El disco del día: Bunbury

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«Lo interesante es que no se trata de un disco de música latinoamericana, todo lo contrario, ‘Licenciado Cantinas’ es un disco de raíces norteamericanas y músicas de frontera»


Bunbury
«Licenciado Cantinas»
BLANCO Y NEGRO

 

 

Texto: UMBERTO PÉREZ.

 

 

Una nueva etapa en la vida discográfica de Enrique Bunbury, luego de apartarse de EMI, marca también un respiro en su oficio como escritor de canciones. El periodo creativo que emprende en la Costa Oeste de los Estados Unidos comienza, curiosamente, con una celebración del cancionero popular latinoamericano. “Licenciado Cantinas”, grabado en los estudios Sonic Ranch (Tornillo, Texas), es la confirmación definitiva de la inquietud y el afecto que el músico zaragozano siente por la música tradicional de la América hispánica, encarnada en un disco que cubre y condensa en quince canciones un amplio espectro de la geografía musical del continente y que bien se resume en el subtítulo del álbum: “De Tierra de Fuego hasta Río Grande”.

Las señales del nuevo álbum se pueden rastrear hasta algunas canciones de los sencillos que corresponden a su disco “Pequeño” como ‘El jinete’, de José Alfredo Jiménez, y ‘Confesión’, de Santos Discépolo, que permitían inferir el interés de Bunbury por la música del continente americano; o también en su álbum doble “El viaje a ninguna parte”, en el que plasmaba en canciones propias su exploración sobre algunas músicas centro y sudamericanas y se acercaba desde el rock a diferentes géneros como el tango y la ranchera.

Hoy el camino lo encuentra ejerciendo una de sus mejores facetas: la de intérprete. Esta vez, arropado por la contundencia de su grupo actual, los Santos Inocentes, Bunbury refugia su voz en las letras de otros gracias a una acertada selección de canciones y géneros que van desde el bolero hasta la chacarera pasando por la cumbia y la salsa. Lo interesante es que no se trata de un disco de música latinoamericana, todo lo contrario, “Licenciado Cantinas” es un disco de raíces norteamericanas y músicas de frontera. En él, Bunbury lleva con precisión cada canción a otros territorios sonoros sin extraerles su ADN, amalgamándolos a través de la electricidad, dándole un aire panamericano, reforzado en la presencia de grandes invitados como el acordeonista Flaco Jiménez, David Hidalgo de los Lobos, el armonicista Charly Musselwhite y el cubano Eliades Ochoa.

Aficionado de la creación y la recreación de personajes en sus canciones, Bunbury hace extensivo este juego a un disco entero pero con repertorio ajeno. Así, para relatar la historia de su personaje: Licenciado Cantinas –un hombre despechado y condenado–, el maño canta y renueva obras de leyendas continentales como Agustín Lara (la instrumental ‘El mar, el cielo y tú’), Héctor Lavoe y Willie Colón (‘El día de mi suerte’), Atahualpa Yupanqui (‘El cielo está dentro de mí’), Richie Ray y Bobby Cruz (‘El mulato’); figuras regionales como el tres veces rey vallenato Alfredo Gutiérrez (‘El solitario’), el tanguero José María Contursi (‘Cosas olvidadas’); y artistas de culto como Marcial Alejandro (‘Que me lleve la tristeza’) y Lhasa de Sela (‘Pa’ llegar a tu lado’).

Sin llegar a superar las creaciones originales, Bunbury asume cada canción como propia otorgándoles, con altura y humildad, el respeto que merecen para contextualizarlas en el panorama musical del siglo XXI. Al fin y al cabo siempre habrá corazones rotos, cantinas  y también puritanos musicales a quién retar.

Anterior disco del día: “Noël! Noël!! Noël!!!” (arranged and conducted by Michel Legrand)

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