¿Es posible vivir de la música?

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Alaska, Loquillo, Josh Rouse o Vetusta Morla participan en el primer master de postgrado en Gestión Empresarial de la Música de la Universitat de València. Carlos Pérez de Ziriza nos cuenta de qué va.


Texto: Carlos Pérez de Ziriza.


La pregunta que encabeza este artículo es quizá hoy en día más pertinente que nunca. Porque la crisis acorrala al más pintado, pero no por ello la música pop rock (por utilizar una definición lo más amplia posible) debe dejar de buscar nuevas vías de negocio. Adaptarse o morir, esa es la consigna. Y una tierra tan inclinada al ocio como es la valenciana, repleta de tradición musical y dotada de un clima privilegiado para actividades de ocio al aire libre, no debería ser un mal lugar para todo aquel que pretenda medrar en el mundo de la música, bien desde la promoción del directo o bien desde la estricta creación. Claro que todo eso tendría sentido en un mundo normal, en el que las faraónicas apuestas por las carreras de bólidos o de veleros tuvieran cierta compensación en el terreno de lo musical por parte de unos gobernantes sumidos en sus propios delirios de grandeza. En fin, no estamos aquí para sermones, así que demos la voz a Vicente Martínez, codirector junto a Jose Nácher –director del Departamento de Economía Aplicada de la Universitat de València– de esta apuesta temeraria (tal y como están las cosas) pero sumamente apasionante: la de acercar la Universidad al mundo del pop rock, y apostar fuerte por su profesionalización.

No en vano, profesores universitarios, gestores de discográficas (como Warner o Subterfuge) promotores (del FIB o Primavera Sound, sin ir más lejos) y músicos presentados por periodistas especializados (como Alaska, Loquillo, Josh Rouse, Vetusta Morla o Pau Donés) participan en el proyecto, que se sustenta en 250 horas lectivas y talleres para poner en práctica todo lo aprendido. “En la edición del 2009 del «Taller de la Música» para el Octubre Centre Cultura Contemporània, un espacio de análisis y debate sobre los nuevos retos de la música en el siglo XX que se celebró en Valencia, conocí a Jose Nácher (Profesor Titular de la Universitat de València – Doctor en Economía Aplicada) que asistía como público y se mostraba muy participativo en todos los debates. En este contexto, los dos coincidimos en que era necesario que la Universitat de València ofertara la posibilidad de formar a futuros profesionales de la música”, nos explica Vicente Martínez para justificar la génesis del proyecto. Cocinero antes que fraile –ha sido músico al frente de Big Score, disquero al frente de Zebra Records y ahora director de la editorial Songsforever–, Martínez reconoce que ya existió “un proyecto similar en la catalana Universitat Pompeu Fabra, pero hay diferencias notables.” ¿Y cuáles son?: “Nuestro planteamiento está basado en la experiencia real «Living Laboratory», una  innovadora aportación al proceso formativo por la que los alumnos efectuarán aplicaciones reales de los conocimientos adquiridos durante el postgrado. Se trata de un enfoque «learning by doing», con casos reales que deberán ir solucionando, y relacionados con los contenidos del curso: procesos empresariales o de marketing, producción, comunicación, etc. En esta línea, también se impartirán «case studies» en los que colaborarán diferentes artistas.” Abunda además en que “hasta la fecha no existía un postgrado de estas características, orientado a titulados universitarios y profesionales de la industria de la música que quieran adquirir o mejorar sus conocimientos, con el fin de hacer de la música su profesión”, y en que “el 75% de los contenidos son específicos de la industria de la música y el 25% está dedicado a conceptos genéricos necesarios para ser un buen gestor musical”

Los case studies a los que antes se refería Vicente Martínez son quizá lo más llamativo –a nivel mediático– del curso (título propio de la Universitat de València de 25 créditos, todo sea dicho), ya que músicos tan dispares y populares como Alaska, Loquillo, Josh Rouse, Vetusta Morla, Pau Donés (Jarabe de Palo) o Perico Sambeat protagonizarán “diez horas dedicadas al estudio de casos reales, de una duración de dos horas cada uno, en las que un periodista desgranará junto con el artista su experiencia o trayectoria dentro de la industria musical. Contamos con la participación de Eduardo Guillot, Rafa Cervera, Dani Grau, Juan Vitoria y Jorge García, porque es importante que los alumnos conozcan de primera mano las experiencias de los propios protagonistas, como generadores y creadores de contenidos en el ámbito musical. Y hemos querido contar con diferentes perfiles y carreras artísticas que representen la pluralidad de estilos y segmentos de negocio que podemos encontrar en la actualidad.” Así pues, y esto puede no ser más que una reflexión del arriba firmante, que nuestras Universidades dediquen tiempo a esta clase de actividades, tan esenciales al devenir real del ciudadano de a pie, debería dejar algún día de ser noticia. Eso sería un síntoma de normalización. Y si hay masters y estudios universitarios sobre las materias más insólitamente específicas y especializadas, ¿quién puede rasgarse aún las vestiduras ante una formación orientada hacia una de las indispensables patas que sostienen nuestra cultura del ocio?

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