Capitana Marvel, de Anna Boden y Ryan Fleck

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CINE

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«Una película que confirma la pertinencia de historias como esta en el más alto panteón de la cultura pop»

 

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Capitana Marvel
Anna Boden, Ryan Fleck, 2019

 

Texto: Elisa Hernández.

 

El universo cinematográfico Marvel continúa ampliándose y añadiendo nuevos y cada vez más complejos personajes al ingente mastodonte cultural que es el cine de superhéroes contemporáneo. Tras más de veinte películas en más de diez años, sigue sin haber verdaderos signos de agotamiento (en forma, fondo, contenido o recepción) que anuncien su final. De hecho, filmes como Black Panther (Ryan Coogler, 2018) o Spider-Man: Un nuevo universo (Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman, 2018) en realidad confirman que este género todavía tiene muchos mundos y perspectivas gracias a los que seguir expandiéndose con éxito. Capitana Marvel es el nuevo ejemplo de estas enormes posibilidades.

La primera película del MCU protagonizada por una superheroína es también la primera capaz de ofrecer un personaje femenino verdaderamente complejo y cuya representación no se ve reducida a una serie de caducos y manidos estereotipos (la única excepción es, por supuesto, el elenco de secundarios de Black Panther). Llamada Vers durante la mayoría del metraje, la capitana Marvel (Brie Larson) es una soldado interestelar sin pasado que, tras una misión que no sale como debería, se ve atrapada en la Tierra en los años noventa. Además de tener que defender el planeta de una inesperada invasión alienígena, Vers ha de enfrentarse también a la reconstrucción de su identidad a través de recuerdos e imágenes de una olvidada vida anterior. Para ello contará con la ayuda de Nick Furia (un rejuvenecido Samuel L. Jackson) y su antigua mejor amiga Maria Rambeau (Lashana Lynn), además de Goose, el gato robaescenas. La química existente entre todos ellos y el humor que deriva sobre todo de cómo la sequedad visceral de la propia Vers se enfrenta al optimista escepticismo de un joven Nick Furia hacen que el total del filme fluya con la misma ligereza con que lo hacen las estilizadas e hiperespectaculares escenas de acción.

Pero al tratarse de una película que cuenta una origin story, cómo la capitana Marvel se convierte en la todopoderosa superheroína llamada a solucionar el caos creado en Los Vengadores: Infinity War (Anthony y Joe Russo, 2018), el foco está acertadamente puesto en aquello que mueve a Vers y prioriza su punto de vista y su experiencia: el más que reconocible hartazgo tras toda una vida de condescendencia y de ser ninguneada, subestimada y definida (sin ninguna prueba) como emocional y prescindible. En un excelente ejemplo de cómo la realidad supera a la ficción, el exitoso estreno comercial de Capitana Marvel tiene lugar a pesar del discurso misógino y la masculinidad frágil que han marcado los meses previos a su llegada a nuestras pantallas, un fenómeno que reproduce una vez más lo ocurrido con el reciente remake de Cazafantasmas y la nueva trilogía de Star Wars. Igual que Carol Danvers finalmente demuestra su valía ante (y contra) aquellos que la rodean, esta es una película que confirma la pertinencia de historias como esta en el más alto panteón de la cultura pop, acercándonos con ello un poco más al momento en el que ya no haya nada que demostrar.

 

 

Anterior crítica de cine: ¿No es romántico?, de Todd Strauss-Schulson.

 

 

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poco más al momento en el que ya no haya nada que demostrar.

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