“Songbook” (2011), de Chris Cornell

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ACÚSTICOS

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“En este disco desnuda todos sus temas hasta su esencia, hasta el alma de la tonada”

 

Horas antes de que se cumpla un año de la muerte de Chris Cornell, Ignacio Reyo analiza uno de los trabajos en solitario del excantante de Soundgarden: el acústico “Songbook”, publicado en 2011.

 

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Chris Cornell
“Songbook”
UNIVERSAL MUSIC ENTERPRISES, 2011

 

Texto: IGNACIO REYO.

 

Resulta curioso que de las cuatro bandas más importantes de Seattle en la era del rock alternativo en los años noventa, solo Soundgarden no hicieran un “Unplugged” para la MTV. Tanto Nirvana como Alice In Chains, además de tocar los citados desenfuchados, editaron sus conciertos. El de Pearl Jam no se publicó oficialmente, lo podéis encontrar en bootlegs o en descargas ilegales de internet. No podía quedar así la cosa. Chris Cornell, a quien Alice Cooper llamaba “La Voz”, editó “Songbook” y sus fans pudimos resarcirnos con ese álbum acústico oficial, aunque antes ya habíamos tenido un desenchufado brillante en “Bootleg”. Pero hay una historia larga y anterior detrás de “Songbook”.

En la película “Singles”, de Cameron Crowe, Cornell no solo hizo un cameo, sino que se estrenó como artista en solitario, con la escalofriante ‘Seasons’. Quien no pueda amar esa canción es que no tiene corazón. Así de simple. Muchísimos años después vino su sobresaliente debut en solitario “Euphoria morning”. Contó con su compañero en Soundgarden Matt Cameron a la batería en uno de los temas, y con otros músicos como Alain Johannes y Nastasha Schneider de los extintos Eleven, que fueron coproductores del disco junto al propio Cornell. Trágicamente, ese ángel con sexo de mujer, si eso es posible, que era Natasha, falleció este milenio por un cáncer.

Posteriormente se dio el proyecto de Audioslave, auspiciado por Rick Rubin. El experimento trataba de colocar a Cornell como cantante de un grupo formado por tres miembros de Rage Against The Machine. Ni que decir tiene que fue un éxito, y su ópera prima, otra genialidad más en la carrera del vocalista. Servidor les pudo ver dos veces. En el Festimad en 2003, donde realizaron una jam con Public Enemy, y a escasos metros en un inefable concierto en La Riviera, en Madrid, en el año 2005.

El concierto de La Riviera coincidió con el cumpleaños de Tom Morello. En él, Cornell acometió tres temas él solo, acompañado de una guitarra acústica. Tocó el clásico de Soundgarden ‘Black hole sun’, el tema ‘Call me a dog’ de su banda paralela y efímera Temple Of The Dog (en homenaje a su amigo fallecido por sobredosis de heroína Andy Wood) y ‘I am the highway’, del primer disco de Audioslave. En 2006 realizó una gira acústica que inició en una pequeña sala de Estocolmo. La grabación se hizo viral. Está en Youtube, por descarga ilegal o en bootleg. El abrumador concierto resultó ser tan famoso como para ser citado en la Wikipedia gringa. En él hacía un repaso a sus canciones en todas sus bandas, aparte de versiones de Michael Jackson, Bob Marley and the Waylers, Brinsley Schwartz y Led Zeppelin.

Y llegamos a “Songbook”. El disco compila canciones que grabó durante la gira “Songbook Tour”, que duró desde marzo hasta mayo de 2001. En él desnuda todos sus temas hasta su esencia, hasta el alma de la tonada. Es fascinante cómo convierte las canciones del mediocre “Scream” (por ser eufemísticos, no es solo su peor disco: es un disco horrible) en joyas. Es el caso de ‘Ground zero’. Quién iba a pensar que un disco podría convertirse en ambrosía bajo otro formato, otros parámetros.

Hay dos versiones. En especial, una, eriza la piel. ‘Thank you’ de Led Zeppelin, uno de los temas más bellos jamás escritos. Robert Plant cantó unas estrofas en el concierto tributo a Freddie Mercury. Y no es baladí que Chris Cornell afrontara esa versión. Durante un tiempo Jimmy Page, John Paul Jones y Jason Bonham quisieron reflotar Led Zeppelin bajo el sagrado nombre, prescindiendo de Robert Plant. Entre los candidatos estaba Cornell.

Volviendo al disco, la otra versión es ‘Imagine’ de John Lennon. Es una buena interpretación, pero la canción está tan sobreexpuesta, la ha versioneado tantísima gente (desde Queen hasta David Bowie, más de doscientos artistas) que no destaca. El álbum incluye dos canciones nuevas, que no desentonan entre los clásicos. ‘The keeper’ es una sorpresa, porque está grabada en estudio. Fue parte de la banda sonora de “Machine gun preacher”.

‘Cleaning my gun’ resulta inédita, jamás publicada en estudio. El resto son canciones de Temple Of The Dog, Audioslave, en solitario o de Soundgarden. La emoción que supone escuchar el disco es inefable. ‘I am the higway’ por ejemplo, de Audioslave. El sentimiento expresado extrapola la versión en directo a límites celestiales. Aún siendo mejor el tema en estudio a nivel analítico y cerebral, en directo gana nuestro lado emocional.

Las canciones que recupera de Soundgarden son bastante deprimentes. Nos vamos a centrar en una, ‘Fell on black days’. Una letra durísima, de cuando estaba luchando contra su alcoholismo y depresión, una depresión que le siguió de por vida.

Todos conocemos el trágico desenlace. Chris Cornell terminó suicidándose el dieciocho de mayo de 2017 en su habitación de hotel, después de un concierto con Soundgarden. Meses antes había reactivado Temple Of The Dog y Audioslave. Escuchad su versión de ‘Nothing compares 2 u’ de Prince, acompañado por un violín y otro guitarra acústico.

Solo diré dos cosas, antes de despedirme con sus palabras. Hace poco le enseñé al ex cantante de Three Generation la portada que “Classic Rock” había dado a Cornell por su deceso. Casi terminamos llorando. Me contó que él estuvo tres meses muy triste. Yo le dije que recaí en una depresión. El por qué recaí, lo saben la cantante de YAY y su hermana, es algo que no puedo explicar porque es demasiado personal. Únicamente escribiré que dos muertes de no familiares o amigos me afectaron de igual manera. Freddie Mercury cuando tenía ocho años, porque era muy héroe, era como “Batman” y yo creía que vivíamos para siempre, y el futbolista Dani Jarque, y Andrés Iniesta en su gesto de marcar el gol que nos dio el Mundial dedicándoselo al fallecido amigo. Tuve la suerte de entrevistar a Cornell.

Despidámonos con las palabras de Chris Cornell: “Escuchando de niño las letras de John Lennon, me dejaba llevar por mi imaginación. No componía en un tono tan autobiográfico y tan personal como para desconectar de la audiencia. Escucha ‘Lucy in the sky with diamonds’. Puede significar cualquier cosa que se te pase por la imaginación. Tu realidad es tu fantasía y esa es la magia de la composición, porque la canción tiene vida propia y el letrista no la puede controlar. No puedo controlar como te vas a sentir o el significado que vas a darle cuando escuches ‘Fell on black days’. Está viva, ese es el milagro”.

Anterior entrega de Acústicos: “MTV Unplugged” (1996), de George Michael.

 

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