El disco del día: Marianne Faithfull

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«La nueva Faithfull no es tan oscura y lleva unos cuantos discos seguidos reinventándose con holgura y disfrutando de una envidiable madurez para la que no necesita de glorias pasadas»

Marianne Faithfull
«Horses and high heels»
NAÏVE


Texto: GERNOT DUDDA.


La gran dama de los tacones y equinos todavía posee ese incalculable tesoro que es su voz rota, tremendamente expresiva, que por ahí sigue apelando a un pasado con amarga melancolía. Todavía nos gusta seguir pensando así, aunque sus dos autobiografías hace ya tiempo que reemplazaron a sus canciones en lo que a desvelar dramas personales se refiere.

La nueva Faithfull no es tan oscura y lleva unos cuantos discos seguidos reinventándose con holgura y disfrutando de una envidiable madurez para la que no necesita de glorias pasadas. Sigue trabajando con los mejores músicos, elige buenas canciones que le van como un guante y hasta escribe algunas propias que pueden tutear sin problemas a gente como Greg Dulli, Mark Lanegan, Jackie Lomax, Jerry Leiber, Lesley Duncan, Allen Toussaint o Carole King y Gerry Goffin, presentes en el disco con títulos como ‘The stations’, ‘No reason’, ‘Past, present and future’, ‘Love song’, ‘Goin’ back’ o ‘Back in baby’s arms’. No hace falta recordar tampoco quién produce y eso se nota: Hal Willner, un reincidente con clase, que cuando hace falta sabe prescindir de su habitual querencia por los “samplings” y “electronics”.

Otro de los grandes alicientes de “Horses and high heels” –un magnífico trabajo que no tiene nada que envidiarle a sus mejores años en Island– es que se trata de su disco más guitarrero –colaboran Lou Reed y Wayne Kramer– y los trece cortes son absolutamente diferentes entre sí y todos buenos (no hay ni un solo saldo, ni un solo encarte menor). Marianne Faithfull no tiene ningún problema en probar cosas nuevas y nunca repetirse. Las texturas guitarreras de la atmosférica ‘The stations’. El angelical coro infantil en ‘Why did to have to part’. Los violines de ‘That’s how every empire falls’. La explosión gospel de ‘Back in baby’s arms’. Hasta versiona a las Shirelles con ‘Past, present and future’ y se atreve con dos piezas de rollingstoniano honky tonk como ‘No reason’ o ‘Gee baby’, bien regadas con bourbon. Y la curiosidad llega con ‘Eternity’, tema propio escrito junto con Doug Pettibone que incluye en cuerpo presente a Brian Jones y su colaboración con los marroquíes Masters Musicians of Jajouka.

Uuf, qué gusto poder contar aún con una señora que tiene tantas cosas y buenas que contar.

Anterior disco del día: Tom Jones.

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