Remigi Palmero: Pop de altura para minorías

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Remigi Palmero Pop de altura para minorías

Tras quince años sin publicar un nuevo disco, Remigi Palmero regresa con Sense comentaris, una obra sin concesiones, grabada sólo con guitarra eléctrica y voz. El rockero valenciano –uno de los mayores creadores del pop español– sigue fiel a su gusto por los saltos sin red y a descolocar a sus seguidores. En esta entrevista habla de los porqués de este disco, pero también mira al pasado y reflexiona sobre algunos aspectos esenciales de su guadianesca carrera; esa que tantas veces se ha cruzado con la de Julio Bustamante.

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

Quizás su nombre no sea demasiado conocido fuera del área catalanohablante, pero el valenciano Remigi Palmero (Alginet, 1950) es uno de los más grandes compositores, intérpretes y guitarristas del pop español. Comenzó a finales de los años 60 integrándose en Els 5 Xics, una intensa formación local que conoció el éxito a nivel nacional y en la que Palmero hizo sus pinitos como cantante y escritor de canciones. Sin embargo, sería en 1979, con su debut en solitario, cuando su nombre pasó a ocupar un lugar destacado para los más exquisitos degustadores de la mejor música popular. Y es que Humitat relativa fue un disco mágico, un prodigio de folk-rock y la mejor pieza de ese movimiento que se dio en llamar Rock Mediterrani [en EFE EME fue incluido entre los 100 mejores discos de la historia del pop español]. A su lado, desde aquel primer trabajo, estuvo Julio Bustamante (por entonces sólo Bustamante), posterior compañero en In Fraganti, trío ochentero que dejó un par de sensacionales singles en castellano.

El idioma… Sin duda, cantar esencialmente en catalán ha sido uno de los mayores contratiempos en la carrera de Remigi, arrinconándolo a un espacio geográfico que se queda pequeño para sus sinuosas melodías y letras, para su rotundo dominio de la canción pop. A Julio Bustamante, por ejemplo, la vida le cambió cuando se decidió a emplear únicamente el castellano en su obra. Pero para Remigi –que en 1989 grabó su único LP en castellano, Afuera adentro, y que en esta entrevista desvela que escribe las canciones en castellano y luego las traduce–, el catalán (el valenciano) es su idioma de expresión natural y a él se ha ceñido. A ello (¿por ello?) hay que sumar su escasísima producción discográfica, el estar durante años alejado de los escenarios –es profesor de yoga– y que ha tardado década y media en lanzar un nuevo disco. Un disco, además, duro, grabado sólo a guitarra eléctrica y voz… Un trabajo que, como ha sucedido con otros suyos, quizás sea necesario que pasen los años para lograr apreciarlo en toda su extensión.

EL TIEMPO Y LOS DISCOS

Es media tarde en la sede valenciana de SGAE, en un rato Remigi Palmero presentará oficialmente en directo Sense comentaris [sin comentarios], disco que lleva un par de años defendiendo en vivo tal cual se ha grabado: él solo con su guitarra. En el escenario, decorado con una mesa camilla, una tabla de planchar, una tetera, unas velas, unas coquetas lámparas colgantes y algunos artilugios más, prueba sonido. Al finalizar la prueba, nos refugiamos en el camerino y descubro que tiene ganas de hablar, no hace falta preguntarle, mientras toma asiento, Remigi [léase «Remichi»] inicia el diálogo. Pulso rec:

«Siempre he estado con grupos, pero esta vez he querido probar algo distinto. Y ha tenido cosas interesantes, como lo de ir a tocar a locales pequeños y baretos, que con un grupo no puedes ir porque no hay presupuesto o, incluso, en ocasiones, no hay ni escenario. Así, en este tiempo, he ido a sitios diferentes. Aquí lo de la canción de autor no se trabaja demasiado, pero en Girona, en Andorra, en toda la zona pirenaica hay cuarenta o cincuenta locales en los que tocar canción de autor. Me he movido en ese circuito, de hecho, lo poco que hago es allí arriba. Ahora incluso es difícil tocar en Barcelona, porque ha pegado un cambio tremendo».

Bueno, de Valencia no hablemos.
No, pero Valencia para la creatividad es como un taller, está muy bien como centro de inspiración surrealista. Es una ciudad a la que no le pidas lógica ni infraestructuras, ni coherencia, pero a nivel de magia y de surrealismo es, pese a todo, la vanguardia española. Siempre lo fue: desde la Cançó a la aparición de las primeras discotecas, o luego el tecno… Raimon, Ovidi [Montllor], Al Tall… son gente que han marcado mucho. Valencia marca. La putada de Valencia es quedarte aquí, muchos meses sin salir de aquí es bastante duro. Pero como taller está muy bien, porque, además, es más barata que Madrid o Barcelona. Por otro lado, aquello de que los artistas tenían que ir a Madrid a hacer una carrera se ha terminado.

Has estado quince años sin sacar nuevo disco.
Sí, desde Línia de foc, quince o dieciséis años.

Quince. ¿Por qué tanto tiempo?
Yo qué sé. Por un lado, mis trabajos, tanto en solitario como en colaboraciones, tenían un cierto peso y no me apetece mucho estar copiándome a mí mismo, y para elaborar cosas un poco interesantes para ti mismo tienes que romper la estructura del tiempo. Eso de hacer un disco cada año o cada dos años tampoco lo veo, tienes que sacar un disco cuando el material está como las naranjas, en su punto. Y como nos movemos con una estructura tan pequeña, tampoco te matas por sacar un disco. Claro, en mi caso ha pasado mucho tiempo, yo soy, seguramente, el menos prolífico en lo que a discos se refiere. Òscar [Briz] ha hecho cuatro discos en cuatro años, [Julio] Bustamante hace un disco cada dos años. Lo que pasa es que yo tenía una asignatura pendiente conmigo mismo que era la parte literaria. Vengo de grupos de los 60 y los 70, de bandas de rock and roll y de bandas de música de baile, y la faceta literaria pura y dura la tenía pendiente. Tenía que pasar ese punto de escritor ocasional, visceral o medio folky, como en «L’olor a garrofa», del primer disco [Humitat relativa], y entrar en un punto en el que pudiera usar la canción en más direcciones: narrar historias, contar parábolas, meterme en el juego de la literatura. De estos 15 o 16 años hay una tercera parte que los he dedicado a escribir, tengo un libro de poemas pendiente de publicar, estoy acabando una novela, es decir, era el punto en el que más débil me sentía. Para la música siempre he tenido más facilidad, musicalmente no tengo demasiados problemas, pero las letras sí que me cuestan y, sin embargo, para mí, las canciones son las letras.

Estoy recordando que en Humitat relativa le pusiste música a poemas de Vicent Andrés Estellés y de Josep Lozano.
Sí, y de Bustamante, porque algunas canciones de Bustamante, realmente, las hicimos entre los dos, «Angelets», que es de las que más me gustan, «Veles en la mar», «Radio Alger»… son más ingenuas. Para mí las letras son muy importantes. Por eso he apoyado la dinámica de Bustamante en estos años, porque pese a que técnicamente no es un gran técnico, sí es un guionista de nivel. Es un filósofo.

¿Entonces, por lo que dices, durante estos años has estado componiendo canciones?
Sí, pero yo soy profesor de yoga y hace veinte años que estoy en estudios de orientalismo, he hecho cursos, me he pasado algunas temporadas en el sur de París, en un monasterio. He estudiado orientalismo y sánscrito. Por otro lado, he colaborado con gente, he hecho algunas cosas en estudio con Alberto Tarín, y cuando Bustamante sacó Material volátil [2005] le eché una mano en directo y en el disco grabé casi todos los bajos. También hemos hecho un pretrabajo para sacar, más adelante, nuevo material de In Fraganti. Lo que pasa es que Busta ahora está enganchado con Maderita [nuevo grupo formado por Julio Bustamante y componentes del grupo Ciudadano], y yo, por otro lado, últimamente no estoy demasiado en la ciudad porque mi madre está muy mayor, ya de la familia sólo quedamos ella y yo, y estoy viviendo de nuevo en la casa de Alginet. Los últimos veinte años los he pasado entre La Eliana y Valencia. Pero ahora estoy fuera. Es una fase en la que me ha jodido no trabajar en lo que a mí me gusta, pero también he tenido más tiempo para componer.

Sense comentaris es un disco árido, escucharlo no es un ejercicio fácil.

Eso es, pero me he pasado dos años y pico tocando y contrastando lo que la gente puede esperar de mí después de tanto años.

¿Te preocupa lo que la gente espera de ti?
No, y menos en este momento porque, realmente, de mí nunca pueden esperar demasiado. Aunque creo que soy todavía un artista por descubrir comercialmente. Porque nunca, entrecomillas, he trabajado en fusiones extrañas, siempre he hecho elaboraciones y algunas experimentaciones pero siempre desde la pura canción pop, que es lo que a mí me gusta. El territorio donde más me muevo.

Escuchando el disco descubro melodías que remiten a tus formas habituales como compositor, pero no puedo evitar pensar cómo sonarían esas canciones reforzadas con mayor instrumentación.
Sí, tocadas con banda. En principio, las primeras maquetas estaban trabajadas para grupo. Desde hace dos años trabajo solo con la guitarra, pero los dos años anteriores tenía un trío: un batería, un percusionista y un bajista. La idea inicial era grabar el disco así, con tres o cuatro músicos, pero lo que grabé con los músicos tampoco me convencía. Y desde hace un tiempo me encuentro como cuando hice Humitat relativa, que o hago algo un poco diferente y en otros territorios o, simplemente, me abstengo. Tampoco tengo la necesidad de sacar discos.

Un aspecto muy sorprendente de Sense comentaris es que está grabado a guitarra y voz, pero las guitarras son eléctricas.
Sí, todo lo que suena es una guitarra eléctrica.

Claro, y estamos acostumbrados a escuchar los discos de guitarra y voz pero con guitarra acústica, no con eléctrica, resulta chocante.
Sí, y se aguantan mejor cincuenta minutos con una acústica. A un periodista le dije hace poco que yo era un transcantautormetálico… La guitarra española es mi territorio natural, es el instrumento con el que más trabajo en casa y donde más a gusto me siento estilísticamente, lo que pasa es que la guitarra eléctrica la veo como un electrodoméstico, me interesa mucho no dejar de lado elementos de contemporaneidad, no me interesa la tradición, me asusta mucho el que todo sea siempre igual. Yo soy un tío que cuando pasa tres semanas en casa y veo los muebles igual, los cambio de sitio. Tengo esa paranoia. Y sí, la guitarra eléctrica es menos preciosista, pero refleja un poco la era industrial desangelada en la que estamos, es más fea, no es nada romántica. Pero es que este no es un disco romántico, es que, tío, en ninguna de las once canciones está la palabra amor. Y esto es destacable porque debe haber pocos discos en el mundo en el que no haya ni una canción con la palabra amor, se abusa de calor, de color, de valor, pero amor está neutralizado. La gente añeja como nosotros venimos huyendo de estas letras de dependencia amorosa y tragedias.

¿Esa renuncia a utilizar el término amor, supongo que obedece a la búsqueda literaria de la que hablabas antes?
Sí, claro. Es probar cosas, porque como te decía, como músico, me siento más suelto, pero con las letras no tanto. De ahí la química entre Bustamante y yo, que siempre nos ha funcionado de puta madre, porque es una aleación fantástica. Es decir, yo soy el agropop, el que tiene el lenguaje del mercado, de la calle, y él es el que hace el repaso a la decandencia universitaria. Busta es el profesor universitario alternativo, por decirlo de algún modo. En ese aspecto hemos funcionado muy bien: el tío que nació en el centro de la ciudad y yo que que nací en el pueblo.

Cuando estuvisteis juntos en In Fraganti aquello sonaba increíble de bien, tanto en directo como en los dos singles que sacasteis. ¡Y sólo erais guitarra, bajo y batería!
En la presentación de Material volátil, estuvimos en La Pedrera, a él le fallaron los músicos que tenían que acompañarle y fui yo. Resultó apoteósico, sin ensayar ni nada, con las dos guitarras españolas, con dos camisas a cuadros, los dos sentados allí y los pijitos de Barcelona nos recibieron diez minutos de pie aplaudiendo. Con un repertorio absolutamente provocador para ellos porque Bustamante tiene más castellano que catalán. Y aceptaban castellano y catalán, lo que fuera. Barcelona y Madrid lo que sí nos han ofrecido ha sido el diálogo entre artistas, industria y medios.

Curiosamente, Julio y tú nunca os habéis animado a sacar un disco de los dos. Sólo la breve experiencia de In Fraganti que acabó… ¡La verdad es que no sé cómo acabó!
Acabó porque la fuerza del karma que teníamos por separado pudo más, llegó un momento en que la oferta de In Fraganti y la de Bustamante eran demasiado paralelas. Creo que In Fraganti tendría que haber ocupado un territorio más alternativo tanto para él como para mí. Que fuera una opción diferente, que no tuviera demasiado que ver con aquello que hicimos, que era juntar el repertorio y tocarlo junto. Que es algo que tampoco nos interesaba demasiado porque habíamos llegado a un punto que la gente pensaba que Cambrers [primer disco de Bustamante, de 1980] era mío… Pero es que cuando montamos In Fraganti ya teníamos varios discos en solitario. Hace unas semanas estuvimos hablando con Carlos Carrasco, que tiene Comboi Records y es productor de algunos discos de Bustamante, y nos propuso preparar un disco de In Fraganti, le dije que sí pero que tendría que integrarse el propio Carrasco. Pero, claro, la banda que hiciéramos ahora no sería la de los 80, «policiaca», no caeríamos en eso, nos especializaríamos más en canción europea, que era lo mejor que tenía In Fraganti: las versiones de Battisti, de franceses…

¿Lo vais a hacer?
Depende más que nada de que los dos coincidamos, últimamente estamos en dinámicas cotidianas muy diferentes.

 

ENREDADO CON DOS LENGUAS

¿No volverás a escribir en castellano?

No paro de escribir en castellano, de hecho, el libro de poesía es en castellano. Es más, yo siempre todo lo que he escrito lo he escrito en castellano.

Remigi, me sorprendes.
Sí, sí, yo realmente tengo problemas a la hora de escribir en valenciano y tengo que echar mano del diccionario… El catalán tiene la autoctonía, una sonoridad para mí familiar, con la que me expreso más naturalmente, pero yo estudié en castellano y antes de hacer Humitat relativa ya había escrito muchos temas en castellano, para Els 5 Xics.

El único LP que grabaste en castellano fue Afuera adentro.
Sí, instintivamente hay muchos temas que han nacido en ambas lenguas. Tendría que decirte que el de la lengua ha sido el mayor problema que he tenido en mi vida.

¿Por cuestiones ideológicas?
Por cuestiones en general, porque en Valencia trabajar únicamente en catalán es un suicido, un romanticismo que no tiene demasiada credibilidad para mí. Desde siempre, canciones muy representativas de mi trabajo como «L’habitació desmuntable» o «La caló» nacieron originalmente en castellano.

De hecho, si no recuerdo mal, de «L’habitació desmuntable» tienes grabada versión en castellano y en catalán.
Sí, en Afuera adentro la grabamos en castellano, incluso sonó mucho durante un verano en una emisora local de la época, Radio Color.

No me extraña, porque tú siempre has sido un compositor con un toque pop importante y con gran facilidad para escribir melodías…
Sí, siempre he hecho pop y canción comercial, por decirlo con rapidez. Curiosamente, cuando se me ha señalado como autor de culto… ahora no, pero en determinado momento la gente de Madrid, Diego A. Manrique y todos estos, me presentaban como un artista para artistas, cosa que no es cierta. La mayoría de mis amigos músicos son mejores guitarristas que yo. Lo que sí tengo es un lenguaje propio que va saliendo porque desde los 15 años estoy en esto. Y, quieras o no, te vas haciendo tu lenguaje.

Pero como guitarrista siempre has tenido un toque muy personal. La última vez que te vi en directo, ya ibas tú solo, con la guitarra hacías escalas jazzísticas, incluso.

Sí, claro, y ese es un poco el secreto de esta propuesta, entrar a saco en el territorio de la gente con guitarrita. Ahí pienso que puedo ofrecer una alternativa porque no es la guitarra sólo como acompañamiento. Estoy enganchado, por ejemplo, en un disco instrumental de guitarra pura y dura, con secuencias, con experimentación. Es un proyecto que tiene mucho tiempo, lo que pasa es que, finalmente, con la guitarra me puedo defender y puedo tener el estilo pero no soy un virtuoso.

Tocabas sin púa…
He tocado de todo, me he vuelto loco con eso, he soñado si tocaba con púa o sin ella… Pero le pasa a todos los guitarristas, la guitarra viene del Renacimiento, es un instrumento muy romántico, no es demasiado industrial.

Una grabación tuya que prácticamente nadie conoce, que sólo salió en cinta de casete, es Emparín. Un precioso álbum grabado sólo a voz y guitarra acústica.

Sí, este quiero volver a grabarlo. Incluso Provisions me gustaría volver a grabarlo.

¿De verdad merece la pena volver a grabar discos antiguos?

Todo el mundo ha revisitado discos. Si tienes un master muy bueno, como Led Zeppelin, puedes remasterizar, pero el master de Provisions está muy por debajo de lo que es ese conjunto de canciones. Para mí, en Provisions y en Emparín las letras ya tienen una coherencia que las del primer disco no tenían. Provisions es más potente que el primer disco.

Sin embargo, todos consideramos que tu obra maestra es el primero, Humitat relativa.
Para mí la mejor canción que he escrito es «A la mateixa cistella», que está en Provisions, y creo que en Emparín hay temas como «Amb tu en la distància» o «La ruta del sol» que son muy interesantes. Pero tengo tanto material que soy un poco prisionero de él. Todo el mundo se plantea sacar material nuevo, pero yo tengo tanto material que realmente no está quemado… Porque esa es la historia, si Provisions hubiera vendido un millón y se hubiera quemado en las emisoras… pero fue, y es, un disco para minorías.

Tu discografía siempre ha sido para minorías, siempre en sellos pequeños.
El hecho de cantar en valenciano desde aquí, en tu territorio apolítico, ya te deja fuera del circuito, porque desde aquí, en ese terreno, los únicos artistas que pueden tener un poco de caña son los nacionalistas. Pero los que trabajamos en un territorio más de filosofía o de introspección, de misticismo, somos corredores de fondo. Como decía Borges, prefiero tener trescientos lectores que trescientos mil, porque trescientos mil me desmontan la vida, pero de trescientos siempre hay quince que se pueden aproximar y hacernos amigos. Yo he conocido gente que ha entrado en el éxito masivo y no es tan agradable como la gente piensa.

Tú con Els 5 Xics conociste un cierto éxito.

Un cierto éxito no, algo más, porque nosotros hacíamos cuarenta bolos en el mes de julio. Nosotros en lo que era hacer directos… Ahora Madonna viene a Europa y hace siete bolos, nosotros hacíamos siete bolos en cinco días.

¿Que opinas de la discografía que dejaron Els 5 Xics?
Hombre, en Els 5 Xics fui un colaborador. Yo esperaba de ellos algo que no era suyo. «L’olor a garrofa» y mis primeros temas en valenciano eran para que los grabaran Els 5 Xics. Ellos eran rumberos del Cabañal [zona portuaria de la ciudad de Valencia] y yo pensaba que había un terreno de música rumbera y de baile que ellos hacían muy bien, lo que luego se llamó latino. A mí me interesaron Els 5 Xics porque no eran una banda como Huracanes, Top-Son [grupos del rock valenciano de los 60]… no eran mods, que a mí, como agropop, me asustan un poco los mods. El fenómeno de los modernos siempre me ha asustado un poco. Prefiero el folk o el rhythm and blues, la tradición reciente. Porque en la tradición también hay una injusticia, mucha gente relaciona tradición con el tabalet y la dolçaina [instrumentos autóctonos valencianos], y últimamente estoy intentando explicar que el rock and roll es una tradición, y que para mí Bruno Lomas, Johnny Hallyday o Adriano Celentano son música tradicional popular. Todo eso forma parte de la tradición, y más teniendo en cuenta lo deprisa que va el mundo en estos últimos años.

¿Sense comentaris tendrá continuación o no te preocupa no volver a grabar?
Siempre estoy grabando. Ahora duermo en mi propio estudio, con la informática tenemos estudios más próximos y más profesionales, antes eran diez mil pesetas la hora, necesitabas un productor, una discográfica… Ahora grabar es muy asequible y me paso la vida grabando. Estoy con la idea de regrabar Emparín, porque creo que no tiene una buena producción, y lo mismo con Provisions, no están a la altura.

Pero es una putada para tus seguidores: ¡deja esos discos como están y danos canciones inéditas!
Inéditas tengo muchísimas, yo soy muy prolífico haciendo canciones, siempre he tenido de sobra. Me paso los días en ello. Tengo varios proyectos, un disco en valenciano al que llamo Riu viu, y muchas canciones en castellano que no sé si podrían ir con In Fraganti o con una banda que me monte, porque para mí lo del bilingüismo es muy complicado de resolver en directo.

¿En directo, por qué?
Porque de cara a los discos no es tan problemático, pero en directo creo que es complicar mucho el rollo, pero así es la cosa.

Pero son canciones, si estás en Madrid haces las presentaciones en castellano y si estás en Valencia o Barcelona en catalán… y cada canción la cantas en el idioma en que la has grabado.
Ya, pero desde dentro no es tan fácil como parece, no me imagino a Sinatra cantando en dos lenguas. Yo me siento cómodo cantando en cualquiera de los dos idiomas, pero es natural que me reconozca más en valenciano porque es mi lengua natal.

Discografía de Remigi Palmero:

CON ELS 5 XICS:
Todas sus grabaciones 1967-1983 (Rama Lama, 2001)*

CON IN FRAGANTI:
«No tengo nada» / «Plata y negro». Single (Blau, 1983)**
«Si fueras tú» / «Hotel Universo». Single (Blau, 1983)**

EN SOLITARIO:
Humitat relativa (Puput/Zafiro, 1979)**
Provisions (Xiu Xiu, 1987)**
Afuera adentro (PDI, 1989)**
Emparín (Difussió Mediterrània, 1992)***
Línia de foc (EGT/Discmedi, 1994)*
Sense comentaris (La Casa Calba, 2009)*

* Editados en CD.
** Editados sólo en vinilo.
*** Editado únicamente en casete.

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