Rockola, Discos. 13 de febrero de 2009

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Rockola, Discos. 13 de febrero de 2009Fundación Tony Manero
Pandilleros

MUSIC BUS/WARNER

La idea es ingeniosa: crear la banda sonora de una película que no existe. La banda sonora de una película imaginaria. Sí, como lo oyen. ¿Que parece surrealista? Pues esperen a saber que el disco incluye diálogos de esa misma película… ¿Todo esto es una broma? No, es un proyecto serio de la Fundación Tony Manero, que inspirada por películas como The Warriors, West Side Story, las de blaxplotation y las castizas y callejeras de Eloy de la Iglesia ha decidido crear su propio «melodrama sonoro», sobre una idea de Lalo López, ambientado en el barrio barcelonés de Sanjatan (nombre que encubre a San Genís) a finales de los años 70 y los primeros 80, cuando las bandas de pandilleros campaban a sus anchas. Se trata de una historia, un tanto maniquea, alrededor de dos hermanos cuyos caminos los separan pero a los que el destino vuelve a unir.
    A falta de película, se incluye en el libreto del CD un cómic de Javier Rodríguez en el que se explica la trama de la historia –dividida en cuatro actos– y que deviene imprescindible porque de otro modo es imposible seguir el relato sólo con la música (de hecho, es recomendable leer primero el cómic y luego escuchar el disco). Música con la que la Fundación Tony Manero no ha pretendido reflejar los sonidos de la España de la época, sino llevarla a su terreno musical, más funk que en otras ocasiones e influenciado por bandas sonoras como la de Shaft (a Isaac Hayes le dedican el disco). Es decir, parece que estemos más próximos al Bronx que a una ciudad dormitorio española de aquellos días.
    Unos pocos temas cantados –los que más claramente pueden funcionar fuera del conjunto– salpican un álbum esencialmente instrumental –en el que, aquí y allá, se dejan caer los mencionados diálogos– con el que el grupo trata de poner en sonido las imágenes de la no-película, dramatizando musicalmente las escenas imaginarias, con algunos momentos muy logrados como la violación o todo el cuarto acto. Para reflejar la tensión adecuada en cada momento, la FTM echa mano de su poderosa sección de vientos, órganos Rhodes y Hammond, guitarras españolas o incluso dejan sonar sólo un piano para representar la muerte. En alguno de los cortes cantados, recuerdan por momentos los mejores momentos de Fania.
    Seguro que los Tony Manero se han divertido de lo lindo jugando a crear esta falsa banda sonora, a ideando cada pasaje de la trama. Y funciona, funciona perfectamente como banda sonora. Falsa o no, eso ya no importa tanto, además, el grupo tiene la intención de escenificar la obra en algunas representaciones teatrales.
JUAN PUCHADES.

Doctor Explosión
¡¡Chupa aquí!!

PERROTTI/BOOMERANG

Hace pocas semanas afirmábamos sin rubor que Wau y Los Arrrghs!! se habían
convertido en los reyes del garaje-punk español tras la abdicación de
Doctor Explosión, que llevaba cinco años de silencio discográfico. Hete
aquí que el que suscribe empezará esta reseña tragándose sus palabras.
Los Doctor Explosión han vuelto para recordarnos que de abdicación,
nada de nada y que les queda cuerda para rato y que van a compartir el
trono con quien haga falta pero que no están dispuestos a soltar la
corona a las primeras de cambio. ¡¡Chupa aquí!! contiene doce
temas que siguen a pies juntillas la Biblia musical de Jorge
Muñoz-Cobo, el alma máter del trío asturiano: un buen disco de rock and
roll debe tener las dosis justas de garaje, beat, punk y mucha
diversión.
    El disco, grabado en mono en los estudios Circo
Perrotti de Gijón, se abre con la rabiosa “All mine”, una auténtica
declaración de inteciones. Los Doctor Explosión nos avisan que no habrá
tregua en toda la audición. Lo confirma “I want you”, el segundo corte,
y siguen así hasta llegar al final. Los momentos más bailables (en el
sentido más troglodita, primitivo y espasmódico de la palabra) llegan
con “Ain’t coming home“ mientras que con «Honey honey” el trío se
atribuye el merito de tocar el R&B más guarro de toda su
trayectoria. Pero pese a que los asturianos son seres todavía por
civilizar en lo musical, tienen también su lado sensible. La adaptación
de “She don’t care about time”, la canción de los Byrds que ocupó la
cara B del single de “Turn, turn, turn”, es uno de los momentos mágicos
de un disco que nos devuelve a los Doctor Explosión de siempre. Un
feliz regreso ¡sí señor!
ÀLEX ORÓ.

Ester Andújar
Páginas preciosas

OMIX RECORDS

Avalada
por los numerosos premios internacionales recibidos, pero sobre todo
por su sensacional voz –esa mezcla de ensueño que tiende a lo dulce
pero que jamás empalaga–, la cantante valenciana presenta su tercer
trabajo, con una sensualidad muy especial que sobrevuela el disco de
principio a fin.
    A diferencia del maravilloso Celebrating Cole Porter
(2005), su obra anterior, el repertorio es esta vez propio, compuesto
casi enteramente por ella e íntegramente cantado en castellano –con la
salvedad de “Unes mans com les teues”, delicada pieza, probablemente su
predilecta, que canta suavemente en valenciano–. “Aprovecho la luvia”,
“Páginas preciosas” y “Cambio de suerte”, por ejemplo, dan forma a un
estilo ágil de uptempo que ya puede decirse suyo propio. A la Andújar
no le asusta la palabra “pop”, y tiene razón cuando dice que no hay
géneros “grandes” ni “chicos”, sólo música; lo que viniendo de una
cantante de jazz que se codea con los aplicados alumnos de la Berkeley,
no está nada mal.
    Pero detrás de esa aparente cara accesible,
el disco tiene su miga técnica y sus maravillas a nivel instrumental y
vocal, con ella misma implicada tanto en los arreglos como en la
producción –aprovechando la ternura que proporcionan las cadencias
brasileñas–, y con los chicos de la factoría de Ximo Tébar plenamente
volcados: Donald Edwards a la batería, César Giner en el bajo
eléctrico, Santi Navalón en los teclados, Edmundo Carneiro en la
percusión, Stephan Braun en el violonchelo, Manuel Hamerlinck en la
guitarra, Jorge Roque en el saxo y el propio Ximo Tébar a la guitarra.
   
Hay dos versiones: un “Romance de Curro el Palmo”, con el que cierra
filas transmediterráneas poniendo una vez más a Serrat en su sitio
(sacando a esta canción del mundo de las divas de la copla donde
últimamente parecía recluida). O a Thelonious Monk fuera del suyo, con
una muy lluviosa (y no lo digo sólo metafóricamente) versión (accapella
y con letra propia) de “Round midnight”.
GERNOT DUDDA.

Thin Lizzy
Still dangerous

LOCOMOTIVE
 
Thin
Lizzy es un caso parecido al de AC/DC: En el imaginario colectivo
conviven en el apartado de bandas metálicas, cuando nada tienen que ver
con el género. Ambas formaciones han podido endurecer su sonido según
épocas, pero jamás debieron ser encasilladas según unos patrones que no
se ajustan ni a su sonido ni a su actitud.
    Si nos centramos en
la extinta banda capitaneada por el fallecido Phill Lynott, lo que
impera en su sonoridad es el rock a secas, cuyo ingrediente épico viene
dado por el origen irlandés de su legendario líder. Esas guitarras
dobladas, creando punteos hímnicos y la ardiente voz de Lynott crearon
escuela, un sonido único que cuenta entre sus fans con músicos tan
distintos entre sí como Henry Rollins o Axl Rose. En realidad, no es
tan extraño que Thin Lizzy atrajeran y atraigan a personas de tan
distinto trasfondo, son accesibles pero también auténticos, padres de
himnos callejeros, de melodías tarareables y ambiente urbano, aunque no
por ello menos majestuosas.
    Por ello conviene hacerse con Still dangerous, porque poco tiene que ver con su mítico directo Live and dangerous:
Se trata de un show distinto al registrado en su antecesor y exento de
overdubs y trucajes de estudio. Así, lo que encontramos es a una de las
mejores formaciones de la banda dando lo mejor de sí mismos en una
brutal combinación de testosterona y sensibilidad. Canciones como
“Jailbreak” (tremendamente pop) o “The boys are back in town”
(absolutamente rock) dan buena cuenta del genio de Lynott a la hora de
componer perfectas bombas sonoras, cuyas versiones en vivo dejan buena
muestra de lo que debe ser una banda de rock and roll: Fuerza,
atractivo y potencia.
JUAN JOSÉ ORDÁS FERNÁNDEZ.

Cola Jet Set
Guitarras y tambores

ELEFANT

La portada de Guitarras y tambores
no engaña. Miren, diseccionen, analicen si quieren la foto en la que
aparecen los cinco miembros de Cola Jet Set encima de un tambor y un
mástil de guitarra en un primer plano desenfocado. ¿Qué les transmite?
Tienen diez segundos para pensarlo. Diez… nueve… ocho… siete… seis…
cinco… cuatro… tres… dos… ¡uno! ¿Captan lo mismo que yo? Veo cinco
personas que transmiten orgullo por su trabajo, felicidad por haberlo
grabado al tiempo que, con sus sonrisas nos quieren contagiar sus
sentimientos y nos piden que demos una oportunidad a las trece
canciones de su último trabajo, disponible en CD y vinilo de color
rosa.
    Después de la primera audición, constato que Cola Jet
Set han apostado fuerte. La vena más “sixtie” de Felipe (via Lovin’
Sponful y The Byrds) ha aflorado en temas como ese canto al amor
perfecto que es “El sueño de mi vida”, la canción que abre el disco o
“Prometiste volver”, el corte más cercano al pop psicodélico que jamás
hayan grabado los Cola Jet Set y una de mis canciones preferidas de
este segundo trabajo de los de Barcelona. Las más diversas influencias
sesenteras planean también en temas como “Guitarras y tambores”, “Tonto
corazón”, “Dulce despertar” o “Subidubi”, aunque están sometidas a la
habitual y entrañable destilación pop que suelen aplicar Felipe, Ana y
el resto de los Cola Jet a sus composiciones. Una mención aparte merece
“Cola jazz vals”, el instrumental que cierra el álbum. A medio camino
entre los Free Design y el easy listening, demuestra que a los Cola Jet
Set todavía les quedan territorios sonoros por explorar. Estaremos
pendientes de sus próximas expediciones musicales.
ÀLEX ORÓ.

Hula Baby
Hula Baby

AUTOEDICION

El
rock chistoso está repleto de ejemplos lamentables, de grupos de
incapaces, faltos de pericia instrumental y talento lírico que vuelcan
toneladas de sal gorda al tiempo que mancillan riffs clásicos. Por eso
contemplar en vivo a este cuarteto vallisoletano reporta una alegría
que para nada se desvanece cuando escuchas su primer disco. El grupo se
postula, de hecho, como perfecta party band con una grabación en la que
derrocha sentido del humor y ráfagas de rock and roll excitante,
garaje, surf y más jovialidad sesentera. Eso sí, todo hay que decirlo,
le echa mucho morro. Es capaz de merecer un sobresaliente con sólo
coger sus temas preferidos de un par de álbumes de Neanderthals (The latest menage to the human race! y Sutdown 2002 B.C.),
otro puñado de Kaiser George y los espléndidos Hi-Risers, y el inmortal
“Money”, y ponerles letras en castellano sobre chicas de contoneo
hipnotizante y otras más formales a las que les da repelús pensar en
nuevas prácticas sexuales. Sobre tatuajes en el pubis e historias a pie
de barra (de bar). Si buscas algo así como los Hi-Risers españoles, o
el telonero perfecto para los Doctor Explosión más en forma, Hula Baby
es tu grupo, aunque les sobra personalidad, imagen y actitud para tirar
del carro y no resignarse obligatoriamente a un papel secundario. El
disco lo puedes comprar en su myspace.  
IGOR CUBILLO.

Jah Wobble & The Chinese Dub Orchestra
Chinese dub

30 HERTZ/RESISTENCIA

De
todas las fusiones practicadas alguna vez por este gran cruzado del dub
–que tanto ha abarcado lo celta, como la poesía de William Blake o un
disco a medias con Brian Eno (sin olvidar a sus Invaders of the
Heart)–, ésta ha sido la más próxima a su entorno afectivo y familiar.
El viejo bajista de los Public Image Ltd. está casado con una china, Zi
Lan Liao –que toca el guzheng–, con la que tiene dos hijos (que también
tocan en el álbum). Su suegro, Kui Hsiung Li, lleva 25 años dirigiendo
la Pagoda Chinese Youth Orchestra de Liverpool.
Comisionado por la
capitalidad cultural de esta ciudad en 2008, Wobble recibió el encargo
de organizar una única actuación con la orquesta de su suegro y grabar
un par de piezas para subir a internet –probablemente “Dragon and
phoenix” y “Dragon and phoenix dub”, que son las únicas en las que
aparece la Pagoda–, pero la cosa fue pidiendo más y más (demostración
de máscaras, viaje a China para traerse más cantantes y más bailarines,
composición y adaptación de más piezas…).
    La llegada de más
fondos y la satisfacción alcanzada con cada paso dado le llevó a
plantearse una gira completa de todo el espectáculo, y éste es el
documento musical de la experiencia.
    Que nadie piense que
tratándose de lo que se trata, Jah Wobble ha sido capaz de apartar a un
lado sus reconocidas materias primas. Ni en lo rítmico ni en lo
ambiental, donde de su elegante sombrero siguen saliendo ocurrencias
sonoras de primer orden.
    Empieza el álbum con un mántrico
bordón que abarca las tres primeras piezas (y que estalla en la cuarta,
la bellísima “Solitude”). Ya en la quinta –“L1 dub”, en la que él mismo
toca el shamizen–, integra su celebrado bombeo rítmico en el discurso
musical de su familia política, ¡y funciona! Piezas como “Happy tibetan
girl” y “Kang ding love song” quedan como verdaderos hitos de esta
fusión, justamente las que interpreta la cantante Gu Yinji, que tiene
un poderoso conocimiento sobre las culturas tibetana y mongola.
   
Wobble insiste en que no ha querido hacer “auténtica música china”,
pero sin renunciar a la fusión dub ha completado una logradísima visión
sobre la tan poco accesible música del Lejano Oriente.
GERNOT DUDDA.


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REEDICIONES Y RECOPILATORIOS

Saint Etienne
London conversations. The Best of

HEAVENLY/UNIVERSAL

Decir
que Saint Etienne fueron el mejor grupo de pop bailable de los noventa
puede parecer una afirmación de Perogrullo, pero no lo es. Ni tampoco
es una exageración. Este título se lo ganaron a pulso por su capacidad
de fusionar el pop británico de finales de los sesenta con los más
atrevidos sonidos de la escena dance de la pasada década. London conversations
recopila los singles del trío formado por Bob Stanley, Pete Wiggs y
Sarah Cracknell e incluye también dos temas inéditos: “Burnt out car” y
“This is tomorrow”. Con este lanzamiento (disponible en formato de 2CD,
2CD+DVD y vinilo) se supera la recopilación Smash the system, que sólo recogía los singles publicados entre 1990 y 1999.
   
En el disco no falta “Only love can break your Herat”, una canción que
en su momento se convirtió en un auténtico hit underground en los clubs
británicos, como también lo fue “Let kiss and make up” aparecido al
cabo de pocos meses. Después llegó el éxito con el LP Fox Base Alpha y
una sucesión de singles con canciones imbatibles en la pista de baile.
Con la perspectiva que da el paso de los años, se puede afirmar que
Saint Etienne fueron el contrapeso de la escena indie al Brit-Pop, un
movimiento cuyo liderazgo se disputaban en ese momento Oasis y Blur.
Con una propuesta completamente diferente gracias a las ampulosas
producciones, la delicada voz de la Cracknell, los samplers de oscuros
films de los sesenta y las influencias de los Beach Boys, Saint Etienne
demostró que la música de baile puede tener calidad y letras
inteligentes.
ÀLEX ORÓ.

Varios
Come On! Lucinda

LUCINDA/SUBTERFUGE

Se
ha ido perdiendo la sana costumbre de editar recopilatorios. No hablo,
por supuesto, de las colecciones que las “majors” presentan en eventos
señalados por el consumismo –la Navidad o el día de San Valentín están
especialmente estudiados–sino de aquellos a los que mueve la emoción
del descubrimiento. Algo así como los casetes que grabábamos años ha y
en los que primábamos las canciones como única moneda válida.
   
Algo de ello hay en los de Lucinda Records, que con ánimo y orden
alfabético –por tanto va por el tercer volumen– están sacando partido
de una serie de canciones afines a su estética de sello y que para el
devoto son algo impagable. Vigilen ustedes si puede interesarles
cualquier género que se inicie en el punk pop más pinturero, gire de
pronto al power pop clásico –no hay otro- derive a los sonidos
“sixties”, se detenga un momento en el doo-woop y los cincuenta para de
golpe enlazar con el punk y cerrar el círculo.
    Hay ejemplos ya
asentados, Josele Santiago, Suzy y los Quattro o Lidia Damunt, pero
también maravillosas escenas de irreverencia y amateurismo. Los
Critters con su pizpireto y yeyé salto a la madurez –se agradece cada
vez más esta falta de complejos- o Sweet Oblivion, con su lp a punto y
con canciones carnosas y suaves, como una piel a la que llegan nervios
de guitarra. Son dos entre veintitrés, pero podían ser más, podía ser
cada una, la de John Tirado, folk acogedor de susurros velados y
espumas lentas, el Blackjack de Los Suspiros que demuestra que
Los Sonics y los sesenta españoles no están tan lejanos, o el ejercicio
de pop juvenil, descarado y ligero de Viernes 13. Podía ser cualquiera,
sí, porque cuando un grupo arranca todo lo que le falta lo vuelca en
ilusión. Y esa ilusión es lo que a veces se echa en falta en nuestra
música..
CÉSAR PRIETO.

The Grip Weeds
Infinite soul. The best of

WICKED COOL/LOCOMOTIVE

Aunque
llegue a esta sección con algunas semanas de retraso, merece la pena
hablar de esta recopilación de The Grip Weeds, una de las mejores
bandas de retro-rock-gararje-psicodelia de los Estados Unidos. En 16
años, este grupo de New Jersey apenas ha editado cuatro discos. Una
producción tan escasa se traduce en discos muy elaborados, con
brillantes y musculosas guitarras. Si los tuviéramos que comparar con
un grupo contemporáneo serían algo así como unos Smithereens más
musculosos y lisérgicos. No es una comparación baladí ya que algunos de
los miembros de ambas bandas anteriormente habían militado juntos en un
grupo llamado Buzzed Megs. El muestrario sónico de The Grip Weeds es
amplio. Sus temas son capaces de absorber influencias de The Beatles,
The Who, The Kinks, Dylan, Sonny and Cher, Byrds, el sonido Canterbury
e incluso The Jam. Prueba de ello son temas como “Every minute”, “Save
my live”, “Ready and waiting”…
    El disco se completa con una composición inédita titulada “She brings the rain”, que convierte a Infinite Soul
en una obra de adquisición obligatoria para todo aquel que quiera
conocer a fondo el panorama del rock americano de los últimos años.
ÀLEX ORÓ.

Para consultar el Rockola de la semana pasada, pincha aquí.