“You want it darker”, de Leonard Cohen

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DISCOS

“‘You want it darker‘ deslumbra y honra con matrícula la obra de un inventor de historias colosal’

 

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Leonard Cohen
“You want it darker”
SONY
Texto: ÓSCAR GARCÍA BLESA.

 

En 2004, Leonard Cohen despidió a su mánager después de 17 años de relación. Al poco tiempo descubrió perplejo que la señora había saqueado sus cuentas dejándole literalmente sin blanca. La historia no tendría mayor relevancia si no fuera por un dato revelador: después de años sin publicar discos o salir de gira volvía a hacerlo con el humilde propósito de recuperar algo de liquidez en su desierta cuenta bancaria. Kelley Lynch (quédense con el nombre), a pesar de ser la mala de la película, es en parte a quién le debemos el último y glorioso tramo en la carrera discográfica del artista canadiense. Los malos siempre tienen reservado un papel protagonista. Bendita ladrona.

“You want it darker” es el álbum número 14 del músico canadiense y el tercer capitulo de la trilogía post Lynch que inicia en 2012 con el magnífico “Old ideas” y que tendría continuación en 2014 con “Popular problems”. Cumplidos los 82, despacha en 2016 el mejor disco del lote.

La portada del disco desnuda al eterno provocador: un Cohen con un cigarro entre los dedos satisfecho por el trabajo terminado. ‘You want it darker’, la hermosa canción con la que un coro de sinagoga masculino abre el álbum parece el resultado de un hombre en paz. Hipnótica y mística, seduce desde la misma puerta de entrada. Este trabajo rescata violines y pianos, algo de blues y steel guitars. Pero si algo cautiva es su tierna oscuridad. El músico hechiza con su voz, un narrador octogenario en plena efervescencia confesional.

Su hijo Adam produce seis canciones de este “You want it darker, un álbum que emparenta con “Songs of love and hate” (1971) en atmósfera, y que también exhibe arreglos orquestales aquí y allá, siempre tratados con gusto delicado y al paso de la inconfundible voz del canadiense.

Cohen sigue escribiendo estupendas historias atinado con una pluma mordaz. El disco echa la vista atrás a sus mejores grabaciones de los 70, pero lo hace sin nostalgia. En “Treaty”, una deliciosa confesión de amor, aparece un Cohen renovado…pero con una melodía familiar. “If I didn’t have your love” es una balada irresistible, “Steer your way” camina sobre un pertinaz violín  y “Traveling light” esta construida sobre un buzuki griego y un poema de 2006 de linea demoledora: “I’m traveling light, It’s au revoir, My once so bright, My fallen star”, un nuevo “hit” en su carrera y seguro favorito en actuaciones en directo.

Sencillo en arreglos, “You want it darker” triunfa en su proximidad. Abunda el drama propio del personaje, hay aquí épica y grandeza, pero también el trabajo artesano en forma de pequeños detalles electrónicos diseminados a lo largo del disco. Resulta paradójico tildarle de moderno, aunque lo cierto es que lo es, siempre los fue.

Leonard Cohen parece haber encontrado al fin su propio estado zen. Impulsado por una recepción colosal de sus últimos conciertos (aún siguen en pie aplaudiendo boquiabiertos los espectadores del grandioso concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid en 2012), se encuentra inmerso en el período más productivo de su carrera. A una edad donde tal vez debería estar pensando en los placeres de la vida bucólica, resulta recurrente la idea de que tal vez estemos ante la última obra de Cohen. Más pronto que tarde uno de sus discos ocupará ese lugar. Si fuese este el caso, “You want it darker” deslumbra y honra con matrícula la obra de un inventor de historias colosal.

 


Anterior crítica de discos: “Here”, de Teenage Fanclub.

 

 

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