Libros: «Padres ausentes», de Pablo Muñoz

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«Dos circunstancias causan asombro de este breve opúsculo: La extrema juventud de su autor, aún estudiante de periodismo, yel análisis tan pulcro e inteligente que realiza de cierto género de cómics: el de los superhéroes, basculando entre la melancolía privada y la finura argumentativa»

Pablo Muñoz
«Padres ausentes»
ALPHA DECAY


Texto: CÉSAR PRIETO.


Dos circunstancias causan asombro a la hora de enfrentarse a la lectura de este breve opúsculo. La primera es la extrema juventud de su autor, aún estudiante de periodismo. La segunda, el análisis tan pulcro e inteligente que realiza de cierto género de cómics: el de los superhéroes, basculando entre la melancolía privada y la finura argumentativa. Extraño, sí, que aún en edad de sentir deslumbramiento actúe con tanta nostalgia y tanta perspicacia.

La primera página ya recuerda el trueque de paga semanal por mecanismos de cultura, cine e historieta, y como la adquisición respondía a diferentes criterios: el análisis en el primer caso y el impulso en el segundo. A partir de aquí despliega datos y memoria: cómo «El rey León» marcó un giro en la percepción de su moral narrativa, cómo lo aplicó a los tebeos de superhéroes y cómo cambió su nivel de lectura.

Sin miedo, el estilo es ameno y jugoso, casi costumbrista en el recuerdo del cambio de ejemplares en el Saló del Cómic o la aparición del manga, culto al descubrir la articulación del superhéroe respecto al padre, agudo al indicar que el número 122 de Spiderman –su novia muerta en brazos en la portada– supuso un punto de inflexión, el punto de inflexión necesario en el arte juvenil –llámenlo pop si quieren– para que este se haga adulto y a partir de aquí válido o irrelevante. El arte juvenil –llámenlo pop, de nuevo– no admite nunca estas categorías.

Yo no soy de la generación de Pablo Muñoz, apenas tengo nada que ver vitalmente con lo que cuenta. Debimos haber coincidido en el Saló del Cómic alguna vez pero yo andaba por otras cosas y lo debí de ver como uno de esos chiquillos que pasaban páginas con fruición, sentados en el suelo. Sin embargo, su pequeño tratado me ha desvelado un acontecimiento que uno tiende a olvidar. Seguramente a los aficionados al cómic en general, a los superhéroes en particular les desvelará muchas más y para ellos sea necesario. Para mí es imprescindible porque me ha recordado el modo en que uno se construye un mundo cultural, una mitología.

Anterior entrega de libros: Libros: “Vida de Pablo”, de Carlos Pardo.

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