“Ventanas encendidas”, de Pepe Robles

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DISCOS

“Un disco que, únicamente por desconocimiento y falta de difusión, no saldrá en las listas de los mejores del año”

 

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Pepe Robles
“Ventanas encendidas”
AUTOEDICIÓN

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

No parece que haya hueco en la industria discográfica española para aquellos músicos que, por trayectoria y formar parte de nuestra historia viva, deberíamos intentar, sino cuidarlos (que este país es un sálvase quien pueda), por lo menos que pudieran ir dando salida a su obra con unas mínimas garantías de difusión y distribución, pero no. Son muchos a quienes no les queda otra que ir poniendo sus discos al alcance del público como buenamente pueden. Ese es el caso de Pepe Robles, exintegrante de (ahí es nada) Los Ángeles y Módulos, que ha optado en este cuarto álbum en solitario por la autoedición, renunciando incluso a los canales convencionales de distribución y comercializando el cedé exclusivamente desde su web. Así estamos.

Lo peor, incluso, es que parece improbable que una obra como “Ventanas encendidas” encuentre muchos espacios donde lograr ser difundida, y no porque sea compleja o esté alejada del tiempo. Al contrario, es un disco de sonido actual y cualquiera puede degustarlo, pues se trata nada más (¡y nada menos!) que de pop, simple y llanamente pop, elegante, eso sí, sinuoso y elaborado si se quiere, pero pop a fin de cuentas. Pop que en esta entrega se decanta abiertamente hacia el funk y el soul blanco, con resonancias jazzísticas aquí y allá. Todo ello interpretado en castellano (con esa voz que nos traslada a la leyenda imperecedera de Módulos) y con letras de Juan Mari Montes con las que redondear un disco largo, que eso sí, requiere de tiempo para su escucha (como el que reivindica Robles en ‘Vas con prisa’), para desconectar un rato del ruido de la vida y dejarse envolver por una obra plena de matices, con la guitarra siempre en primer plano, dibujando solos, perdiéndose en arreglos y detalles para finos aficionados a las seis cuerdas. Una guitarra que habla, y junto a ella la voz, la de Pepe Robles, esa voz cálida, tan personal, tan especial, tan única. En la aventura musical solo le acompaña Miguel Ángel Collado, ambos, ejerciendo de bregados músicos de sesión, se reparten todos los instrumentos, porque cuando hay talento pero escaso presupuesto, tampoco hace falta más para que una grabación ruede con los máximos de calidad. No se sabe si la veteranía es un grado, pero, desde luego, en este caso es sinónimo de derroche de buen gusto.

Robles, apoyado por los textos de un Montes que, al contrario que en entregas anteriores (y es que se está convirtiendo en letrista de referencia para Pepe), ha buscado textos más incisivos, menos ensimismados en el romanticismo, con temáticas humanistas, podríamos decir, con las que ha ayudado a redondear una colección de canciones impecable, con su punto más alto en ‘Héroe sin vocación’ (pacifismo interior, que es el que cambia el mundo), la maravillosa ‘Vas con prisa’ (un alegato contra los tiempos tan rápidos que vivimos, pendientes del reloj), las dos, muestras de funk brioso y callejero. O la sublime ‘Si prefiero otro color’ (grito libertario, contra la intolerancia racista o religiosa), con melodía envolvente e inexcusable, con apuntes jazzísticos. Como el jazz campa en la hermosa balada ‘Sin ti’, que se une en los temas suaves con ‘Perdonarte otra vez’, ‘Johanna’ y ‘Tan fugaz’.

 

 

Pero también hay blues, como en el goloso y noctámbulo ‘Vueltas y vueltas’, o aires de épica heroica y vitalista en la descomunal ‘No puedes rendirte’ (joder, qué despliegue vocal, sin hacer alardes ni soltar el chorro de voz, solo con sentido de cómo hay que interpertar, que el matiz y la intención es lo que importa). En todo caso, si hay que buscar un hilo conductor musical, ese es el funk, que puede servir, por ejemplo, para remarcar la opresión que relata en ‘Regresa’ o la sabia que recorre ‘Quiso apagar el sol’ (magnífica letra sobre el oficio de cantar y su capacidad para cambiar la realidad).

 

 

Dieciséis temas que, como ya se ha dicho, hay que disfrutar y dejarse envolver por ellos. Pero, lógico, lo primero es aproximarse al álbum que, únicamente por desconocimiento y falta de difusión, no saldrá en las listas de los mejores del año, pero no hace falta que nadie ordene los sonidos de un año, que al fin serán los que cada uno queramos que sean, lejos de tendencias, consensos o cánones. Seamos libres, pues.

Si quieres comprar “Ventanas encendidas”, puedes hacerlo directamente, a Pepe Robles, desde este mail: tono1@movistar.es

 

 

Anterior crítica de discos: “Fetén / Fatal”, de Hendrik Röver y Los Míticos GTs.

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