La cara oculta del rock: Detrás de la cremallera de “Sticky fingers”

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«La leyenda dice que dueño del portentoso paquete de la cubierta no es otro que Mick Jagger. Sin embargo, esto es una leyenda urbana ya que Mick no fue quien posó para esta portada»

El primer álbum de los Rolling Stones editado por su propio sello contó con un diseñador de lujo para su portada: Andy Warhol. El artista pop creó una cubierta única gracias a la fotografía de unos pantalones vaqueros ajustados con una cremallera que se podía bajar de verdad. ¿Pero quién se esconde dentro de estos pantalones? Héctor Sánchez tiene la respuesta.

 

 

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

 

 
El álbum “Sticky fingers”, publicado en 1971, supuso un punto de ruptura en la carrera de los Rolling Stones. Para empezar, era el primer disco de estudio grabado sin Brian Jones, que había muerto en su piscina en extrañas circunstancias en 1969 y, a su vez, era el primer disco de estudio en el que participaba totalmente su sustituto, el virtuoso Mick Taylor. Al mismo tiempo, este álbum era el primero editado por Rolling Stones Records, el sello discográfico propio de la banda después de que terminaran su relación con Decca. Un último primer acontecimiento relacionado con éste disco: en él apareció por primera vez el famoso logotipo de los labios y la lengua.

Aparte de todo esto, y sin entrar en la maravillosa colección de canciones que formaban el disco, “Sticky fingers” siempre será recordado por su original portada. En 1969, Andy Warhol presentó un peculiar diseño de carpeta para el álbum “Let it bleed” en el que el disco se encontraba envuelto en unas medias de mujer dentro de unos pantalones vaqueros cortados; inmediatamente el personal de la oficina del grupo rechazó esta propuesta. Finalmente, Warhol y los Stones retomarían dos años después la ida de los pantalones para la carpeta de “Sticky fingers”. La fotografía de la portada consiste en unos pantalones vaqueros ajustados, tan ajustados que podemos ver que la persona que los lleva puestos carga hacia la derecha; la contraportada muestra el trasero de esa persona embutido en sus pantalones. La peculiaridad de esta cubierta se encuentra en la ocurrencia que tuvo Warhol al colocar una cremallera auténtica. Al artista debía de encantarle la idea de poder tocar objetos en las portadas de los álbumes: primero diseñó la cubierta de “The Velvet Undergroud and Nico”, en 1967, con el plátano que se podía pelar al despegar la piel; después hizo algo parecido con el disco de los Rolling Stones y la cremallera que se podía subir y bajar de verdad. Como la cremallera podía rayar el disco, Warhol colocó detrás una fotografía de unos calzoncillos que se podían ver al bajar la cremallera y así proteger el vinilo.

La idea de la cremallera en la portada de un disco seguía la estela del “arte encontrado” de Marcel Duchamp y su “Fuente” de 1917: la descontextualización de los objetos y la conversión de estos objetos vulgares en obras de arte. Sin embargo, la censura española no supo apreciar este tipo de arte y el paquete de los Stones no pasó el filtro de los censores, que consideraron la cubierta muy ofensiva. En una muestra del tópico “Spain is different”, la portada de la edición española, en lugar de enseñar los provocativos pantalones, ofrecía una estampa mucho más macabra: unos dedos de mujer dentro de una lata de melaza acompañada de un abrelatas. Un diseño con mucho mejor gusto, claro. El resultado fue una portada más literal con el título del disco (dedos pegajosos) y, a la vez, una imagen más siniestra y desagradable que la fotografía de la funda original. Al mismo tiempo, esta versión española se convirtió en una edición rara y codiciada para coleccionistas. En esta edición, ‘Sister morphine’, la canción que Jagger y Richards “tomaron prestada” de Marianne Faithfull, tampoco tuvo el visto bueno de los censores españoles y fue sustituida por ‘Let it rock’.

Aunque España no fue el único país que lanzó este elepé con una portada diferente a la diseñada por Warhol. Rusia, en lugar de publicar la imagen de los pantalones masculinos, lanzó una réplica femenina de la fotografía de “Sticky fingers”. En la edición rusa era una mujer modelo quien que lucía los vaqueros ajustados en lugar del hombre.

Volvamos al caballero de la portada original de Warhol. ¿Quién se esconde detrás de los pantalones de “Sticky fingers”? La leyenda dice que dueño del portentoso paquete de la cubierta no es otro que Mick Jagger. Sin embargo, esto es una leyenda urbana ya que Mick no fue quien posó para esta portada. Son varios los candidatos a los que se les atribuye este abultado paquete debido a que en la sesión se fotografió a varios modelos. Uno de los posibles dueños de la famosa entrepierna es Joe Dallesandro, protegido de Andy Warhol y protagonista de las películas que el artista rodó en el estudio The Factory. Si “Sticky fingers” muestra a Dallesandro de cintura para abajo, la portada del álbum debut y homónimo de los Smiths en 1984 ofrece una imagen del modelo de cintura para arriba.

Sin embargo, Glenn O’Brien, uno de los ayudantes de Warhol, no estuvo de acuerdo con que fuera Joe Dallesandro quien marcara sus partes más íntimas en la funda del disco. Según O’Brien, fue Jed Johnson, amante de Andy Warhol, el auténtico dueño del famoso miembro. Incluso Glenn O’Brien fue más allá y aseguró que los calzoncillos de la parte interior eran sus propios calzoncillos, por lo que Johnson sirvió de modelo para las fotografías exteriores y O’Brien, para la interior. Por su parte, Jed Johnson negó que su pelvis fuera la que aparece en la fotografía. El último candidato es otro miembro de The Factory, Corey Tippin, que con ese apellido podría haber sido el modelo de la portada perfectamente. La auténtica respuesta al interrogante de quién es el protagonista de la funda se lo llevó Andy Warhol a su tumba y guardó el secreto bajo cremallera. Lo único que está claro y que se puede asegurar es que no se trataba de la pelvis de Mick Jagger.

Pero pensar que los muslos de la cubierta del álbum son del vocalista de los Stones no es el único error relacionado con “Sticky fingers”. Aunque la portada es una idea original de Warhol, también se le suele atribuir al artista pop el diseño del logo de la lengua y los labios. Esto se debe a que la primera aparición del logo coincidió con la salida al mercado de “Sticky fingers”. Sin embargo, el diseñador del logotipo más famoso del rock fue John Pasche, quien cobró la irrisoria cantidad de 50 libras, a las que se le sumaron otras 200 más por el éxito de una imagen que daría la vuelta al mundo. Un último error común; si el paquete no es el de Mick Jagger, los morritos dibujados tampoco lo son: este icono está inspirado en la lengua y los labios de Kali, la diosa hindú de la creación, la vida y la destrucción.

En conclusión, no sólo los pantalones llevaron a varias a equivocaciones en “Sticky fingers”, pero de lo que no hay ninguna duda es que Andy Warhol diseñó una portada que disfrutaría de mucho más de quince minutos de fama.

Nos veremos en La Cara Oculta del Rock…

Anterior entrega de la cara oculta del rock: La mermelada alucinógena de Pearl Jam.

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