Tequila: Lo que unió Paco Ibáñez, que el tiempo no lo cambie

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Ariel: “Se armó como algo muy concreto, aunque si lo estamos pasando bien y surge alguna cosa más, seguramente también la hagamos”

 

Días antes de que se reencuentren de nuevo en los escenarios, charlamos con Ariel Rot y Alejo Stivel sobre los cuatro directos que han planeado para este mes de junio. Una entrevista de Arancha Moreno.

 

Texto: ARANCHA MORENO.

 

Lo contaron en un vídeo pseudo casero y sorpresivo, hace un mes escaso: Alejo Stivel y Ariel Rot resucitan Tequila este mes de junio para cuatro conciertos en Málaga, Barcelona, Madrid y Murcia. Así nos enterábamos de la noticia a finales de mayo:

 

 

Y un día antes de arrancar los ensayos de estos cuatro shows, nos encontramos con Alejo y Ariel en un hotel de la calle Princesa, en pleno corazón de Madrid. Están en la planta baja, en una sala con una mesa redonda, enorme, charlando y riendo a cada rato, riendo a carcajadas elucubrando cómo Paco Ibáñez cambió la historia del rock español sin saberlo, porque ambos se conocieron en un concierto suyo cuando tenían diez años. Se les ve disfrutar de esta nueva reunión de viejos amigos, de dos antiguos socios que dijeron adiós a Tequila en 1982, y que están encantados de reencontrarse en los escenarios más de treinta años después, aunque ya no estén para acompañarlos ni su querido Julián Infante, ni Manolo Iglesias (Felipe Lipe tampoco acudió a su regreso en 2008). Pero están felices con sus nuevas compañías.

 

Ariel, en la entrevista que te hice hace a principios de este año para el número 12 de Cuadernos Efe Eme, me contabas que llevabas demasiado tiempo centrado en una banda, en un disco y en tu carrera, y que ahora querías juntarte con más gente, aprender de otros y disfrutar más del proceso y menos de ir hacia un objetivo terminado. Querías, en tus palabras, “volver a la esencia”. ¿Entraba ya en tus planes este regreso?
Ariel: No, para nada. En ese momento estaba coqueteando con la idea de hacer un repertorio con Federico Lechner, pianista de jazz argentino, estaba pensando en eso y en hacer música, estaba muy abierto a dejar que las cosas vayan ocurriendo, estaba receptivo. Esto, en cierto modo, tiene algo de eso: voy a tocar con músicos con los que siempre quise tocar y nunca toqué. No con Alejo (ríe), con Alejo he tocado mucho.

 

¿Quiénes forman la banda para esta pequeña gira?
Ariel: En la banda está Luis Prado a los teclados, Julián Kanevski (guitarras), y está Chilo, un batería chileno del que me han hablado hace tiempo, aunque no lo conozco.
Alejo: Le dicen Chilo porque viene de un pueblo llamado Chiloe, al sur de Chile, casi en el estrecho de Magallanes, un lugar remoto donde no hay ni una tienda de instrumentos. Una generación espontánea, el tipo se dedicó a ser músico y después a tocar la batería, y no había ni una en su pueblo.
Ariel: Es una manera de juntarme con gente que nunca toqué. Con Luis sí, pero no en directo.

 

Si no entraba en tus planes, entonces, ¿cómo ha surgido la idea?
Ariel: Bueno, no es la primera vez que nos llaman de alguna marca, o una agencia de publicidad para proponernos cosas, y nunca terminaban de cuadrar, por fechas o porque la propuesta no nos interesaba. Esta, simplemente, hablé con Alejo, le dije que nos estaban proponiendo esto, le pregunté si le apetecía, se fue organizando y lo fuimos encajando, no tiene más sorpresa.

 

Me ha llamado la atención por lo inesperado, porque no sois un grupo que haya vivido del rédito del pasado. Siempre habéis seguido hacia delante, y desde que os separasteis en 1982 solo volvisteis a juntaros e 2008 para una gira. Que volváis ahora, fuera de efemérides, me llamaba la atención por eso, porque no es lo habitual. Tequila no está en los revival como sí han hecho otras bandas, y no es por falta de pasado, precisamente.
Alejo: Sí. La propuesta vino de fuera, yo estaba en Buenos Aires, me llamó, y nos pilló en un momento con ganas. Yo tuve que acomodar alguna cosa, de mi disco que estaba preparando, y congelarlo un poco, porque apetece hacer esto, creo que lo vamos a pasar muy bien.
Ariel: Sobre todo que también se armó como algo muy concreto, muy puntual… aunque si lo estamos pasando bien, y esto ya está armado y surge alguna cosa más, seguramente también la hagamos.

 

Entonces, ¿hay vida más allá de los cuatro conciertos que vais a ofrecer este mes en Málaga (día 16, París 15), Barcelona (24, La Daurada Beach Club, Vilanova i la Geltrú) Madrid (29, Noches del Botánico) y Murcia (30, Auditorio Parque Fofó)?
Ariel: El tema de las bandas juveniles es que son muy celosas, te obligan a tiempo completo. Hoy en día tenemos la mente más abierta en ese sentido. No tenemos que abandonar todo tipo de planes, si es algo que enriquezca o sume, no hay por qué abortarlo a priori.

 

¿Qué sensaciones teníais cuando volvistéis a juntaros en 2008, y qué sensaciones tenéis ahora?
Alejo:
Para mí fue muy especial la gira anterior, al margen de la reunión personal y musical con Ariel. Yo estaba retirado del escenario, estaba trabajando en otra profesión, y fue un revulsivo para mi vida. Pasé de estar doce horas al día en un estudio durante veinte años a estar en la carretera y los escenarios. Me provocó un pánico inicial brutal, quería irme a casa con mi mamá, ¿quién me manda hacer esto ahora, con lo bien que estaba en el estudio sentado, dirigiendo grabaciones, qué necesidad tengo de exponerme en un escenario después de 30 años? Bueno, tenía necesidad, probarme a mi mismo que podía hacerlo, que no era una costra que se me había quedado dentro del alma. Salvo ese pánico inicial de las primeras actuaciones, a partir de la quinta o sexta empecé a disfrutar y a pasarlo bien. No sé cuántas hicimos, cincuenta o sesenta. La pasé muy bien, y cuando acabó pensé: “Ahora quiero seguir, no me quiero encerrar en el estudio las 24 horas”.
Ariel: Fue el comienzo de una nueva era para ti, para mi fue el final. Creo que fue mi última gira salvaje. Cerré el círculo.

 

A lo mejor ahora lo abres otra vez…
Ariel:
No, ahora me porto mejor (ríe).
Alejo: Nunca digas de esta agua no beberé.
Ariel: No, hay cosas que están claras (sonríe).

 

En tu caso, Alejo, te sirvió para volver a cantar.
Alejo:
Sí, después quería hacer un disco, pero se me había olvidado cómo componer canciones, hice un disco de covers y les apliqué todo mi conocimiento de productor, pero no dejaban de ser canciones de otros. Armé una banda, ahora estoy aprendiendo a componer de nuevo. Me quiero quedar aquí, ahora no me quiero volver a encerrar en un estudio. En este momento estoy totalmente focalizado en esto de Tequila, luego en sacar mi disco. Quiero ser cantante, mamá.

Es curioso que no recuerdes cómo se escriben canciones, porque a los quince años ya habías escrito el éxito de Tequila ‘Necesito un trago’.
Alejo: Sí, pero prueba a dejar de hacer algo que haces habitualmente durante treinta años. Se te olvida. Tienes que volver a aprenderlo. El hecho de la composición implica un strip tease emocional, tiene momentos de angustia frente al papel. Me ayudé con algunos amigos, pero había momentos que tenía que sacarlo yo solo, me costó mucho.
Ariel: Yo dejo de componer seis meses y ya me cuesta un montón.

 

 

Y eso que tú, Ariel, no has dejado de componer desde entonces.
Ariel: Sí, pero es cierto que los primeros tramos resultan ser más áridos.
Alejo: Imagínate treinta años. Ahora, al final ese sufrimiento no fue en vano, las canciones salieron sin técnica, sin recursos, y eso le dio un aura muy fresca.

 

¿Con la espontaneidad que tenías en Tequila?
Alejo: Bueno, no sé si es la misma. Con la espontaneidad que tengo ahora.

Vuestra historia es muy antigua, se remonta a cuando teníais diez u once años, os conocísteis en un concierto de Paco Ibáñez.
Alejo: Habría que llamar a Paco Ibáñez, la próxima entrevista tiene que ser con Paco en medio. ¡Todo esto no hubiera ocurrido sin Paco Ibáñez!
Ariel: ¡La historia del rock español hubiera sido distinta sin Paco Ibáñez! (Ríe a carcajadas).
Alejo: Yo quiero llamarlo, tomar un café con él.
Ariel: La música nos gustaba, pero su personalidad siempre nos cautivó, era muy misterioso.

 

Otro ídolo, a su modo, junto a vuestros admirados Chuck Berry y los Rolling Stones…
Ariel:
Convivían muchas cosas hasta que ya nos definimos un poco. Lo que escuchan en tu casa, lo que escuchan tus padres, lo que escucha el portero, incluso, si vives en una zona más barrial. Luego los gustos se fueron definiendo. Creo que nuestra relación súper intensa empezó cuando éramos niños.
Alejo: Él tocaba la guitarra muy bien a esa edad, yo no. Mi madre tenía un magnetofon y grabábamos canciones, nunca encontré la cinta. Algunos de los primeros temas ya estaban hechos en Buenos Aires, antes de venir a España.

 

Como ‘Necesito un trago’, que decíamos antes. Alejo, según me contó Ariel, en aquellos primeros años tú estabas muy abierto a otras disciplinas, aunque acabaste en la música.
Alejo
: Sí, parecía que iba a ser actor. Mi madre era actriz, mi padre director, la mujer de mi padre era actriz. Yo estaba rodeado de actores, directores, periodistas… A los 12 años me puse a estudiar teatro, armé yo el grupo, fui a dos clases y me fui. Los demás siguieron y muchos se convirtieron en profesionales. Pero para mi era como seguir un patrón familiar, ceder ante el establishment, el rock era una ruptura con mi generación anterior, el rock me enfrentaba a mis mayores, aunque eran muy abiertos y les pareció muy bien. Pero para mi mentalidad rebelde lo era. Yo nunca fui ni soy ni seré un gran cantante, no me dedique a eso por vocación desde niño, elegí eso porque me encantaba, y cuando pude me adapté, siempre conocí muy bien mis límites, eso te ayuda a no meter mucho la pata. Encontré mi estilo y mi forma.

 

¿Y cómo era Ariel de pequeño?
Alejo:
Ariel era como Eric Clapton, pero con doce años. Era una estrella de la guitarra. Yo aluciné, no era normal encontrar a un chico de esa edad que tocara la guitarra con esa destreza. La sensación era que no iba a ser otra cosa que músico. La gente cuando lo veía tocar se sorprendía, era muy chico y tenía más cara de chico todavía, con once parecía que tenía nueve, a los catorce parecía que tenía once… sorprendía.
Ariel: ¡Hubiese arrasado en Youtube!
Alejo: Hoy Julián Kanevsky me mandó el vídeo de un niño de 12 años tocando con una banda, espectacular… sorprende ver a un niño tocando con esa destreza, aunque ahora es más habitual que entonces. Causaba bastante impacto.

 

Compartís unos códigos muy antiguos. Aunque llevéis tiempo sin tocar juntos, cuando te juntas en un escenario con alguien con el que tienes tanto pasado en común, supongo que el vínculo es muy fuerte… ¿Hay una complicidad intacta?
Alejo:
Sí, nos veamos o no durante un tiempo, estamos más cerca o más alejados, es una relación familiar, somos familia.
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Alejo: “Nos veamos o no durante un tiempo, estamos más cerca o más alejados, es una relación familiar, somos familia”

 

¿En qué punto estaba Tequila cuando rompísteis, y en qué punto estáis en estas “resurrecciones”?
Ariel:
Tequila estaba en un punto muy caótico. Manolito estaba medio desaparecido, de vez en cuando venía Toti Árboles a tocar, o Julián, que también tocaba la batería… Alejo estaba hecho un playboy, yendo a jugar al tenis, su BMW, su chica, su modelo… estábamos totalmente dispersos, preparando un disco, hubiésemos necesitado un gran productor que hubiese puesto orden, realmente.
Alejo: Empezamos muy chicos y durante muchos años tuvimos una actividad frenética que no paró, creando, produciendo, tocando, promocionando, no había días libres. Tan chicos, no sé, no recuerdo muy bien, pero quizá necesitábamos airearnos, liberarnos de esa intensidad. Había sido todo muy intenso, muy pegada la llegada de Argentina por el exilio, con todas esas historias fuertes por detrás.
Ariel: Tal vez en nuestra relación personal hacía falta un poco de aire también, eso determinaba muchísimo…

 

En vuestro caso, según me contaste, Ariel, en Tequila no funcionábais como un dúo, sino como una banda.
Ariel:
Es cierto, en Tequila había un protagonismo muy democrático, sobre todo en cuanto a imagen. No había tanta diferencia entre los fans del cantante y los del bajista.

 

Juan Puchades (que se fue de gira con ellos en 2008, y lo vivió así), me implora que os pregunte por qué no publicásteis un directo de esa gira.
Alejo
: Tenemos una grabación…

 

¿Una grabación de un concierto, que nunca ha visto la luz?
Alejo: 
Sí, pero en ese momento nos pareció que no daba la talla para hacer un disco oficial en vivo, y quizá ahora tampoco, no sé… el otro día lo oímos, quizá para un bootleg, un disco medio pirata…
Ariel: Nunca habíamos hecho un disco en directo, y que el disco en directo de Tequila sea ese en particular, la verdad es que no nos hacía demasiada ilusión. Ahí quedó…
Alejo: Quizá podríamos grabar el del Botánico (se refiere al concierto que van a dar en Madrid).

 

¿Os lo habéis planteado?
Ariel: Vamos a ver, mañana cuando empiecen los ensayos…

 

Ah, que mañana empezáis los ensayos. Entonces vais a preparar los conciertos en estos días…
Ariel: Tres semanas.

 

Suficiente en vuestro caso, ¿no?
Ariel: Hoy todo el mundo lo lleva muy preparado.
Alejo: Además, son temas que están en el subconsciente colectivo. Aunque nunca los hayan tocado, son temas que conocen.
Ariel: Hay parte de la banda que ya toca con Alejo, que suelen tocar ocho o nueve temas de Tequila.
Alejo: Sí, los singles y alguno más. Quizá aquí hay unos arreglos diferentes, pero tienen contacto con las canciones, no empezamos de cero.
Ariel: Yo ya me vi con Julián Kanevsky, me parecía un paso importante ver cómo nos ibamos a entender, cómo nos íbamos a distribuir, cómo iban a sonar esas dos guitarras. Creo que va a sonar un poco distinto, no vamos a ocupar los mismos roles. Me parece que sería muy bueno imaginar que Tequila no se hubiese separado, cómo hubiesen evolucionado esas canciones, no mantenernos tan fieles a las versiones originales, que fue lo que pasó en la gira de 2008: como funcionaban las guitarras, el teclado muy tímido… Aquí, con Luis, podemos crear un nuevo sonido.

 

Esa sería la premisa: desmarcaros de esa versión de 2008, más pegada a la original, y evolucionar el sonido.
Ariel: Estoy abierto a que sea así. Prefiero dejar que haya nuevos aportes, a ver qué pasa en esa química.
Alejo: Hay cosas que hay que respetar. Hay solos que tienen que ser así, por cómo están creados.
Ariel: Sí, pero yo me refiero más que nada a cómo está definido el sonido de las guitarras, por ejemplo. En Tequila una era rítmica y otra lead guitar. El teclado prácticamente no existía en los discos originales, ahora tenemos la oportunidad de que las guitarras creen más aire, que el teclado se meta también… Vamos a ver, creo que está bien no forzar, pero tampoco mantenernos rígidos por el sonido original. Creo que es una buena filosofía. Los Stones no tocan los temas como eran originalmente.

 

La banda anterior la formásteis con Josu García, Mac Hernández, Daniel Griffin y Mauro Mietta. ¿Se os pasó por la cabeza repetir con ellos?
Ariel: ¡Están todos muy bien colocados! (Ríe). Hablé con Mac y sigue en la tele (forma parte de la banda de Buenafuente en Late Motiv), Mauro está en su proyecto… Lo primero que hice fue llamar a la vieja banda, sí.
Alejo: Había otras opciones, pero esta es la banda que está en funcionamiento conmigo, salvo Luis. Era bastante cómodo, porque ya se conocen, tocan juntos, tocan varios temas de estos… son de primerísimo nivel, y en un momento dado cayó de maduro que fuera esta.

 

En su día publicásteis cuatro discos de estudio. ¿Los éxitos de entonces configuran el repertorio de ahora, o vais a incluir también canciones que en su día no tuvieron momento?
Ariel: Hay que hacer un repertorio de veinte canciones, así que sí que vamos a tener que tocar la mitad del repertorio que hemos grabado, con Tequila grabamos cuarenta canciones. En la gira anterior hacía una versión de ‘Sabado a la noche’, y puede que caiga alguna otra versión, que tenga que ver con nosotros, obviamente. Habrá canciones que no fueron éxitos pero que la gente conoce, o canciones más underground, como ‘El barco’, que nos apetece tocarlo, y es un momento de cambiar el patrón rock and roll a toda pastilla.
Alejo: Yo voy a tocar mi single nuevo, ‘Yo era un animal’, y Ariel va a tocar una de su cosecha.

 

¿Una de tu carrera en solitario?
Ariel niega con la cabeza, y sonríe. 

 

¿Vas a tocar alguna de Los Rodríguez?
Ariel: Bueno, me gusta que empiece la intro, y a ver qué pasa. Pero podría haber sido perfectamente un tema de Tequila si hubiésemos aguantado más tiempo. Ya está, ya te lo dije todo (ríe).

 

Después de revivir la banda en 2008, y volver a tu carrera, Ariel, ¿se despertó algo que reactivó el chip de Tequila y desempolvó las viejas maneras a la hora de componer?
Ariel: «Solo Rot» fue justo después de la gira de Tequila y creo que sí hubo cierta influencia de volver con un sonido un poco más guitarrero, se nota alguna pincelada, nada radical. No sé, vamos con el tiempo muy justo, es un periodo muy corto para pensar que puedan surgir canciones. A mi cada vez se me hace más difícil compartir la composición, cada vez me resulta un ejercicio más íntimo.

 

¿Los cuatro conciertos serán iguales?
Alejo: Va a ser básicamente el mismo repertorio, no hay razón para cambiar porque el público es otro en cada ciudad.
Ariel: Tenemos una lista hecha, nos reunimos, escuchamos la grabación del 2008 e hicimos un repertorio bastante basado en esa gira pero con cambios. Ese es el papel, mañana hay que ver si funciona el orden, si hay algún tema que suena mejor o peor con esta banda. Mañana empieza la acción.

 

¿Qué es lo que más ilusión os hace, de esta vuelta?
Alejo: Todo es bastante ilusionante, tocar esos temas que nos marcaron y que increíblemente están vivos, juntarnos con otros músicos…
Ariel: Una de las cosas que más ilusión me hace es tocar en directo con Luis, y tocar por primera vez con Julián. Y así como Alejo recuperó su rol de cantante, yo también recuperé mi rol de guitarrista con Tequila, y eso es algo muy potente, me va a poner muy en forma por un lado, y me va a hacer disfrutar mucho no tener que estar tan pendiente de mi voz (ríe).

 

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