“Anatomía de la canción”, de Marc Myers

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LIBROS

Medio centenar de canciones con sus anécdotas, sus arreglos, sus trucos para emocionar, sus accidentales y benditos errores”

 

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Marc Myers
“Anatomía de la canción”
MALPASO

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Las estanterías de temática musical cada vez ocupan más espacio en las librerías. Desde todos los enfoques posibles, conviven desde la asistenta doméstica de la gran estrella hasta una tesis erudita. Y a veces se olvida que la música es, ni más ni menos, la canción. Y la dejamos de lado, como al patito feo. Por ello, enfrentado al volumen escrito por Marc Myers, parece mentira que la idea se haya resistido tanto tiempo a ser explotada, cuando es lo básico: hablar con los creadores —compositor, intérprete, productor— para ver cómo han surgido de la nada esos tres minutos de magia. De hecho, la idea fue del periódico Wall Street Journal, que se la encargó a Myers como una columna de la publicación y decidieron hacer semblanzas de canciones como si fueran personajes, como un cuento en el que la protagonista fuera la canción.

Así que el lector tiene en sus manos cuarenta y cinco acercamientos de historia oral a esos sonidos que nos emocionan en un marco temporal que abarca cuarenta años de historia del rock. Concluye con el ‘Losing my religión’ —canciones más recientes no tienen asegurada su trascendencia— y ha comenzado con el ‘Lawdy Miss Clawdy’ de Lloyd Price, que con más de ochenta años todavía recuerda cada paso que le llevó en 1952 a componer este blues rítmico, casi rock and roll ya. Y entre las dos, medio centenar de canciones con sus anécdotas, sus arreglos, sus trucos para emocionar, sus accidentales y benditos errores.

Desde luego, es un libro para escuchar. Este cronista se ha pasado muy buenos ratos atendiendo a lo que hay que atender, la canción, y de cada entrada escuchaba y volvía a escuchar para darse cuenta de detalles que se le habían pasado o dar una explicación a los que ya conocía. Y es también un buen ramillete de curiosidades, desde canciones que se improvisan en fiestas de amigos hasta el principio de ‘Proud Mary’, basada en la ‘Quinta’ de Beethoven pero con énfasis en la primera nota del compás y no en la cuarta. Sorprende, también, que muchas de estas interpretaciones canónicas salieran a la primera toma, sin preparar apenas nada. Incluso el ‘Big city’ de Merle Haggard fue compuesto una hora antes de grabarla, con el disco ya cerrado.

Cada una de las entradas se presenta introducida por una página en la que Myers da cuenta del contexto, de la situación por la que pasaba el pop en aquellos años. Lúcido y divulgativo, consigue que el volumen se presente también como una historia de la música popular en la que el orden cronológico le sirve al lector para inferir conclusiones que explican su evolución. Curioso, por ejemplo, que el ‘Deacon blues’ de Steely Dan se grabara por las mismas fechas que el ‘(The angels wanna wear my) Red shoes’ de Elvis Costello, preciosismos frente a urgencias.

Cada protagonista habla con libertad de lo que le parece, de la instrumentación — ‘My girl’, por ejemplo—, de la partitura, otros de la letra —el ‘White Rabbit’ se presta mucho a ello— y Cindy Lauper nos cuenta qué hay de personal en ‘Time after time’; aspectos que evidentemente solo conoce quien lo vivió. La historia más bonita, sin duda, la del ‘Carey’ de Joni Mitchell, aunque todas tienen enjundia y tratan a las canciones como lo que son: materia viva. Tan jugosa y productiva es la idea que uno ya está soñando a gritos con la versión española, aquella que nos contará cómo surgieron ‘No sé nadar’, ‘Caramelos’, ‘Mediterráneo’, ‘Perlas ensangrentadas’ o ‘Te echo de menos’.

Anterior crítica de libros: “Marisol. Pepa Flores. Corazón rebelde”, de Luis García Gil.

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