Rubén Pozo: Venciendo la pereza

Autor:

«Ha pesado más poder encontrarnos una noche donde sea y emborracharnos a gusto que seguir en Pereza. Era una cosa o la otra»

Con ese estupendo disco llamado “Lo que más” como excusa, Juanjo Ordás se encuentra con Rubén Pozo para que le cuente cómo avanza su recién estrenada carrera en solitario. Y descubrimos que no echa de menos nada del pasado.

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Feliz con su disco, feliz con su banda y feliz con una gira que avanza poco a poco. Rubén Pozo se encuentra en un buen momento, luchando por volverse a hacer un hueco desde abajo, más abajo de lo que él mismo pensaba en un primer momento. Pero Rubén está listo para medirse contra la adversidad y de todo eso hablamos en esta entrevista, aunque también de Pereza, madres en edad de fornicar y de su vida satánica.

Hay una cosa que no he entendido. Estáis de gira Leiva y tú por separado, cada uno con su proyecto y de pronto se anuncia un concierto de Pereza.
Es un concierto que viene de meses pasados. Realmente había cinco pero yo, cuando estoy en una cosa, estoy en una cosa. No puedo a estar a dos bandas. Al final se ha quedado en un único concierto que no se ha podido suspender porque estaba apalabrado desde hace tiempo y lo vamos a hacer. Es en Vistalegre y a mí me gusta decir que es “hasta la vista alegre”. Al final ha quedado como que va a ser una ceremonia/despedida… No sé cómo llamarlo, tío.

¿Te va a resultar extraño volver a tocar esas canciones y estar de nuevo con Leiva en el escenario?
Sí, supongo que sí. Es que como ya he empezado a tocar en solitario y es algo tan enriquecedor… Estoy sintiendo tantas cosas… En un principio es una vuelta atrás pero me lo tomo con alegría, alegre con Vistalegre. Es un poco para vernos las caras todos, a la gente que ha estado apoyando a Pereza durante todos estos años y después de esto realmente ya no hay nada, cada uno nos vamos a centrar a saco en nuestras carreras.

¿Qué tal va la pelea por tu disco en solitario?
Bien, va bien. Estoy ahí empezando de cero, me doy cuenta. Sabía que no empezaba desde cien y pensaba que tampoco desde cero, que empezaría desde cuarenta. Pero me doy cuenta de que empiezo desde siete [Risas].

Se acaba de anunciar que se han tenido que cancelar tres conciertos en el sur, ¿verdad?
En Sevilla es una sala de novecientas personas, a día de hoy la venta anticipada va chunga y sé que no vamos a meter la hostia de gente. No lo he dicho yo, lo ha dicho mi oficina. Yo estoy kamikaze y voy a todos los lados. Si la sala es más pequeña y hay poca venta, en un sitio más canijo se puede disfrutar más, no queda tan desangelado pero en una sala de novecientas personas… Ahí queda muy palmada.

¿Cuánto hace que no pasas por una cancelación?
Ni me acuerdo. Lo último que hemos suspendido con Pereza ha sido porque llovía o algo así. Pero lo veo bien, tío. Creo que tengo un discazo que tiene que andar todavía. Está bastante reciente su salida y tampoco tengo una súper promo. Veo que es un disco de un estilo y un contenido que lleva un poco más de tiempo. También creo que me he equivocado con el tamaño de algunas salas. Me duele en el alma tener que suspender estos conciertos de Andalucía, pero volveré más adelante en mejores condiciones.

De todos modos, me han comentado que ya tienes planes para volver al sur.
Claro. Ya hay cosas. Estoy viendo en los conciertos que la peña que viene, viene a muerte con mi disco y está a tope con todas las canciones y sé que hay gente a la que una cancelación le va a joder, sean más o menos. Voy a hacer Andalucía pero un poco más adelante. Esta es una zona que toda la vida ha costado más y estoy empezando carrera desde siete.

Tu disco en solitario se ha percibido como una liberación para ti. ¿Es así?
Sí. Realmente nunca me había planteado hacer un disco en solitario, siempre he sido animal de banda, me ha gustado trabajar bajo un nombre común, quizá mitad por cobardía y mitad porque trabajar con gente con talento hace que se sumen las partes y quede algo más grande. A la hora de haber hecho este disco en solitario estoy viviendo las sensaciones tan a flor de piel y es todo tan bonito e inesperado para mí que me digo que ya he pasado la “mili” de los grupos. Me quedo aquí, en una historia en un principio más pequeña pero en la que creo más. Ya no quiero darme hostias con colegas.

¿Ha habido muchas hostias?
No hostias…

¿Choques?
Choques. Soy una persona que contra el mundo lo doy todo pero contra un colega no. Y siempre acabo cediendo y me he cansado de ceder. Lo digo tanto por Leiva en Pereza como por Buenas Noches Rose, no hablo exclusivamente de Pereza.

Bueno, pero en Pereza es más fácil de ver porque al fin y al cabo erais dos.
Claro, pero en Buenas Noches Rose pasaba lo mismo. Y a día de hoy hay gente de Buenas Noches Rose que no se hablan. Es una cosa más vieja que el hilo negro y en la historia del rock y del pop pasa. Lennon, McCartney y Harrison… Ahí había hostias. Es un ejemplo. También Loquillo y Sabino [Méndez], Los Rodríguez…

Pero tienes que reconocer que comenzaste teniendo mucho terreno en Pereza que luego se llegó a equiparar, pero a partir de “Animales” en adelante perdiste mucho espacio. Al menos esa es mi percepción desde fuera.
Sí… Pero no quiero hablar de ello. Tu percepción es real y para mí se ha acabado. Prefiero estar solo en mis garitillos y durmiendo a gusto.

Sé que había un punto en que Leiva y tú poníais canciones en común cada vez que preparabais un nuevo disco de Pereza. ¿Dolía cuando él consideraba que tus canciones no podían entrar por lo que fuera en ese próximo disco?
Claro que duele. Se ha acabado… Por respeto a mi trabajo como creador y a mi arte, se ha acabado.

«En el momento en el que saco un disco que está firmado por Rubén Pozo claro que me reivindico. Mi trabajo ahora es reivindicarme»

 

¿Dirías que ahora, por fin, te estás reivindicando a ti mismo?
Sí. En el momento en el que saco un disco que está firmado por Rubén Pozo claro que me reivindico. Mi trabajo ahora es reivindicarme.

¿Llega un momento en el que Leiva y tú os sentaís y dices “Lo siento, pero estas canciones mías me parecen demasiado buenas como para que se queden en el tintero»?
Sí [silencio].

¿Y qué ocurre ahí? Cuéntame, coño, que yo no estaba.
Que al final hemos preferido salvaguardar nuestra amistad. Ha pesado más poder encontrarnos una noche donde sea y emborracharnos a gusto que seguir en Pereza. Era una cosa o la otra.

Cuando grabaste “Lo que más”, ¿se quedaron muchas canciones en el cajón?
Grabé catorce. No sé cuántas tenía, unas diecisiete o dieciocho. Grabé esas catorce y dejé doce. Cogí lo que me parecía más emocionante y me permitía trazar un disco con sentido de una canción a otra. Sé que estamos en la era de internet, de bajarse canciones y hacerse playlists pero, bueno, yo sigo escuchando discos de pe a pa y de alguna manera creo que un álbum de diez, doce o trece canciones tiene que ser una invitación a un viaje sonoro. Y así lo he concebido.

Pienso que el orden de las canciones del disco está muy pensado.
Sí, pasé tiempo. Después de la mezcla. No es una cosa que digas “paso tres horas y lo termino”. Te haces una lista, lo escuchas… Y después no puedes escuchar otra selección porque ya estás viciado. Es algo que tienes que hacer por la mañana y por la noche, tratando de ser objetivo. En mi humilde opinión creo que lo he conseguido. Que luego la gente se baje las canciones que quiera y se haga lo que sea, pero yo lo tenía que presentar así.

Bueno, pero que se las bajen pagando, ¿no?
Estoy en una compañía que me ha pagado el disco y quiero venderlo o que la gente se lo baje legalmente, ya no por mí. A mí me repercute en el sentido de que si se coloca bien en las listas de éxitos, la compañía va a seguir apostando por mí. Luego las discográficas son las malas de la película, pero a mí me han pagado un disco, lo han sacado, me han pagado un vídeo, me hablan de las canciones… Tengo amigos melómanos en este edificio [oficinas de Sony Music].

Anda, que la madre que te parió con el vídeo…
[Risas] No sé, quería una ruptura total. El vídeo lo ha hecho Cristian Pozo y yo quería salir bailando, no sabía de qué manera pero quería salir bailando.

Está teniendo éxito.
En las listas reales que llegan a la compañía ‘Pegatina’ empezó abajo y ha llegado a estar en la segunda posición. Por encima de Madonna, Rihanna, Jennifer López… ¡Todas las pivonas que hacen vídeos de bailarines! [risas].

¿No te parece extraño que a la gente le parezca tan divertido verte hacer esas cosas?
Yo lo entiendo, está hecho aposta, para sorprender. Estar en las listas de los vídeos más emitidos en España es algo que me llevo a la tumba, por encima de esos súper vídeos de baile que cuestan un millón de dólares. Es un vídeo sin término medio. Hay a quién le encanta y hay quién dice “este tío es un payaso” [risas]. Pero me gusta que no tenga término medio. Hay gente que tiene muy poco humor, ¿por qué no puedes hacer esto? Los Stones tenían mucho humor haciendo vídeos. En ‘It’s only rock and roll’, meterse en un sitio cerrado y empezar a echar espuma y a mitad de vídeo darse cuenta de que Charlie se va a ahogar porque está sentado [risas]. O ‘She was hot’, con una tía que va poniéndolos cachondos y a Keith Richards le estalla un termómetro. Creo que los grandes tenían mucho humor. ¿Ahora qué pasa? ¿Solo puedes hacer humor si eres los Mojinos Escocíos? Yo echo un poco de menos eso.

Afortunadamente el vídeo, podrá gustar o no, pero está respaldado por una canción bastante potente como es ‘Pegatina’. Con ese rollo T. Rex a ratos.
Para mí es glam rock en castellano y como que en España eso se queda en Nancys Rubias o mirando para atrás en Tino Casal, y cualquiera que se suba a un escenario tiene todos mis respetos, pero el glam que me gusta a mí no va por ahí. Notaba un vacío de glam rock en castellano.

En el disco hay bastante dolor. No sé si eres consciente de la manera en la que te descubres en las letras.
No sé, creo que me he descubierto más en canciones mías de Pereza. No he sentido pudor con este disco, y lo digo porque en Pereza sí me ha ocurrido. Igual es que ya me he inmunizado y ya no me doy cuenta.

En el disco hablas de una ruptura bastante fuerte.
Es que he vivido varias rupturas en los últimos dos años. No voy a hablar de mi vida privada pero… Hace dos años mi vida era de una manera y ahora es de otra, en lo privado y en lo profesional.

No entres en tu vida privada, pero dime cuántas mujeres hay en el disco.
Hay dos. [Risas] Muy buena pregunta…

Se deja ver, ¿eh?
Mira, cuando hacen la pregunta típica de “¿qué es lo que ha cambiado del disco anterior a este?”, la respuesta siempre es: la chica. Lo dijo un artista y tiene mucha razón [risas].

“Lo que más” es un disco con trampa. Comienza de una manera más ligera que engancha y a partir de la segunda parte se entra en materia densa a nivel instrumental, lírico y de sentimientos.
Eso lo explicaste muy bien en tu crítica. Empieza el día «happy», con sol, por la tarde se empieza a complicar, se va nublando y llega la noche. Está superbien explicado. Yo no lo había planteado así, pero me gusta que la primera cara sea por la mañana y después se vaya estropeando el día, un par de llamadas chungas, un suceso extraño que entres en la noche y de repente todo está oscuro.

Lo más importante es que el disco acaba de pie.
Con pirueta, triple mortal, pero cayendo de pie.

Pienso que hay que echarle muchos cojones para escribir una canción como ‘Chavalita’. Ahí te muestras como una persona que comete errores, fallos y que la caga, pero bien.
Esto es un secreto, tío, pero en las canciones funcionan más los errores que los aciertos. Mira, hablando de Leiva, en ‘Lady Madrid’ canta “probaste fortuna con héroes de barrio y conmigo también”, eso es muy bueno, porque no se incluye como un héroe, sino como un chavalín. Funciona mejor el no echarse flores a uno mismo. Las canciones funcionan cuando alguien suelta algo que no queda bien coloquialmente o por no mostrar puntos flacos.

¿Es también una manera de pedir perdón?
Supongo que sí, aunque en el caso de ‘Chavalita’ más que pedir perdón se trata de aceptar lo que hay y ser realista diciendo “yo también la cagué”.

¿Es también una manera de pegarse un par de latigazos?
[Risas] Sí, bueno, ahí está y para que no se te olvide. En mi vida o estoy satánico o tratando de redimirme. Hay veces que estoy súper 666, me importa todo un huevo y luego paso temporadas tan largas como las 666 tratando de redimir mis pecados.

Hemos empezado muy cenizos hablando de cancelaciones de conciertos pero la gira continua y ya has dado unos cuantos.
Estoy viviendo la catarsis del rock and roll. Me encanta la gente que viene y veo un abanico variado. Están las chavalitas de las primeras filas, que para mí no pueden faltar en un concierto de este estilo… Si fuera Kraftwerk no pegarían pero esto son canciones con los sentimientos a flor de piel. También veo a rockeros de culo pelado con la birra en la mano moviendo la cabeza, veo parejas celebrando su canción, veo MILFs… ¿Sabes qué son MILFs?

No.
Moms I Would Like To Fuck, madres que me follaría [risas]. Yo aspiro a ser un FILF, Father I Would Like to Fuck [risas].

Creo que estás en misión divina: cepillarte todos los prejuicios que puedas.
Totalmente. A mí se me han acabado las tonterías.

 

 

Artículos relacionados