Al Supersonic and The Teenagers: Soul austral

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«Sonamos de verdad. No somos una moda, por mucho que el soul sea lo que se lleva ahora. Estamos aquí porque somos así. Las modas pasarán y nosotros seguiremos aquí»

Son una máquina del ritmo pagada al soul más intenso que tras más de una década de actividad, tras rodarse infatigablemente en vivo, ahora debutan en disco. Eduardo Tébar habla con Al Supersonic and The Teenagers, la banda de Granada.

 

Texto: EDUARDO TÉBAR.
Foto: CELIA MONDEJAR.

 

Nos quedamos cortos si definimos a los Teenagers de Al Supersonic como una mera banda de northern soul. Vienen de acompañar a Tommy Hunt, viejo zorro del R&B americano, en el Blacksoulona (Festival de Música Negra de Barcelona). El debut en larga duración de los granadinos culmina una carrera de fondo que arrancó hace un decenio. “Not too young” se publica, además, a través del prestigioso sello alemán Unique Records, divisa de máxima calidad en el circuito europeo.

Un largo en diez años. Más que una licenciatura, lo vuestro ha sido un doctorado en soul.

Nuestro primer concierto como The Teenagers fue en 2001, en la sala Planta Baja de Granada. Cuando empezamos, sabíamos que esto no era fácil. Le tenemos mucho respeto a esta música, que es diferente. Hemos estado aprendiendo, formándonos. No es una cuestión de doctorados. El soul es nuestra vida, de lunes a domingo.

Una militancia fiel que entronca mucho con aquellas culturas callejeras del norte de Inglaterra.
Esa estética y esa cultura fue la chispa que prendió todo. Nos identificamos con los mods y los skins, pero no nos consideramos una banda de soul al uso.

De hecho, estáis muy hermanados con la comunidad skatalítica.
Ska, reggae, rocksteady… Para mí, todo eso es soul. Esas músicas tienen identidad propia, aunque encuentro un nexo soul en todas ellas: la negritud.

Ese lazo entre el canto espiritual y Jamaica lo simboliza a la perfección Roy Ellis, con el que hace unos meses publicasteis un aperitivo en forma de siete pulgadas.
Conocíamos sus grabaciones de finales de los sesenta y principios de los setenta, su trabajo en proyectos bajo nombres como Symarip o The Pyramids. El «shock» se produjo cuando lo vimos actuar en el festival All Reggae to the People, de Granada. Descubrimos que el cabrón sigue cantando como los ángeles. Su voz es soulful. Nos fascinaba la idea de hacer algo con él. Hablamos con Toni Face, del sello Liquidator, para ponernos manos a la obra. Quisimos que se tratara de una rareza. Dejamos que Roy cantara cualquier base de los Teenagers, la que quisiera.

Lo de ejercer de formación de soporte para viejas glorias no es nuevo para vosotros. ¿Un paso a la edad adulta como músicos?
Por supuesto. P.P. Arnold nos sometió a un trabajo muy intenso. A ella debemos en gran parte la banda que somos en la actualidad. Nos enseñó que el soul sale del alma. Nos contagió su actitud ante la vida. Nos contaba cómo era una sesión con Ike Turner, experiencias con Steve Marriot, Mick Jagger, Paul Weller y mil más. Y qué te voy a contar de Dean Parrish, un caballero del soul con el que sólo ensayamos una vez en Madrid. Todo iba tan rápido que, cuando queríamos darnos cuenta, Mr. Parrish tenía el micro en la mano y ya estábamos tocando los primeros acordes de ‘Determination’. Su chorro de voz nos dejó de piedra. Arrastraba el cansancio de un viaje en avión desde Nueva York. «Jet lag», sus sesenta y pico años a cuestas, pero esa voz… Esa voz era increíble. Qué volumen y qué fuerza desprendía. Tenía la misma intensidad que en sus grabaciones de los primeros sesenta con la Musicor. Una voz de otro tiempo, cuando las cosas se hacían de una forma diferente. La verdad, hacer de soporte de tus héroes es la hostia.

Vosotros asumisteis la consigna del «back to black» mucho antes de que Eli “Paperboy” Reed, Duffy o Amy Winehouse impusieran el revivalismo actual.

Todos estamos dentro de la música negra. Además de músicos, la gran mayoría somos DJs. Por eso sonamos de verdad. No somos una moda, por mucho que el soul sea lo que se lleva ahora. Estamos aquí porque somos así. Las modas pasarán y nosotros seguiremos aquí.

Pero algo bueno tendrá que se divulguen los clásicos, aunque sea por tropiezo.
Claro. Yo, por ejemplo, no conocía nada de Mayer Hawthrone o Eli “Paperboy”. Gente de calidad interesada en lo mismo que nosotros.

Entonces, ¿hablamos de una actitud, una filosofía de vida?
Para responder a esto podemos acudir los Housemartins. No es una banda de soul, pero tienen más soul que nadie. Representan la honestidad que defendemos. En cierto modo, nos vemos como unos Housemartins granadinos.

El título del álbum me recuerda aquel lema de Jethro Tull: “Demasiado viejo para el rock ‘n’ roll, demasiado joven para morir”.
Nunca se es demasiado joven. En realidad, es un homenaje a la música que tanto nos llena. La música que nos hace olvidar los problemas cotidianos, el estrés del trabajo. La juventud es un estado mental.

No bifurcáis hacia el funk. ¿Por qué seleccionasteis a Carlo Coupé como productor?

Carlo y su laboratorio de Funkorama eran lo más apropiado para nosotros. Alabamos su labor con Glen Anthony Henry.

El single ‘I don’t know (where is my girl)’ despertó sobre vosotros una ola de coleccionismo internacional en 2008. ¿Abrió puertas?
Salieron 600 copias en el sello Rock On! y volaron en dos semanas. Aún recibimos correos de ingleses y americanos que nos ofrecen reeditarlo. Pero ese momento está captado en aquel vinilo y lo queremos dejar así.

¿Y cómo llegáis a Unique?
No hemos trabajado con prisas. Tampoco intentamos en ningún momento sacar el disco con nadie más. Cuando teníamos algo que merecía la pena, les enseñamos las grabaciones. Lo escucharon y entendieron que había que apostar por ello. Nos apoyaron y nos acogieron muy bien en nuestra última visita al Festival de Jazz de Düsseldorf.

Quién lo iba a decir: Alemania se ha convertido en vuestra segunda casa.
Pues sí, nadie lo hubiera imaginado. Y es de justicia desmontar muchos de los tópicos que se cuentan sobre ellos. Cosas de las que aquí podríamos aprender. Admiramos la puntualidad con la que acuden a los conciertos. Además, hacen los deberes: se informan, quieren saber del artista. Y la imagen de alemanes fríos es falsa. Van a pasarlo bien.

Abanderáis la rama soul de la escena granadina. ¿Cómo explicáis el fenómeno de la música en esta ciudad?
Granada no es muy grande ni está bien situada. No tiene buenas conexiones para ver a grandes bandas. Sin embargo, me llama la atención que todo el mundo anda metido en algo. Quien no tiene un grupo es DJ, realiza un programa de radio o edita un fanzine. Y todos intentan hacerlo de la mejor manera posible. La gente se lo toma en serio y trabaja duro porque, desde aquí, se requiere el doble de esfuerzo. Existe un compromiso. Conozco casi de todo en Granada. Y en casi de todo hay mucho bueno. Me siento orgulloso.

 

Desde aquí puedes acceder al Myspace de Al Supersonic and The Teenagers

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