Así fue la grabación de En vivo, mucho mejor, de Ariel Rot

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«Con media hora de retraso, el grupo salta al escenario y comienzan a sonar algunos de los mejores momentos de Los Rodríguez, Tequila y sus discos en solitario»

 

Este viernes, 25 de abril, ve la luz la nueva edición, por primera vez en vinilo, de En vivo, mucho mejor (Warner, 2025), el disco en directo que Ariel Rot registró y publicó en 2001. Pero, ¿cómo fue aquella grabación? ¿qué ocurrió aquella tarde del 15 de marzo en Madrid, que dio como resultado uno de los álbumes en vivo más referenciales de nuestro rock? Juan Puchades estuvo allí y lo contó en Efe Eme. Veinticuatro años después, desenterramos aquel viejo artículo publicado en el mensual en papel.

 

Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos: RICKY DÁVILA.

 

La crónica
A las 20:00 h. debe dar comienzo el concierto del que saldrá el quinto disco en solitario de Ariel Rot, En vivo, mucho mejor. Cuatro horas antes, en el precioso teatro Jacinto Benavente (aunque su anterior denominación, La Pocilla, todavía rotula la fachada) de Galapagar, que pese a su exótica denominación se trata de un pueblo de la sierra de Madrid [NOTA de 2025: Galapagar, por el domicilio de dos políticos, no se haría popular a nivel nacional hasta bastantes años después], todo parece estar a punto. Los técnicos de vídeo, sonido y luces manejan sus equipos y esos cables que parecen no encontrar ubicación serán desplazados hasta el momento en que dé comienzo el show (¿se han fijado en que siempre, en cualquier concierto, alguien deambula de un lado para otro con cara de preocupación asiendo un cable que parece fundamental para el devenir de los próximos acontecimientos? Muchas veces he llegado a pensar que se trata de un listillo que se quiere colar y ha salido de casa pertrechado con el cable). El hombre de DRO encargado de que todo esto funcione, David Bonilla, aparece con un adormilado Carlos Tarque asomado a la ventanilla del coche camino del cercano hotel donde los músicos descansarán antes de la grabación.

A las 17:00 h. una furgoneta trae a Ariel Rot y su banda. A los pocos minutos están encima del escenario grabando el último ensayo. En este momento las cincuenta personas necesarias (se registra en vídeo y solo en ese apartado colaboran quince técnicos) para que todo llegue a buen puerto han comenzado a trabajar. Bueno, algunos empezaron algo antes, en la segunda semana de enero, cuando el grupo inició los ensayos: perfilando y ajustando el repertorio, acoplándose los nuevos componentes de la banda al sonido que se buscará para el disco en directo.

Estos ensayos fueron en Madrid y terminaron el 12 de marzo, cuando a lo largo del día se fueron instalando, ya en el teatro de Galapagar, todos los equipos. Una vez finalizado el montaje, a las diez de la noche, Ariel y la banda hicieron un primer ensayo grabado en el mismo teatro. La tarde del 13 se volvió a grabar un nuevo ensayo, por aquello de si algo fallaba la noche del concierto. El día 14 se descansó.

La tarde del 15 de marzo, el ensayo se centra en los temas que más dificultades pueden entrañar, tratando de buscar un salvavidas por si definitivamente algo sale mal… Un Ariel algo nervioso (se comenta que el camerino lo ha convertido en un particular santoral) no encuentra la concentración necesaria para interpretar una versión a piano (más el acompañamiento del gran Ciro Fogliatta en el Hammond) de “Me estás atrapando otra vez”. Un exceso de ruido de fondo parece perturbarlo. Tiene que iniciar tres veces la canción, y su enfado va creciendo mientras implora un silencio que no parece ser comprendido. Levantar la voz termina por funcionar… Por fin, se logra el clima que buscaba.
A las 19.30 h. el público comienza a agolparse en la entrada. Los miembros de seguridad y unas azafatas ya han hecho acto de presencia. En el interior el ensayo está llegando a su fin.

 

«Ariel solicita la complicidad del público, ya que la gente de su equipo le ha pedido que vuelva a tocar»

 

A las 20.00 h. no pasa nada, la gente se está sentando.

Alrededor de las 20.30 h., con media hora de retraso, el grupo salta al escenario y comienza a sonar el “Vals de los recuerdos”, a la que seguirán algunos de los mejores momentos de Los Rodríguez (“Señorita”, “Me estás atrapando otra vez”, “Milonga del marinero y el capitán”, “Mucho mejor”), Tequila (“Quiero besarte”, “Dime que me quieres” —que no entra en el disco— y un set con “El ahorcado”, “Necesito un trago”, “Mr. Jones” y “Matrícula de honor”) y sus discos en solitario (“Hasta perder la cuenta”, “Bruma en la castellana”, “Colgado de la luna”, “Sin saber qué decir”, “Dos de corazones”, “Adiós mundo cruel”, “Confesiones de un comedor de pizza”, “Vicios caros”, “Baile de ilusiones”). Con los primeros acordes los nervios se han disipado. Ya no hay vuelta atrás. O sí: cuando va a comenzar el bis, Ariel solicita la complicidad del público ya que la gente de su equipo le ha pedido que vuelva a tocar, pues parece que no les han convencido, tres canciones. Desde el escenario, y tras interpretar la segunda de las repeticiones, Ariel comenta que se queda en eso, no repite más.

Fin de fiesta con todos los invitados en escena para enfrentarse a una multitudinaria versión de “Mucho mejor” (esa canción que todo el mundo llama “Hace calor”): Dani Nel.lo (que a lo largo de la actuación ha ido apareciendo en diversas ocasiones para hacerse cargo del saxo); Carlos Tarque (poniendo voces en el popurrí tequilero); Ricardo Chirinos (el ex Pistones subió para cantar “El pistolero”); y el añadido de Andy Chango y Sergio Makaroff. Final.

Sobre las 22.00 h., en un lateral del recinto, se ha dispuesto una zona VIP con vituallas para los típicos invitados de toda ralea.

 

Epílogo
El domingo 18 de marzo, el soporte digital que ha registrado la grabación en 48 pistas se vuelca a cinta digital para comenzar a mezclar en los estudios Red Led de Madrid.

Durante los siguientes diecinueve días, se trabaja en el estudio escuchando todo lo grabado y mezclando para dar con el sonido que luego escucharemos en nuestros equipos caseros.

Alrededor de tres meses de trabajo para grabar un disco en directo del cual, paradoja final, solo se ha usado la grabación del concierto real con público. La pregunta está en el aire: ¿cuesta más, o menos, grabar un disco en directo o de estudio? Responde el responsable de la compañía: «Aparentemente, un directo puede ser algo más barato, pero cuando te metes en producción de vídeo acaba por salir prácticamente igual que la media de un disco en estudio». Dicho queda.

 

«Fin de fiesta con todos los invitados en escena para enfrentarse a una multitudinaria versión de “Mucho mejor” (esa canción que todo el mundo llama “Hace calor”)»

CURIOSIDADES:

• Entre el público, como es habitual en los conciertos de rockeros argentinos, un par de camisetas de la selección futbolera de aquel país sirven de colorista indumentaria a unos aficionados.

• Resulta muy divertido apreciar cómo en las canciones más movidas el público de los palcos continúa en sus asientos. Solo los del patio de butacas se levantan y bailan. Luis Lapuente y yo nos acordamos de la famosa frase de Lennon: «Los del patio de butacas pueden aplaudir, los otros pueden hacer sonar sus joyas».

• La plaga de los móviles que no cesa (y no perdona ni la grabación de un disco) [NOTA 2025: no podíamos imaginar la que se nos venía]: antes de comenzar el concierto, y con la gente ya en sus asientos, hay quienes, cuento hasta cuatro a la vez, tienen algo muy importante que comunicar. A mitad de concierto una chica de la fila anterior a la mía contesta al móvil, se agobia, pero le da la risa floja: «Sí, je, je, je, estoy en un concierto de Ariel Rot, je, je, je, escucha». Dirige el teléfono hacia el escenario. ¿Cómo ha logrado sobrevivir tanto tiempo la humanidad sin los teléfonos móviles? Misterio.

• Más asuntos del mundo moderno: algunos espectadores han comprado su entrada mediante un servicio de teleentrada. Problema: la empresa bancaria que ha expedido las localidades no es con la que trabaja el Teatro Jacinto Benavente y no hay manera de comprobar los asientos. Al poco aparece una chica de la entidad bancaria correcta portando una terminal. Todo solucionado.

• ¿Que quieres que Ariel te firme la portada de un disco? Nada mejor que hacérselo saber a Andy Chango antes del concierto. Él se hace cargo de todo: salta al escenario y allí se pierde. ¿Regresó la portada, con la ansiada firma, a su propietario?

• Julián Hernández, presente entre el público y cerveza en mano, confraterniza con alegría con un joven mod. Como buen rockero, no se siente cohibido por el parqué del teatro y fuma con fruición y aspavientos.

• Problema: nadie ha encargado el cáterin para los invitados después del concierto. No hay mucho tiempo, a los bares del pueblo había que haberles hecho el encargo con antelación… Al acabar la actuación todo parece resuelto y los invitados podemos degustar los correspondientes pinchos de tortilla de patata, croquetas, empanadillas y cerveza.

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