“Vengadores: Infinity war”, de Anthony y Joe Russo

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CINE

 

“Las diferentes tramas y subtramas se construyen sabiamente, agrupando a los personajes de un modo que no resulta forzado sino casi natural”

 

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“Vengadores: Infinity war”
Anthony y Joe Russo, 2018

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

Tras diez años y casi una veintena de películas del Universo Cinematográfico Marvel, cada nuevo filme se estrena bajo la amenaza de hastío, repetición y aburrimiento de la audiencia. Ante nuestra sorpresa, la mayoría han sido capaces de superar el reto con creces, expandiendo poco a poco el universo de los superhéroes no solo en personajes sino también en tono e imaginario, permitiéndonos disfrutar de variantes tan inesperadas como la colorista locura de “Thor: Ragnarok” (Taika Waititi, 2017) o la pertinente y reflexiva “Black panther” (Ryan Coogler, 2018). Sin embargo, llegado el momento de aunar todas las narrativas construidas hasta ahora, esto no hace sino dificultar la tarea de unificación, creando un desafío todavía mayor.

“Vengadores: Infinity war” sale airosa precisamente por no permitirse correr ningún riesgo. Allí donde la ciega ambición y el éxito casi asegurado podrían haber llevado a inconscientes excesos, las diferentes tramas y subtramas del filme se construyen sabiamente, agrupando a los personajes de un modo que no resulta forzado sino casi natural. Cierto es que la velocidad y ritmo frenético de la película hace que uno no tenga tiempo de pararse a reflexionar demasiado sobre los problemas de estructura narrativa, y es a posteriori cuando resulta obvio que se han sacrificado algunos protagonistas para dar primacía a otros (desaprovechando, una vez más, a la Viuda Negra y ofreciendo lo que apenas es un cameo a personajes como Bucky Barnes). Y sin duda el desarrollo y peso dramático que tiene Thanos como villano es el mayor acierto de este arrollador filme, presentándose así como el anclaje que consigue sujetar el conjunto y presentarlo a la audiencia como un todo coherente.

Esta es, por supuesto, una película para fans. No sirve de nada engañarnos. Una recopilación como la aquí exhibida solo funciona si el espectador sabe lo que está viendo, reconoce a los personajes y las relaciones que los unen o dividen, casi como si lleváramos años preparándonos para esto. Pero es también mucho más que el cierre a todo un universo narrativo, no sólo porque en 2019 podremos disfrutar de su secuela directa (aún hoy sin título definitivo), sino porque abre una puerta en la que Marvel rara vez se ha adentrado, que es la de permitirse un tono oscuro y sombrío (si bien esto quizás hace que la tendencia a encajar un cierto tipo de humor con calzador tan característica de algunos de los personajes protagonistas sea lo único que chirría de manera más clara en la película). Este inesperado camino ofrece un fascinante cosmos por explorar y, para qué negarlo, nos deja con ganas de más. El Universo Cinematográfico Marvel, y con ello el cine de superhéroes, no sólo no está agotado sino que se mantiene en la cresta de la ola. Y pretende continuar ahí durante muchos años.

 

 

 

Anterior crítica de cine: “Un lugar tranquilo”, de John Krasinski.

 

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