Banda sonora de La tierra de las mil danzas

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La banda sonora del alma negra en 101 nombres imprescindibles: así titula Luis Lapuente esta lista de canciones soul con las que acompaña su nuevo libro, La tierra de las mil danzas. Los grandes del soul, continuación de su célebre El muelle de la bahía. Una historia del soul.

 

Selección y texto: LUIS LAPUENTE.

 

Al terminar la Primera Guerra Mundial, el decimoquinto Regimiento de la Guardia Nacional, integrado por soldados negros, fue la única unidad del ejército norteamericano condecorada por el Gobierno francés. Al volver a casa, aquellos soldados desfilaron orgullosos por la Quinta Avenida en dirección a su barrio, Harlem, mientras cantaban: «Regresamos, regresamos del combate y regresamos combatiendo». Ese orgullo de sentirse iguales y querer reivindicarlo a toda costa estallaría en numerosos conflictos raciales, cercenados en 1919 por decenas de asesinos vinculados al poderoso movimiento supremacista blanco, que tiñeron de sangre negra pueblos y ciudades de todo el país, culminando en el llamado Verano Sangriento o Verano Rojo. Casi como un movimiento espontáneo, nació una corriente cultural conocida como el Renacimiento de Harlem (Harlem Renaissance), la expresión del pensamiento social y cultural afroamericano que se desarrolló en la nueva comunidad negra formada en el populoso barrio de Harlem. Un movimiento que floreció a principios de 1920, se mantuvo pujante hasta 1940 y encontró su manera de expresarse a través de la cultura: artes visuales, danza, música, teatro, literatura, poesía, historia y política, en personajes como el novelista y poeta Lanston Hughes, los bailarines Bill Bojangles Robinson y Josephine Baker o los músicos Duke Ellington, Jelly Roll Morton y Cab Calloway.

Pero sin la eclosión del blues y el jazz primero y luego el rhythm and blues, y, sobre todo, el soul en la llamada Década Prodigiosa, ese movimiento acuñado en los años veinte del siglo pasado en Harlem, habría quedado casi en una simple anotación en los libros de Historia y Literatura y no en lo que puede considerarse el germen de un largo camino de lucha por la libertad del pueblo negro estadounidense, cuya mejor banda sonora es sin duda el soul, la música del alma negra. Porque la diferencia esencial entre el Harlem Renaissance y la jubilosa explosión del soul en los años sesenta reside en el carácter elitista del primero y el profundamente popular y transversal del segundo, tanto que incluso traspasó fronteras geográficas, raciales y estéticas, una característica que ya había señalado el propio Lanston Hughes en su libro The big sea (1940): «Algunos creyeron que el problema racial quedaría resuelto a través del arte (…). Estaban seguros de que al Nuevo Negro le aguardaba una nueva vida en los pastos verdes de la tolerancia (…). No sé qué les pudo hacer pensar eso, excepto que la mayoría eran intelectuales dándole demasiado al coco. Los negros corrientes no oyeron ni palabra de ningún renacimiento. Y los que lo oyeron, no vieron aumentar su sueldo precisamente».

De ese nuevo renacimiento negro, expresado con increíble talento en la música soul, trata La tierra de las mil danzas, que se acerca a la historia del género desde el punto de vista de quienes considero sus 101 artistas imprescindibles. Aquí, las 101 canciones imprescindibles.

 

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