35 años de Niños del Brasil, más allá de Orión

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«Una banda de sonido único y letras lánguidas, sensuales y arrebatadoramente visuales»

 

Con motivo de esta efeméride, Santi Rex, líder de la banda zaragozana, echa la vista atrás para repasar su historia, disco a disco, de la mano de Ignacio Reyo. Niños del Brasil, una leyenda de rock gótico, por cuyas filas llegó a militar Enrique Bunbury, que dejó su huella en la escena patria y que este año celebra su aniversario con una esperada vuelta a los escenarios.

 

Texto: IGNACIO REYO.
Fotos: VANESSA APARICIO (Foto 1), MIGUEL ORIOLA (Foto 2), PEPA ALCESTE (Foto 3), JAVIER PÉREZ SALINAS (Foto 4).

 

Todavía no ha terminado el azote invernal. Mientras apunto los conciertos a los que quiero ir este año, señalo una fecha en mayúsculas: Niños del Brasil, en Madrid. Los zaragozanos cumplen treinta y cinco años de existencia. Tocarán en primavera en Barcelona como teloneros de OBK y en Madrid como grupo principal. Es hora de volver a hablar, una vez más, con Santi Rex, su carismático y encantador cantante.

Para quienes no los ubiquen, Niños del Brasil escanciaron el éxito brevemente con su mezcolanza de estilos, siendo referentes para multitud de grupos electrónicos, góticos e inclasificables en estas ya casi cuatro décadas. Es hora de coger el teléfono.

 

Prometheus: Los comienzos

Tengo entre las manos la primera entrevista que le hice a Santi para un especial sobre Héroes del Silencio, que escribí en otra publicación. Mientras repaso las fotos del grupo que se incluyeron, le comento que estéticamente fue de los primeros en Zaragoza en llevar un look diferente. Su mismo nombre artístico remite al glam, a T. Rex. Santi se para a pensar un segundo y dispara: «Bueno, no sé. Yo descubrí a T. Rex y a Bowie con el punk, todo a la vez, a finales de los setenta cuando tenía doce o trece años. Sobre todo a raíz de la muerte de Marc Bolan, cuando empezaron a publicar fotografías suyas en los medios de comunicación, en los escasos medios de comunicación que hablaban de música en aquellos años. Respecto al look, yo creo que fue una cosa generacional. Yo empecé a oír punk y new wave en la adolescencia, la edad en la que todos estamos muy atentos a lo que sucede a nuestro alrededor, y todo nos influye y nos apasiona. Y así fue un poco como construí mi imagen, sin premeditación, simplemente queriéndome vestir como los grupos o las músicas con los que me identificaba entonces». Época casi prehistórica para los millennial, donde cada cual se adaptaba a la tribu urbana preferida de las formas que podía. Santi Rex es de los privilegiados que pudo ver a Parálisis Permanente en varias ocasiones.

Como si fuera un ritual, he puesto en la mesa del salón todos los álbumes, tanto en vinilo como en cedé, que tengo suyos. Mientras observo la reedición estadounidense del debut, con el móvil en manos libres, le pregunto a Santi cómo se formó el grupo. «Niños del Brasil se formaron a comienzos de 1987. Yo acababa de dejar la banda en la que había pasado los tres últimos años, John Landis Fans, y el resto de los componentes participaban todavía en bandas como Boda de Rubias o los incipientes Héroes del Silencio. El grupo fue idea de Antonio Estación y Enrique Bunbury, que vinieron a buscarme para hacer una banda, y yo propuse llamar a Nacho Serrano para incorporar un teclista. Todos nos conocíamos ya de aventuras anteriores o de coincidir en conciertos y bares. Nuestro primer concierto lo dimos un año más tarde en enero de 1988, tras una intentona fallida de presentarnos el verano anterior, que fue imposible por falta de tiempo y de canciones. Ese primer concierto, que acabamos de colgar en nuestro bandcamp, tuvo lugar en la primera edición del concurso Medio Kilo de Rock, en la que ni siquiera quedamos destacados. Además tuvimos muchos problemas técnicos por cuestiones de infraestructura de la sala. Pero a pesar de todo, el sabor de boca que nos quedó fue muy bueno debido a la gran aceptación de público y la enorme asistencia que desbordó la Sala M-Tro, donde fue aquel concurso».

 

Santi Rex: «El grupo fue idea de Antonio Estación y Enrique Bunbury, que vinieron a buscarme para hacer una banda»

 

Niños del Brasil tenían y mantienen dos cosas esenciales. Un sonido único y sus letras lánguidas, sensuales y arrebatadoramente visuales. Le comento a Santi que, bajo mi punto de vista, son un referente del tecno pop español, como lo fue también en su día Vocoder, de Antonio Tenas, y que por desgracia no se los ha valorado lo suficiente. Responde tajante: “No consideramos haber tenido mala suerte, ni haber debido tener más éxito, no somos nosotros quienes debemos decir nada de esto. Además, meternos en la etiqueta de tecno pop no lo vemos completamente acertado, dado que nunca hemos intentado ceñirnos a un estilo en concreto y quizá sólo tengamos de tecno pop el hecho de que componemos con ordenadores. Nuestro sonido va mucho más allá, es inclasificable tanto como tecno pop, como rock, como en ningún otro estilo. Siempre hemos pensado que hacíamos algo único, precisamente por mezclar todos esos estilos que nos gustan; y si alguna vez hemos coqueteado más con el tecno pop, también lo hemos hecho con el heavy, con el house o con el rock gótico… Esa mezcla es nuestra seña de identidad». En cuanto a la lírica, qué influía e influye a Santi Rex para rubricar esos textos: «Para las letras siempre me he fijado en cosas visuales, en películas, en videoclips, en fotografías y, por supuesto, en las situaciones personales que vives en cada momento. Siempre se dice que se compone mejor con las decepciones y las tristezas, que con las alegrías. No sé si esto es aplicable para todo tipo de canciones, pero es bastante posible que sí para nuestra música. Yo redundo en muchos temas tristes a lo largo de mis canciones como son el suicidio, la venganza, las rupturas emocionales, la ausencia y las injusticias, y todo ello le da el toque pesimista que tienen casi todos nuestros temas. Hasta en temas más felices como “Viernes” o “El mundo de la imperfección” se meten estas influencias tristes y oscuras, lo que nos ha dado quizá la característica de grupo melancólico e incluso siniestro».

 

 

Hace más de una década, en otro medio, saqué del olvido al argentino Roberto Azorín, uno de los dos coproductores de las primeras grabaciones de Héroes del Silencio para EMI. El tipo me comentó que obligó a Bunbury a no grabar con Niños del Brasil, para no interceder en Héroes. A pesar de existir grabaciones audiovisuales, siempre me he preguntado cómo era ese Bunbury guitarrista y de apoyo a la voz principal, según Santi. «Cuando empezamos a plantearnos el primer concierto durante aquellos primeros ensayos, la labor de Enrique era fundamental. Llevaba el peso de las guitarras y sobretodo el refuerzo de voz, porque yo entonces cantaba bastante mal. Creo que compaginábamos nuestras voces muy bien y que eso fue parte de nuestro primer encanto. Desgraciadamente 1988, que fue el año de nuestro asentamiento como grupo, fue también el año del despegar de Héroes del Silencio con sus primeras publicaciones. Además de que comenzaron a no tener tiempo para compaginar otras aventuras, su compañía, en efecto, se negó a que Enrique colaborase más con nosotros y participase en nuestro primer disco, que ya estábamos preparando, aunque poco después colaborase con otros grupos como Distrito 14, que sí eran de su misma compañía… Cosas de la vida. En los dos conciertos que hicimos con Enrique nos lo pasamos muy bien. Siempre he considerado que Enrique es una persona muy creativa y muy divertida. No hay más que ver algunos de los vídeos de nuestro concierto, en la sala En Bruto, para darse cuenta que todo fluía muy bien y éramos un buen equipo». Bunbury incluso compuso canciones con el grupo que entraron en el disco de debut. Según Santi: «Enrique participó en la composición de todas las canciones de nuestra primera maqueta, quizá menos en «Tu futuro», que básicamente era piano y la letra. No nos planteamos mucho quién hizo cada cosa en aquellas canciones porque iban surgiendo de forma bastante natural en el local, sin que nadie trajese nada preparado de casa. El primer día compusimos “Amor y espinas”, el segundo día “Al oeste”, el tercer día compusimos “Tu futuro” y el cuarto “El Señor de tu sueños”. Ahí fue cuando decidimos parar y arreglar las canciones. La primera maqueta la grabamos a finales de aquel 1987. Yo creo que las composiciones de Enrique, tanto en esa época con Héroes del Silencio, como posteriormente, no tienen mucho que ver con las nuestras. Aunque compartimos muchos gustos, quizá él se decantó por unos y nosotros por otros».

Los Stooges, grupo adorado por todos, cantaban en su canción “1969”: «It’s another year for me and you/ Another year with nothing to do» («Es otro año para ti y para mí/Otro año sin nada que hacer»). Dos décadas después, Iggy no podría escribir una letra igual. En 1989, The Cult triunfan en Estados Unidos con Sonic temple; Queen, tras un periodo de descanso de tres años, vuelven a través del vitalista The miracle; y Niños del Brasil debutan con el disco Del amor y del odio. Tanto en su debut, como en el resto de álbumes de estudio que publicaron, le pido a Santi que me explique cómo fueron las grabaciones en concreto, más allá de otros datos más anecdóticos. Es decir, coger el escalpelo y remover bien los recuerdos de cada álbum a nivel técnico. «La grabación fue un poco accidentada. Nos demoramos varios meses debido a que el productor era Luis Miguélez, guitarrista entonces de Dinarama, que todavía seguían en activo, y teníamos que parar cada vez que Dinarama tenían alguna actividad como conciertos o televisiones. Fue una grabación un poco caótica, pero a la vez fue muy divertida. Aprendimos muchas cosas de cómo se graban los discos y de cómo comenzar a hacer arreglos, algo que nosotros ignorábamos totalmente. Con Luis lo pasamos muy bien y tenemos un grato recuerdo de aquellas grabaciones, pese al cambio de estudios y a tener que repetir muchas veces pistas que ya estaban preparadas. Primero se edito el maxi de Al oeste, en el verano del 89, preparando el terreno para el elepé que salió en octubre de ese año, cara a las fiestas del Pilar y las navidades. Tanto el maxi de Al oeste, como nuestro primer disco, tuvieron muchísima aceptación en Zaragoza y, por consiguiente, en el resto de Aragón; poco a poco comenzó a promocionarse el grupo en la costa de Tarragona y en la costa valenciana por la influencia de los turistas y los estudiantes maños. Raro fue el bar de Zaragoza, en aquellos Pilares del 89, en que no sonaba insistentemente “Al oeste” convirtiéndose en himno generacional de toda la ciudad. Una vez explotado ya el filón del primer lanzamiento, nuestro manager Pito Cubillas negoció vender los derechos del disco a Epic, que posteriormente sería Sony Music, que reeditó este disco en 1990 con su lanzamiento nacional y los dos siguientes singles que se editaron de él: “Amor y espinas” y “El tiempo”, ambos remezclados por Julián Ruiz. Cuando lo escuchó, le hubiese encantado ser el productor del primer disco y fue en quien confiamos para grabar el segundo».

 

Santi Rex: «Con Mensajes al viento conseguimos una unidad de sonido más definida, que fue la imagen del grupo que se proyectó a todo el país»

 

Le comento a Santi que la segunda vez que fui a Zaragoza, para ver a Mark Lanegan, un día de entre semana, mis amigos y yo pedimos a altas horas de la madrugada en un bar un tema de Niños. Pincharon precisamente “Al oeste”, que bailamos cual chamanes inducidos por las drogas.

 

 

 

Ascenso: Hasta el infinito y más allá

Después de un debut tan prometedor, su continuación, Mensajes al viento, saldría en 1991. «La grabación fue muy distinta a la del primero. Fue en Dowbletronics, un estudio mucho más profesional, con una rigidez de horarios y de días a cumplir, y no permitía grandes experimentaciones ni muchas repeticiones. Grabar con Jesús Gómez, Julián Ruiz y su equipo, nos permitió conseguir un disco limpio y homogéneo, a diferencia del anterior que era más primerizo y heterogéneo. En aquel mostrábamos todos nuestros gustos e influencias sin pudor, pero daba una imagen un poco dispersa. Con Mensajes al viento conseguimos una unidad de sonido más definida, que fue la imagen del grupo que se proyectó a todo el país, con “Las curvas del placer” y “Recuérdame” como primeros singles. La aceptación del disco fue creciendo a lo largo del verano con el apoyo de estos singles, pero realmente fue con el tercero, “Sed de venganza”, cuando el grupo fue conocido masivamente gracias a un videoclip que hicimos con Canal Plus. Tras el éxito del video comenzamos una gira promocional por las principales capitales los siguientes meses, que terminó siendo un extenso tour durante 1992 y 1993, mientras preparábamos nuestro tercer disco».

 

 

Paréntesis. En 1991 se dio uno de los conciertos más históricos de Aragón en la Romareda; Héroes del Silencio como cabezas de cartel y, de teloneros, Niños del Brasil y Las Novias. En 2007, año de regreso de Héroes a nivel de conciertos, tras tocar una fecha en la Romareda, Niños tocaron justo después en otro emplazamiento. «La idea original era revivir algo parecido a aquel ambiente, o aquella repercusión, del concierto de 1991 que hicimos junto a Héroes del Silencio y Las Novias, en La Romareda; pero difícilmente podrá repetirse aquel concierto ni aquella magia de entonces. Aquel directo fue un poco extraño. Habíamos tenido muchas presiones de gentes involucradas y no involucradas con el grupo, tanto para hacerlo como para no hacerlo. Estas tensiones terminaron con la salida precipitada de Jafi Marvel, nuestro guitarrista de entonces, apenas una semana antes del concierto. Rápidamente tuvimos que echar mano de Iván Gracia, que colaboraba con Nacho en sus producciones, para salir a defender nuestro repertorio en un concierto quizá un poco extraño». Rompamos paréntesis.

 

Supervivencia en la nave Nostromo

Volvemos con el DeLorean al pasado, a Mundos en eclipse, particularmente un álbum a reivindicar de la música española en la década de Soundgarden, y que salió en 1993. «La grabación la hicimos en dos partes: la primera en Vulcano, los estudios de Fangoria, junto a Big Toxic, y la segunda en un estudio mayor dónde grabamos los arreglos y mezclamos las pistas. El disco fue producido por el alemán Ingo Vauk, a propuesta de nuestra compañía. El currículum de Ingo, que había trabajado con The Grid, Softcell, The Curve o Flood, entre otros, nos llamó mucho la atención y en seguida pensamos que era lo mejor para nosotros. Con él conectamos enseguida y tenemos un grato recuerdo de este loco alemán que venía, además, con un ingeniero de sonido inglés. Fue una grabación bastante divertida y pese a los problemas de lenguaje nos entendimos muy bien. La compañía apostó principalmente por “Viernes” como tema principal, pese a que nosotros pensábamos más en él como un maxi de regalo o un tema extra. Con el paso del tiempo esa canción se ha hecho imprescindible en nuestro repertorio, pero en un primer momento nuestro público fue un poco reacio a ella al salirse del sonido de “Mensajes al viento” y de nuestra temática romántico-deprimente habitual. Ha terminado siendo una de nuestras canciones más conocidas, con una segunda vida que le ha dado el hecho de aparecer con cierto protagonismo en la banda sonora de la película Las niñas. En la grabación de aquel disco aprendimos todavía muchas cosas más y participó mucha gente que nos aportó muchos matices, como nuestro colaborador Quique Mavilla o el guitarrista Goyo Esteban, de Comité Cisne, e incluso Steve Sidelnyk, un batería inglés que había trabajado con Soup Dragons y Primal Scream e incluso con Madonna. Tuvimos muchas anécdotas graciosas con todos ellos. Por ejemplo, buscábamos para algunas canciones un sonido similar al bajo de los Japan, pero Ingo no acabó de entendernos hasta que ya lo habíamos logrado. Entonces nos dijo que podíamos haber incluso llamado al mismo bajista de Japan, Mick Karn, para participar en nuestro disco, que podría haber entrado en el presupuesto. Una pena que nos entendiésemos tarde».

 

 

A pesar de poder haber contado con Mick Karn, el disco es excelente y gana en producción a sus predecesores. Soy de los que piensa que si Niños hubieran contado con Ingo Vauk en sus dos discos anteriores, ahora mismo la situación del grupo sería totalmente diferente. En un universo alternativo pasarían de grupo de culto a grupo masivo. Conjeturas mías….

Pasaron tres años hasta que publicaron El imperio de los sentidos, su penúltimo disco y el primero que compré junto a otros cedés en rebajas en un centro comercial de mi ciudad. «Es de nuevo una grabación totalmente distinta: fue nuestro primer disco autoproducido bajo la dirección de Nacho Serrano, nuestro teclista, que buscaba un sonido más pop-rock. De ahí que llamásemos de nuevo a un batería, esta vez Jacobo Dobby, para limitar los ritmos electrónicos en lo posible. Fue una grabación complicada, más por la falta de medios que por dudas en nuestras ideas, ya que las canciones estaban bastante claras desde el principio. Afortunadamente contamos con la ayuda de muchos profesionales de la ciudad que nos echaron una mano, tanto técnica, como artísticamente. Es un disco en el que participó mucha gente, como Juan Aguirre, guitarrista de Amaral, que puso su granito de arena en “Lágrimas”, e incluso Enrique Bunbury, en un hueco que le dejó la grabación de Avalancha, se dejó caer de nuevo por nuestro estudio. Enrique se ofreció a ayudarme en la grabación de voces, con métodos y experiencias que había aprendido a lo largo de sus discos con Héroes del Silencio y los distintos productores con los que trabajaron, y fue una experiencia muy curiosa. Es para destacar el impulso trabajador de Enrique que, en los escasos días que le dejaban su grabación, se metiese de nuevo en otro estudio para grabar con nosotros. O quizá necesitaba distraerse después de tantos días inmerso en la grabación de Avalancha. Digamos que la labor de Enrique fue de asistente de voces, ya que se tragó toda la grabación de mi voz y aportó sus ideas, sus experiencias y, como siempre, me enseñó mucho».
En 1997 sacaron un disco de remezclas, La lluvia en tus ojos.

 

Santi Rex: «Fríamente, no creo que haya un nuevo disco de Niños del Brasil, si no, ya lo habríamos publicado»

 

El retorno de los jedis

El futuro está sin escribir y, entonces, el futuro de Niños del Brasil era impredecible. Tiempo de reflexión, de colaboraciones de sus miembros con otros artistas, de proyectos individuales… muchas ideas y muchas preguntas que tuvieron respuesta doce años después, los años que pasaron hasta que se volvió a ver en vinilo o cedé, su gran regreso con Géminis.

«Fue el resultado de tres años de trabajo en lo que iban a ser tres epés consecutivos, que al final terminaron convirtiéndose en un disco entero. De hecho, Géminis vio la luz porque la mitad del disco ya estaba grabado. Plantearnos un disco completo ahora mismo se nos hace inviable debido al poco tiempo que disponemos para dedicarnos al grupo. Por eso decidimos entonces ir sacando varios epés y singles, durante 2007 y 2008, que desembocarían en un disco completo. Las canciones que faltaban las creamos en un fin de semana de retiro espiritual, en un pueblo de Los Monegros. Después volvimos al estudio a rematar las pinceladas y a dar la unidad que necesitaba el álbum. Estamos muy contentos del resultado. Quizá es nuestro disco favorito. Desde luego es nuestro disco más personal».

Y de nuevo surge la duda… A pesar de lo comentado, ¿no hay ni un halo de esperanza para los fans de escuchar un nuevo álbum? «Fríamente no creo que haya un nuevo disco de Niños del Brasil, si no, ya lo habríamos publicado. Enfrentarnos a un disco nuevo es un reto demasiado ambicioso para nuestra situación actual, en la que cada uno tenemos nuestros trabajos y nuestras familias y nos es complicado plantear un plan común de trabajo. Nunca se sabe, pero yo apostaría que nunca grabaremos un nuevo disco completo, aunque sí tenemos en la cabeza un nuevo single y nuevas ideas». Nunca más, graznaba el cuervo… y de varios «nunca más» han renacido Niños, como esta celebración con dos conciertos que van a realizar por su treinta y cinco aniversario. «Nos planteamos los conciertos gracias al éxito que tuvimos, en junio del año pasado, al tocar en el Jardín de Invierno del parque de Zaragoza, pese a estar todo el mundo sentado y amordazado. Creemos que fue un gran concierto. Para esta nueva etapa decidimos incluir de nuevo un batería (Adrián Garcés es de los mejores baterías de Zaragoza), para dar un poco más de fuerza al grupo y reclutar también nuevamente a Nacho Saldaña, el guitarrista con el que grabamos los dos primeros álbumes. Estuvo con nosotros entre 1988 y 1991, y siempre ha sido recordado por todos nuestros seguidores. Estos nuevos conciertos seguirán ese esquema de quinteto y, como de costumbre, intentaremos incluir alguna sorpresa».

Antes de dejar a Santi en sus quehaceres, reparo en el espectacular lanzamiento Niños para siempre. Un producto que bien podría haber firmado una discográfica grande. Profuso en detalles, mejor que nos lo explique Santi: «Hace unos años comenzamos con una labor de mirar atrás, planeando un cedé recopilatorio y después grabar aquel concierto del 2015, en la Plaza del Pilar, con varias cámaras. Decidimos aumentar ese teórico deuvedé en directo, con una verdadera recopilación audiovisual que incluyese documentales, todos nuestros videoclips y, además, diez horas de extras donde aparecen karaokes, conciertos, entrevistas, televisiones y todo tipo de material sobre el grupo. Lo que en un principio era un deuvedé en directo terminó convirtiéndose en catorce horas de material audiovisual extra, que creemos que fue un lujo necesario para nosotros, nuestros seguidores y quien quiera enfrentarse a lo que ha sido el grupo hasta ahora. Nos llevó muchísimo trabajo, no solo mezclar el concierto del Pilar, sino limpiar todo el material que se utilizó en los extras e intentar hacer un trabajo digno a imagen de los grandes lanzamientos de las compañías. Creo que lo conseguimos de sobra y que es una gran recopilación». Servidor da fe. Ahora solo queda contar los meses, las semanas, las horas, los minutos, los segundos….hasta que se haga un nuevo aquelarre y Niños del Brasil vuelvan a escena.

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