Operación Rescate: Sopa de Cabra

Autor:

sopa-de-cabra-17-12-09Sopa de Cabra
«Mundo infierno»
Ariola/BMG, 1993


Texto: JOSEMI VALLE.


En 1993 el grupo de Girona Sopa de Cabra publicó su primer y único disco cantado en español. Se titulaba «Mundo infierno». Como si el título jugara a la profecía autocumplida, aquel álbum supuso una estancia en el averno para el combo liderado por Gerard Quintana. El público catalán los demonizó y los acusó de traidores por el hecho de abandonar su lengua vernácula en el momento en que se habían convertido en una banda de increíble popularidad y enorme poder de convocatoria en Cataluña. De su anterior trabajo, el doble directo «Ben Endins», habían despachado la friolera de cien mil copias. Eran una institución y el salto al español les supuso mil quebraderos de cabeza. En algún concierto en tierras catalanas el grupo tuvo sus más y sus menos con la gente que les insultaba y les profería el sambenito de vendidos. El público español los tildó de advenedizos y oportunistas. Les dio la espalda con una altivez boba, como de ahora os vais a enterar, vosotros, que habéis cantado toda la vida en catalán. Fue una pena. Un disco sobresaliente pasó inadvertido por culpa de unos y otros, aunque en los mentideros se cifra, creo que hiperbólicamente, en treinta mil los ejemplares vendidos.

Sin embargo, las inmediatas consecuencias creativas fueron fértiles y geniales. Sopa de Cabra publicó sus siguientes discos en catalán, un primer disco urgente y un poco desnortado («Al.lucinosi», 1994), y un segundo más centrado, mucho más grunge y enfurecido («Ssss», 1996) como respuesta a la situación vivida. Terminaron contrato con la multinacional Ariola y ficharon por Música Global, un sello de su Girona natal que mima sus lanzamientos con delectación y cuidado de coleccionista. Surgieron así los fantásticos y plagados de melodías hermosas «Nou», de 1999, y «Plou i fa sol», de 2001. Finalmente rubricaron su adiós con un álbum en directo («Bona nit, malparits!», 2002) que se nutría sobre todo de estos dos últimos discos en estudio. Más tarde se publicó un directo grabado en vida pero editado póstumamente para demostrar que en acústico Sopa de Cabra se defendía con maestría. «Mundo infierno» desencadenó todo esto.

El disco anatematizado por los fundamentalistas de uno y otro bando guardaba muchos tesoros. Contaba con la producción de Marc Grau, habitual de El Último de la Fila, y la colaboración en un par de cortes del piano de Andrés Calamaro. Sopa de Cabra se había acercado a Ámsterdam a registrarlo y lo que se trajeron de la tierra de los tulipanes fue un sonido rockero (admiraban a Black Crowes y habían versioneado en su anterior disco el ‘Rock and roll’ de Led Zeppelin), pero con mucho protagonismo de las acústicas para temáticas tremendamente líricas y evasivas. Hay cantos libertarios e inconcretas ansias escapistas (‘Sin hablar’, ‘En el camino’), proclamas ácratas y vitalismo sin anclajes (‘Todo lo que sé’), optimismo vital (‘Cuando todo vaya mal’), espacio para la utopía y la quimera (‘Ya se van’, ‘En un rincón’), recuerdo a los amores que se tuercen (‘No quiero verte más’) y a los que ejercen redención existencial (‘Si no estás tú’), fotografías de la ciudad como escenario de soledades a pesar de la multitud (‘Extraña enfermedad’). El disco se llama «Mundo infierno», como la canción homónima, un lisérgico canto tribal, pero es una invitación a vivir, a aprovechar el lujo de estar aquí y ahora. Hay un corte que desentona con el resto del repertorio. Si el disco es pura sugerencia y delicadeza, el rocanrol «Tienes que pillar» se muestra abruptamente explícito y gamberro (en sus orígenes se titulaba «Vamos a follar»), hedonismo libidinal para satisfacer urgencias que a mí me chirría en medio de tanta poesía y tanta introspección. Probablemente lo hicieron a posta, para escandalizar a algún pacato que equivocadamente se creyera que el grupo iba en plan Rabindranath Tagore. El álbum termina con una versión del ‘Come together’ de The Beatles. Muy bien facturada, pesada y obsesiva, pero que estorba un poco y eclipsa inmerecidamente el tono lírico y de cierta melancolía otoñal que acompaña cada minuto anterior.

Hoy en día el disco está descatalogado. Su contenido plenamente vigente.


Anterior entrega de Operación Rescate: Antonio Flores.

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