“Animales nocturnos”, de Tom Ford

Autor:

CINE

 

“Una película cautivadora e inquietante, una excelente continuación de la carrera cinematográfica de Tom Ford”

 

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“Animales nocturnos”
Tom Ford, 2016

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

“Animales nocturnos” es la esperada segunda película del diseñador de moda Tom Ford, quien ya tuvo un gran éxito de crítica con la preciosa, delicada y elegante “Un hombre soltero”, protagonizada por Colin Firth en 2009. En esta nueva incursión en el mundo del celuloide nos presenta a Susan (Amy Adams), una adinerada, infeliz y aparentemente insensible galerista a la que la lectura de la novela escrita por su ex-marido (Jake Gyllenhaal) le provoca toda una tormenta emocional. El filme combina así tres tiempos, el presente de la lectura por parte de la protagonista, la oscura y violenta historia narrada en la obra (tal y como la lee e imagina ella) y una serie de flashbacks al pasado de Susan, sin que todo ello resulte desordenado ni incoherente. De hecho, todo lo contrario. Se crea finalmente un equilibrio entre los diferentes ritmos, tonos y ambientes, que se complementan los unos a los otros formando un conjunto perfectamente armado.

“Animales nocturnos” es pues una compleja historia de venganza, desamor y crueldad construida a partir de metáforas, relaciones e identificaciones entre los tres niveles de la película, todo ello desde el punto de vista de la protagonista, una Amy Adams fría y despiadada a la par que afectada que demuestra una vez más por qué es una de las grandes actrices de su generación. Sin embargo, el conseguido tono oscuro y agresivo que crea la película y que atrapa al espectador se aprovecha también del talento de secundarios como Aaron Taylor-Johnson, Michael Shannon y Laura Linney.

Mucho más ambiciosa a nivel narrativo que “Un hombre soltero”, “Animales nocturnos” es tensa y violenta donde aquella era refinada y contenida. Sin embargo, ambas son igualmente impresionantes a nivel visual, con un trabajo de fotografía, luz y color que hacen que valga la pena sentarse ante el filme en una sala a oscuras y con una pantalla grande. Si bien que la envergadura del proyecto sea mucho mayor también hace que la película parezca estar caminando todo el tiempo sobre la frontera entre lo presuntuoso y lo profundo. Si finalmente la sobrepasa o no, puede existir una cierta división de opiniones, sin que la respuesta parezca anular el innegable interés que posee la producción (aunque esto último es claramente un posicionamiento).

“Animales nocturnos” es, en resumen, una película cautivadora e inquietante, una excelente continuación de la carrera cinematográfica de Tom Ford, confirmando que tiene algo similar a un estilo personal sin que eso le impida intentar dar un paso más allá a nivel narrativo y emocional. Quedamos a la espera de su próximo proyecto.

 

 

Anterior crítica de cine: “The Neon Demon”, de Nicolas Winding Refn.

 

 

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