«Resort», de Juan Carlos Márquez

Autor:

LIBROS

 

 

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“Una novela sobre las relaciones humanas y sobre su implacable fracaso”

 

Juan Carlos Márquez
“Resort”
SALTO DE PÁGINA

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

En la superficie de la nueva novela de Juan Carlos Márquez no ocurre absolutamente nada. Situada en el marco de un hotel de veraneo, los huéspedes –extranjeros básicamente– repiten mecánicamente la triada playa, siesta, buffet. Solo un hecho rompe esta monotonía: un niño de siete años, hijo de una pareja alemana, desaparece del hotel. En la realidad que intenta reflejar, ocurren aún menos cosas. Las autoridades deciden no dar difusión pública al asunto para evitar la alarma y los consiguientes perjuicios a la gruesa vaca del turismo. Así que unas parejas de policías se alojan en el hotel para investigar, haciéndose pasar por turistas. En un periodo de 72 horas, nadie puede salir.

Todo esto en la superficie, porque en este microcosmos tan bien definido y tan presto a la felicidad, se agitan corrientes submarinas demoledoras; no percibidas, pero atenazantes. Así, el olor a queso que alguien deja en la tostadora disponible para los clientes, los espabilados que ocupan las hamacas a primera hora con toallas y no aparecen hasta última hora o los pequeños roces en actividades lúdicas, crean una presión que reconcome, que destruye cualquier atisbo de placidez.

En el fondo, es una novela sobre las relaciones humanas y sobre su implacable fracaso. Aunque en un estilo de informe administrativo, haya párrafos que saben combinar magistralmente el reflejo de la felicidad al mismo tiempo que el de la angustia, lo que queda en el ánimo del lector es que habitamos una profunda soledad hecha de deseos no cumplidos y de palabras no dichas. Y es una novela sobre cómo el espacio nos condiciona, no de otra manera se entiende a ese policía al que le obsesiona la convivencia con las compañeras en ese nuevo contexto y que evita a su mujer con la que aparentemente forma una feliz familia con bebé. Márquez, maestro, logra transmitir a la perfección ese nerviosismo.

Aparentemente es una sátira hiriente sobre las vacaciones –el componente policiaco se encuentra ausente–, pero “Resort” es mucho más. Totalmente desasosegante en detalles que –fascinados por la lectura– se nos pasan por alto. Absolutamente de ningún personaje se nos ofrece el nombre: son invisibles o intercambiables. Excepto el niño desaparecido, que curioso. Egoístas y prepotentes. Así es nuestro mundo occidental: preocupados por los refugiados, pero incapaces de ceder territorio en la playa.

Anterior crítica de libros: “Todos los chicos y chicas”, de Fernando Márquez.

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