Fotopress: Eduardo Guillot

Autor:

«Los cuatro conciertos de Ramones que he visto los guardo en la memoria como tesoros. Los mejores directos son los de aquellos grupos que ves muchas veces y siempre lo dan todo»

Eduardo Guillot, pertrechado tras sus enciclopédicos conocimientos en cultura rock, ha dejado su saber en publicaciones especializadas como «Boogie», «Ruta 66», «Factory», «Rockdelux» o EFE EME. Dirige el suplemento «Neo» del diario «Levante-EMV». Además, es experto en cine. Entre los muchos libros que ha publicado, destacan monografías sobre Ramones, Pretenders, Iggy Pop o Stephen King, así como una personal «Historia del rock» y el esencial «Rock en el cine». Es el coordinador del también fundamental «¡Rock, acción! Ensayos sobre cine y música popular» (Avantpress).


Fecha y lugar de nacimiento
1-XI-1967. Valencia.

¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
De la discoteca de mis padres sólo rescaté un LP de Johnny Cash, uno de los Beatles, otro de los Stones y varios de Los Relámpagos y Nino Bravo. Lo demás era Mocedades, Víctor Manuel y Ana Belén, María Dolores Pradera, zarzuela, villancicos…

¿Cuál fue primer disco que compraste?
“Adiós, Lili Marleen” (1983), el single de Interterror. En la radio dijeron que era una tirada limitada y se agotaría pronto, así que lo compré sin siquiera disponer de tocadiscos.

¿Y el último?
“Fidelity!” (2010), de JP, Chrissie & The Fairgound Boys. Colaboraciones aparte, lo primero que ha grabado la Hynde fuera de The Pretenders. Flojito, por cierto

Selecciona tres discos internacionales esenciales de tu colección.
“Nevermind the bollocks” (Sex Pistols, 1977). “Daydream Nation” (Sonic Youth, 1988). “Suicide” (Suicide, 1977). Mañana serán otros.

Selecciona tres discos nacionales esenciales de esa misma colección.
“La ley del desierto/La ley del mar” (Radio Futura, 1984). “Hipnosis” (Lagartija Nick, 1991). “Si el whisky no te arruina, las mujeres lo harán” (La Frontera, 1986). Y sí, mañana tambien serán otros.

Un disco doble al que no le sobra nada.
“London calling” (The Clash, 1979).

Un grupo o cantante a quien rescatarías del olvido.
Robyn Hitchcock. ¿No? Pues The Residents.

¿Cuál fue el primer concierto al que asististe?
Imagino que alguno de una banda valenciana en algún garito, pero los primeros recuerdos intensos son de Siniestro Total, Ian Dury & The Blockheads y Radio Futura.

¿Y el mejor concierto que has visto?

Los cuatro de Ramones los guardo en la memoria como tesoros. Los mejores son los de aquellos grupos que ves muchas veces y siempre lo dan todo. Y ahí entran Nick Cave, Mano Negra (primera época, ojo), Primal Scream (hasta “Evil heat”), Sonic Youth, PJ Harvey, Public Enemy o Beastie Boys.

Elige y razona tu elección:

Serrat/Aute.
Serrat es básico, y no descubro nada citando “Mediterráneo”, pero su trayectoria es muy irregular y contiene demasiados discos irrelevantes, así que me quedo con Aute, por coherente y polifacético (incluyendo pintura, literatura y cine).

Sabina/Calamaro.
Calamaro, por supuesto. Sabina es un tipo muy pernicioso para la música.

Nacha Pop/Los Planetas.
Grandes cada uno en su época. Nacha Pop se retiraron cuando estaban a punto de decepcionarme. Los Planetas todavía no lo han hecho (decepcionarme, no retirarse, malpensados).

Nacho Vegas/Quique González.
Nacho Vegas no existiría sin Leonard Cohen ni Quique González sin Dylan o Tom Petty, pero el asturiano trata de personalizar su propuesta, mientras que González se limita a traducir al castellano la épica americana. Me creo más a Vegas.

La Mala/La Bien Querida.
La Mala no me entusiasma, pero La Bien Querida me parece la artista más sobrevalorada de la música española en la última década. Por más que escucho el disco, no logro explicármelo.

Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
La actitud de Brel, las chicas de Gainsbourg y las canciones de ambos.

Frank Sinatra/Elvis Presley.
Sinatra era La Voz, y dijo que “el rock es una falsedad tocada y cantada habitualmente por cretinos”, una gran verdad (no me obliguen a dar nombres), pero Elvis es El Rey.

Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
A Springsteen le hubiese gustado ser Marvin Gaye, pero no creo que al bueno de Marvin le hubiera interesado ser el boss. Sin cuestionar sus grandes discos, me agota la épica del «working class hero».

Tom Waits/Lou Reed.
Reed es un género en sí mismo, pero Waits siempre arriesgó.

Michael Jackson/Prince.
De largo, Prince. Sexual, insolente, provocativo. Negro. Jackson hizo buenos discos, pero el personaje me resulta grotesco, insoportable.

The Rolling Stones/The Velvet Underground.
Aquí no puedo elegir. Pero doy una pista: Los dos primeros discos de los Velvet me parecen tan importantes en la historia del rock como la discografía completa de los Stones.

Bob Dylan/John Lennon.
Los que mueren siempre tienen más suerte, porque no sabemos qué hubieran hecho en el futuro. Los últimos directos que he visto de Dylan fueron infumables (no así sus discos, villancicos aparte), así que si en la opción Lennon entran The Beatles, no hay duda.

Neil Young/Elvis Costello.
Me niego a prescindir de ninguno de los dos. No podéis obligarme.

Youssou N’Dour/Fela Kuti.
Fela Kuti. Los devaneos de N’Dour con la world music de corte acomodaticio nunca me convencieron (aunque su último disco vuelve a ser fantástico)

¿Por qué decidiste dedicarte a la crítica musical?
Fue un proceso natural. Empecé de adolescente, en radios libres y fanzines, de forma amateur, y poco a poco fui recibiendo ofertas para escribir en otros sitios y metiendo la cabeza, hasta que, con el tiempo, me profesionalicé y hasta empezaron a pagarme por lo que hacía. Fue un sueño hecho realidad: Poder dedicarme a tiempo completo a lo que más me gusta. También estudié periodismo, pero no fue de gran ayuda.

¿Quién fue tu maestro periodístico?
No hay uno específico, pero me crié leyendo en castellano, así que los grandes periodistas musicales españoles fueron la referencia, hasta que descubrí, ya talludito, a los anglosajones míticos.

Un equipo de fútbol.
El Barça.

Un político.
Lenin.

Una ciudad para vivir.
Amsterdam.

El disco que detestas y que despierta alabanzas entre tus compañeros.
Cualquiera de Bunbury.

¿Vinilo, CD o mp3?
Vinilo.

La película que nunca te cansas de volver a ver.
Hay miles. Pero, bueno, por decir una: “Grupo salvaje” (Sam Peckinpah, 1969).

El libro que nunca te cansas de releer.
Sólo releo en casos excepcionales. Hay demasiados libros buenos y un tiempo de vida muy limitado como para andar repitiendo.

Una serie de televisión.
“The Wire”.

Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los supermercados, ¿qué discos seleccionarías?
Ninguno. A los supermercados voy a comprar, no a escuchar música.


Anterior entrega de Fotopress: Luis Lapuente.

Artículos relacionados