Lo Que Hay Que Tener: Mungo Jerry

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«Si no has escuchado nunca a Mungo Jerry, no dejes pasar la oportunidad (pop fresco, vacilón, desenfadado, pegajoso, patillero y efímero: la gloria); si ya los conoces, en esta antología encontrarás la mejor y más asequible colección de sus inolvidables clásicos de principios de los setenta»

Mungo Jerry
«The best of Mungo Jerry»
MUSIC CLUB

 

Una sección de LUIS LAPUENTE.

 

Parece que fue ayer y se repite casi todos los días: Muchos de los que elogiaban al John Mayall de «The Turning point», asombrados de que el sesudo bluesman británico se hubiera atrevido a grabar un álbum prescindiendo de la batería, despreciaban olímpicamente a los Mungo Jerry de ‘In the summertime’ –que tampoco usaron ese instrumento en su devastador clásico veraniego–, por zafios, grotescos, comerciales y faltos de originalidad. Claro que tampoco había muchos más puntos en común entre ambos discos, aunque ése no es el caso de este comentario (por cierto, el de Mayall me sigue pareciendo uno de los mejores trabajos de su irregular discografía).

Volviendo a Mungo Jerry, dos recomendaciones desinteresadas: Si no los has escuchado nunca, no dejes pasar la oportunidad (pop fresco, vacilón, desenfadado, pegajoso, patillero y efímero: la gloria); si ya los conoces, en esta antología encontrarás la mejor y más asequible colección de sus inolvidables clásicos de principios de los setenta, completada con una divertidísima selección de oscuros –por desconocidos– temas de sus LPs de la época.

Y para quienes aún crean que detrás de Mungo Jerry sólo hay un single (‘In the summertime’), la vacuna perfecta, dividida en pequeñas dosis (¡peligro de toxicidad!: consumir liberado de prejuicios y, a ser posible, en compañía de un doble de cerveza): El éxito peor producido de la historia (‘Baby Jump’), la secuela kazoo más descacharrante (‘Mighty man’, premio si eres capaz de escucharla sin reírte y sin mover los pies), los estribillos más repetitivos y faltos de pretensiones (‘Long-legged woman dressed in black’, »Don’t stop’, ‘Alright alright Alright’), los títulos más cazurros (‘Somebody stole my wife’) y un cantante tremendo (el gran Roy Dorset) riéndose a carcajadas de la artificiosa pomposidad del rock. Brutal.

 

Anterior entrega de Lo que hay que tener: Roy Buchanan.

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