“Aventuras del Duque por Oriente”, artículo de Diego A. Manrique

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En los años sesenta el Departamento de Estado organizaba por el extranjero giras de músicos de jazz en representación de los Estados Unidos. Uno de ellos fue Duke Ellington. Diego A. Manrique dedica un artículo en su blog de “El País” a la gira del «Duque» por Asia en 1963.

“Durante tres meses de 1963, aquella engrasada big band ofreció conciertos y conferencias ilustradas en India, Pakistán, Sri Lanka (entonces, Ceilán), Irán, Irak, Afganistán, Siria, Jordania, Líbano. El listado produce vértigo: es obvio que ningún artista occidental podría realizar ahora mismo ese periplo, y menos en misión oficial”, dice Manrique.

Uno de los peligros de la gira fue el golpe militar en Irak, cuando Ellington y su banda se encontraban en Bagdad. Algunos instrumentistas se escaparon para acudir a un club nocturno, encontrando a dos hombres y varias mujeres asustados y soldados con metralletas. “Me quedo admirado: aquellos jazzmen estaban hechos de una pasta diferente a la de los músicos del tiempo presente. Intenten imaginar a los típicos dioses del rock saliendo a las bravas, sin guardaespaldas, dispuestos a paladear los placeres de la noche asiática. Imposible”.

También hubo problemas cuando en Nueva Delhi apareció una de las amigas del Duque, “una dama de pasaporte argentino llamada Fernanda de Castro Monte, conocida en los escenarios de Las Vegas como la Condesa”. Algo que no encajaba con la imagen de “gente honesta, de buena voluntad, informal, laboriosa y casta” que propugnaba el Departamento de Estado. “Los jazzmen, forjados en los tiempos ásperos de la segregación y la prohibición, demostraron asombrosos recursos para conseguir compañía femenina y alcohol, incluso en ciudades islámicas”.

Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “Aventuras del Duque por Oriente”.

 

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