición.

El “cruising” no ha salido del armario hace dos días. Tampoco su inscripción cinematográfica en thrillers que exponen a quienes lo concurren al peligro del maniaco homicida (“Cruising”, William Friedkin, 1973). El estilo formal de Guiraudie no demanda una alta trepidación, y esa decisión insufla de contención toda la historia: junto a un anónimo pantano acude Franck (Pierre Deladonchamps) para darse un baño en brazos de amantes fortuitos. Para quienes buscan certezas: la amistad con Henri (Patrick d’Assumçao) naturaliza unas prácticas que condenan. Ni siquiera la trama desencadenada por la aparición de un personaje indescifrable (Christophe Paou interpretando a Michel) aleja a Guiraudie del tono. No se inclinen a pensar que una intriga amorosa enredada por asesinatos añadirá dosis de efectismo al desarrollo del argumento. Sospechen del doble significado porque la doblez de Michel y los peligros sobre el lago se leen a través de señales que no se prodigan en el manual de dirección del siglo XXI. El tiempo atmosférico, cambiante, introduce nuevos compases en el argumento; el uso de la luz, las sombras y el color para anticipar peligros o definir a los personajes…; el lenguaje corporal y las miradas para superar el texto dialogado; la retórica que desata el uso de elementos como el viento o el agua y su conexión con los espacios… “El desconocido del lago” es, de lejos, la mejor película que se estrena esta semana.

Anterior crítica de cine: El soldado de invierno”, de Anthony y Joe Russo.

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